No acaba la impunidad

Por Guillermo Robles Ramírez

Por más que se diga y pregone, no se acaba la impunidad. Seguimos en Coahuila teniendo ciudadanos de primera y segunda y, sino que lo digan los miles de conductores que plácidamente y sin ser molestados por la autoridad, circulan en sus vehículos sin placas.

Y no solo se trata de automóviles, camionetas y camiones particulares, sino de taxis, autobuses, unidades dedicadas a la movilización de materiales diversos, además de motocicletas y bicicletas.

Los ciudadanos que andan de preocupones y apurados pretendiendo no dejar pasar un día más después del plazo oficial que se marcó como fecha para la compra de placas y cumplimiento de lo demás, como derecho de control vehicular, cooperación municipal, fomento a la educación y seguridad pública.

Mientras unos ciudadanos hacen el esfuerzo de cumplir con estas obligaciones para tener derecho de transitar en las calles, avenidas y bulevares de las 38 cabeceras municipales de Coahuila; y otros ni siquiera se preocupan hace que los primeros se sientan defraudados y viene la frustración mayor cuando se dan cuenta de que pasan los años y aquellos que no se apuran ni se acongojan por cumplir con la ley, reciben la gratificante noticia de las autoridades de que se condonarán recargos, multas, etc., con tal de que “por favor pasen a pagar sus placas y derechos”.

¿Dónde quedaron las tan cantadas proclamas públicas de nuestras autoridades de que en Coahuila no hay ciudadanos de primera ni segunda clase porque todos somos iguales, asegurando que se combate y está por terminar la impunidad?, y que aquello con que nadie está por encima de la Ley.

Posiblemente, se trate de pequeñeces, pero de pequeñeces en pequeñeces se van acumulando las amarguras de quienes quieren ser ciudadanos cumplidos y estar dentro de la ley, al grado de que existe el clamor de que no tiene caso andar alineado y dentro de la ley si todo es chueco porque las autoridades así lo quieren y lo permiten.

Bien se dice popularmente “que del dicho, al hecho hay mucho trecho”, y en el presente caso, el trecho se hace más trecho, perdonando la redundancia, pero la verdad es que se desalienta todo intento por avanzar en el cumplimiento de nuestras disposiciones.

Por desgracia no es sólo el caso de quienes transitan sin placas y demás documentación obligatoria para los dueños y conductores de vehículos en general, sean particulares o públicos, sino que esa impunidad la hay en tantos y tantos renglones de la vida normal de los mexicanos y tan solo por señalar algo, sucede cosa similar en el pago de contribuciones que paga quien quiere y sobre el causante cumplido siempre se ve encima el pie del fisco.

Por el momento, no se acaba la impunidad y esta sigue en todo su apogeo y eso lo demuestran los hechos. ¿Usted qué opina? (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México).  www.intersip.org

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