Guillermo Robles

¿Nada más plantar plantitas es ecología?

Por Guillermo Robles Ramírez

            Considero cuando se habla del tema de ecología, aquellos funcionarios de los tres niveles de gobierno e incluyendo a diputados locales, solo se jactan de sus acciones a medias para el medio ambiente.

            Las simples actividades que hacen por la ecología y que supuestamente desde su pobre e ineficiente apreciación, es lo máximo, se concentra en acciones que solo sirven para salir en fotografía, y se diga que están a favor de la vida verde.

            Andan errados pues siempre se les olvida el concepto que debe entenderse y están obligados a trabajar para hacer cultura y conciencia ciudadana de que en los tiempos actuales hay que llevar a cabo una infinidad de planes de trabajo para tener una verdadera comunidad ecológica, libre de infinidad de males que enferman y empobrecen el entorno de los habitantes.

            En la mayor parte de las cabeceras municipales de Coahuila es un claro ejemplo de esa pobre y opaca capacidad ecológica que revelan los responsables de las áreas municipales sobre ecología.

            Es tan mediocre el trabajo de los responsables de la ecología municipal de las presentes y pasadas administraciones locales; que solo se encierran y no salen del concepto ecología fuera del primer cuadro de la ciudad.

            Y aquellos ejidos que forman parte y dependen todavía de las autoridades municipales son olvidados por el Departamento de Ecología, aunque se cuenta con los dedos de una sola mano y llegan a sobrar, pero son pocos los que cuentan con “manchas” verdes que aun cuando eso no es cien por ciento ecológico, al menos que sean dos que tres árboles lo que le marquen y den esa identificación.

            Cuántas veces, algunos medios de comunicación, han resaltado la noticia de que el Departamento Municipal de Ecología, ha entregado cientos y hasta miles de arbolitos producidos en el vivero municipal, lo que es totalmente veraz, nadie les quitará ese mérito. Seguramente han sido muchas veces este tipo de publicaciones en los 38 municipios de la Entidad.

            En lo que definitivamente andan errados y equivocados es que el concepto de ecología lo conceptúen con la entrega de simples arbolitos. ¿Y dónde queda la cultura para cuidar los árboles, las atrocidades que en temporada de poda se cometen a diestra y siniestra y que son bien calificadas como “jodas” y no podas por el abuso cortadero de ramas y troncos que sufren los pocos árboles que en ocasiones hay en ciertas arterias, el cuidado de los parques y camellones donde hay arboledas, la falta de riego, etc.?

            Eso es tan solo por mencionar un simple concepto de la ecología que no todo tiene que ser verde como los arbolitos, porque el concepto ecológico abarca también el ruido que se produce en el entorno de cada ser humano y en eso, están muy mal todos los municipios de Coahuila en donde no falta un vecino ruidoso o automóviles con el sonido por encima de los decibeles.

            La ciudad capital coahuilense puede estar muy verde, pero se le une una ciudad ruidosa e insoportable no de determinados sectores, sino en general que es donde surgen las quejas y protestas de saltillenses de sus vecinos ruidosos, escandalosos y “desmadrosos”, como tampoco paran en seco ni actúan contra los comerciantes que elevando a todos los decibeles sus aparatos de sonido instalados en las entradas de sus negocios, consideran que entre más ruido surge, mayores son las ventas.

            Y qué decir de los automóviles, camionetas y ahora hasta motocicletas, sin contar con las unidades motrices integradas para el perifoneo que hacen insoportable cada vez el centro comercial o mal llamado centro histórico que, con su ensordecedora propaganda comercial de venta de productos varios o promoción de luchas libres, circos, rodeos, carreras de coches y maratones pedestres, convierten a Saltillo y Torreón, entre los municipios más ruidosos de las 38 que tiene Coahuila.

            Las víctimas de los vecinos ruidosos se lamentan de que llaman a la policía para quejarse que en altas horas de la noche y hasta la madrugada, tienen a un vecino además de escandaloso que es lo mismo ruidoso, muy contento y harto alegre que disfruta su estero o componente musical a todo volumen sin importar el derecho del prójimo de no estar obligados ni a desvelarse o vivir en medio de tanto ruido como lo pretende el vecino incómodo.

            A las quejas telefónicas, la o el oficial de guardia del servicio de emergencia, responde se llame a la Dirección Municipal de Ecología, porque ellos, la “poli”, no atiende esas quejas y corresponde a las autoridades de ecología.

            Resulta no incongruente, sino burlesco e infantil que él o la oficial de guardia pida a altas horas de la noche o madrugada que se hable a Ecología Municipal, cuando que esta oficina está cerrada por la noche y madrugada y como si fuese poco ni en horas normales laborales acuden cuando se pide su intervención por la simple razón de que no se cuenta con suficiente personal y menos parque vehicular. Al menos en Saltillo sí existe un departamento y policía ambiental que trabajan las 24 horas, sin embargo, las quejas rebasan la capacidad de este nuevo segmento de seguridad ambiental.

            El medio ambiente, no debe de ser conceptuado el tan solo plantar plantitas para la foto, sino también debe de ser para los ruidosos y existir cultura para cuidar las áreas verdes y riego a las plazas públicas de las diferentes colonias y no dejarlo a la responsabilidad del ciudadano como piensan algunas autoridades locales, porque podrá existir un reglamento, pero no pueden obligar al ciudadano que vive frente al parque o plaza a que riegue los árboles. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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