LOS DOCENTES EN LA CUARTA TRANSFORMACIÓN

Después la Revolución Mexicana, La educación ha atravesado por diversos momentos en que los docentes han asumido papeles diferentes, de acuerdo con las circunstancias sociales prevalecientes.

Primero los docentes fueron apóstoles de la educación. Su papel era educar aún a sacrificio de sí mismo.  El país se llenó de educadores abnegados, muchas veces sin sueldo,  que vivían de lo que las comunidades podían brindarles. Recién salido de la Revolución, el país carecía de recursos para sostener una plantilla de educadores debidamente profesionalizados.

Luego, los educadores fueron misioneros; se establecieron las “Misiones Educativas y Culturales” que recorrían la nación. La profesionalización docente fue incipiente en este período.

En los gobiernos de Calles y Cárdenas, se implantó la Educación socialista y los docentes fueron activistas, promotores de la justicia social y del nacionalismo frente a las amenazas extranjeras. Esto molestó a la oligarquía mexicana y a la Iglesia Católica, que excomulgó a los profesores. Paralelamente con la Guerra Cristera, se procedió al linchamiento y desorejamiento de maestros que impartían la Educación socialista.

De Miguel Alemán hasta López Portillo se regularizó la relación con la Iglesia, restableciéndose la armonía social mediante grandes concesiones a los conservadores. Los docentes se convirtieron entonces en Desarrolladores sociales, más profesionalizados, pero con menor reconocimiento social.

Desde de la Madrid y hasta Peña Nieto, los docentes se convirtieron en tecnócratas; se les exigió que formaran “autómatas eficientes”, eficaces en el trabajo y la administración, pero sin conciencia social ni valores cívicos y éticos.

Se introdujo la Tecnología Educativa, consolidada en el Programa de Modernización Educativa, de Salinas de Gortari, y que derivó hacia la Educación por Competencias (Sin rostro humano) con Calderón y Peña Nieto. Los docentes fueron empleados que debían generar acrítica y eficazmente el producto que se les exigía. Gran parte de los docentes se rebelaron contra este sistema y la educación fue uno de los principales campos de batalla política en el país, el germen de la Cuarta Transformación.

Los docentes en la Cuarta Transformación

El 12 de mayo de 2018, en Oaxaca, el entonces candidato López Obrador enunció un Compromiso por la Educación consistente en diez puntos:

  1. Fortalecer la educación, como derecho del pueblo.
  2. Alimentación a los alumnos educación básica de las zonas marginales.
  3. Beca mensual para los del nivel medio superior.
  4. Terminar con el rechazo en las universidades públicas.
  5. Fortalecer las normales y la UPN.
  6. Cancelar la reforma educativa y las afectaciones laborales al magisterio.
  7. Maestros, padres de familia y expertos, realizarán un nuevo plan educativo.
  8. Respetar la independencia y autonomía del magisterio.
  9. Retomar las propuestas educativas de cada estado e impulsar la educación indígena, respetando sus formas de organización.
  10. Cancelar cuotas mantenimiento en las escuelas. Recursos para infraestructura e Internet gratuita.

Poco se ha discutido el rol docente en esta nueva situación.

La propuesta que aquí se presenta es la de que el docente debe asumir el papel de Formador de ciudadanos capaces de desarrollar todas su potencialidades, con una sólida conciencia cívica y ética y portadores de una cosmovisión patriótica y nacionalista.

Aparte de una sólida formación académico-disciplinar, el profesor debe sembrar los valores más elevados en sus estudiantes. No basta enseñar el porqué, el cómo y el dónde de las cosas; debe privilegiarse el para qué de ellas.

Los valores son constructos ideológicos socialmente elaborados acerca de lo bueno, en contraposición con lo malo. Son guías de acción cotidiana y norman los proyectos, metas y compromisos que para consigo mismo y para con los demás asume portador.

¿Cuáles valores promover en este momento de transformación nacional?

La propuesta es la de promover cuatro Valores primarios, como sustento para la generación de todos los demás y se ubique centralmente la relación docente-estudiante-sociedad:

  • Respeto. Actitud de no agredir a nadie. Debe ser recíproco.
  • Responsabilidad. Responder adecuadamente a compromisos asumidos.
  • Honestidad. No robar, no mentir y no traicionar, principios primordiales de la Cuarta Transformación.
  • Patriotismo. Actitud de amor a la Patria, sin menosprecio o agresión a patrias ajenas.

De estos cuatro valores primarios se derivan todos los demás.

El docente debe portar y promover estos valores, independientemente de las asignaturas que imparta; sólo así podrá impactar positivamente en sus educandos y el entorno social.

Si la Cuarta Transformación no genera una transformación de la consciencia de los mexicanos, si no impacta positivamente en nuestro comportamiento, si no produce una nueva actitud cívica y ética más elevada, entonces se correrá el riesgo de que sólo sea una transformación efímera y pronto vuelva a instalarse la corrupción generalizada en México.

No es fácil pero, como diría John Lennon: “puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único, espero que algún día te unas a nosotros y el mundo será como uno solo”.

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