México en Martí, revelación de Nuestra América

México (PL) México para José Martí (1853-1895) va a ser una revelación de lo que más tarde va a llamar Nuestra América, afirma el doctor Alfonso Herrera Franyutti, el estudioso más importante del Héroe Nacional en la nación azteca.
En la casa de este médico devenido historiador, que tiene quizás la mayor colección de la obra martiana atesorada en esta tierra que acogió al Maestro, enfatiza a Prensa Latina que México fue el despertar de su conciencia latinoamericana.
Empieza en México a ver otro mundo, el hispano, va a conocer al indio, a entender la necesidad de una literatura latinoamericana, y también observará la política y los caudillismos, explica Herrera Franyutti, quien ha recibido diversas distinciones en Cuba por sus estudios sobre el Apóstol.
Autor de los libros «Martí en México, recuerdos de una época», «Sin Amores», acerca de la poesía martiana escrita en México, y «Martí y el amor (un alma de mujer llama a mi puerta)», el especialista argumenta la significación de la tierra de Benito Juárez para el héroe cubano.
Martí había cumplido presidio político en Cuba, sobre el que escribió unas páginas imperecederas y fue desterrado a España, adonde partió a inicio de 1871.
En el país europeo se graduó de las licenciaturas de Derecho Civil y Canónigo, y Filosofía y Letras con notas de sobresaliente, en tanto dio a conocer un importante escrito, «La república española ante la revolución cubana».
El 8 de febrero de 1875 llegó a Veracruz, procedente de Nueva York, y dos días después arribó a la Ciudad de México, para reunirse con sus padres y hermanas. Tenía 22 años.
En su viaje de Europa a México, Martí permaneció en Estados Unidos unos 10 días, y esto le va a permitir hacer una comparación entre el mundo norteamericano y el hispanoamericano, valora el experto.
Recuerda que llegó a México con las experiencias surgidas de la infancia en Cuba, el recuerdo del negro esclavo y los sufrimientos por la lucha de su patria; además, ya tiene un punto de comparación entre la vida del norte y lo que va encontrando a su paso por México, va a ser una visión nueva de lo va a amplificar sobre América Latina.
Martí se asentó como periodista y a través de sus escritos en la revista Universal, y los periódicos El Federalista y El Socialista, lega una imagen del país que le tocó vivir; México queda aprisionado en su obra, estima Herrera Franyutti.
Profundiza Martí en el periodismo a partir de la revista Universal: «No es un periodismo informativo exclusivamente, sino lo transforma en un arma de lucha, de denuncia y de defensa, de México en primer lugar y luego de los pueblos latinoamericanos, en la medida que va comprendiendo esa dualidad entre el norte y el sur».
Acerca de la obra «Amor con amor se paga», estrenada el 21 de diciembre de 1875 en el Teatro Principal de México, manifiesta que en la Pinacoteca Virreinal de San Diego, en Chapultepec y en el Centro Cultural que lleva su nombre en el Distrito Federal se ha presentado en alguna ocasión, pero pide se repita con más frecuencia porque «nos habla del Martí poeta y autor teatral».
En México se casa con la cubana Carmen Zayas Bazán en diciembre de 1877, hace discursos, lee versos, lo sorprende el golpe de Estado de Porfirio Díaz y el cierre de la revista Universal, por lo cual decide marchar a Guatemala, pero antes volverá a Cuba, en un breve viaje a la patria.
UN APARTE PARA LA POESÍA
El devoto martiano dedica un aparte para el conjunto de la poesía martiana escrita en México, versos «en los que se asoma quizás por primera vez a lo sobrenatural, como hará en tantas ocasiones, al enriquecer de imágenes su obra».
Aunque sobresale el patriota, el revolucionario, es también un poeta de sello indeleble, cuyas estrofas muestran la necesidad amatoria de Martí, a la altura de los bardos de la época, de quienes recibe cierta influencia, pero «cuando abandonó Mexico en 1877, en un artículo, «La poesía», reveló la búsqueda de nuevas formas expresivas a través del verso, aprecia.
Las universidades Intercultural de Chiapas y de Guadalajara, en coordinación con el Centro de Estudios Martianos de Cuba, publicaron el título «Sin amores» en 2009, que recoge su poesía del Maestro en México gracias al empeño de Herrera Franyutti y el apoyo de estas instituciones, volumen que incluye la pieza teatral «Amor con amor se paga».
A juicio del doctor Mario Alberto Nájera, el libro ayuda a conocer y comprender al hombre José Martí en su más pura y diáfana humanidad; no al héroe aún, no al organizador de la guerra necesaria, sino el que era antes de los decisivos acontecimientos.
El antropólogo mexicano, profesor de la Universidad de Guadalajara, añade que la vida en el país le dio mucho de los elementos que lo ayudaron a formarse como un agudo pensador latinoamericano.
EN LA PREPARACIûN DE LA GUERRA NECESARIA
Herrera Franyutti plantea que si bien en 1875 Martí llega a México como un desconocido, cuando regresa entre julio y agosto en 1894, vuelve como delegado del Partido Revolucionario Cubano, directamente a ver qué podía recaudar en el país con vistas a la guerra independentista.
Pormenoriza que el cubano pide audiencia a Porfirio Díaz, entonces presidente, quien se la concedió, pero Martí va a Veracruz en sus gestiones y esa primera cita no se dio. Regresó y ya había pasado el día indicado, por lo cual insistió en otra cita, quizás con la ayuda de su gran amigo Manuel Mercado.
Por fin se da el encuentro en el Palacio Nacional, pero, explica, qué se trató realmente nadie lo sabe. No obstante, observa con sapiencia, Díaz se conmovió según trascendió en la época y prometió ayuda a la causa cubana.
Hay quienes cuestionan que si Martí desde el periódico El Federalista criticó severamente al general Porfirio Díaz y su asalto armado al poder constituido a finales de 1876, pidiera una cita con él en 1894.
Al respecto, aclara Herrera Franyutti, hay que recordar que Martí venía en plan de lucha y para él lo primero era la independencia de la patria, por tanto, no podía detenerse ante algo del pasado.
Martí escribió a Máximo Gómez, otra de las figuras clave en la lucha independentista cubana, que estuvo en México por 20 días y logró algunas promesas para el futuro, en las que pudiera estar lo ofrecido por Porfirio Díaz, dice.
Expresa que Martí vino a México en dos etapas diferentes y demuestra la unión de los países; «dos periodos distintos pero muy positivos para el héroe, quien tuvo amigos importantes en el país como Manuel Mercado, a quien siempre comunicó su amor por esta nación, la cual no deja de rendirle tributo».
Cuba ha otorgado a Herrera Franyutti la Orden de la Solidaridad (1988), la Distinción por la Cultura Nacional (1995), la Distinción Pensar es Servir, conferida por el Centro de Estudios Martianos (2007) y el reconocimiento Por la utilidad de la virtud, concedido por la Sociedad Cultural José Martí (2009).
*Excorresponsal de Prensa Latina en México.
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