Las dos celebraciones del 16 de septiembre

La crítica debe hacerse a tiempo; no hay que dejarse llevar por la mala costumbre

de criticar sólo después de consumados los hechos.

Mao Tse-Tung (1893-1976). Estadista chino.

 

Hace un par de días una periodista me hizo la siguiente pregunta: ¿tiene algo que celebrar el Partido Acción Nacional por sus 75 años de vida?  La pregunta en sí resultaría fácil de responder pero creo que en el fondo encierra un enigma que vale la pena reflexionar antes de dar contestación.  En esta ocasión decidí analizar dos eventos que representan, por un lado, un sentimiento que para algunos continúa siendo un factor de identidad nacional, como lo es el grito de independencia.  Por el otro, está la fundación del PAN, el partido que representó en un momento de la historia un contrapeso al sistema de partido hegemónico en el poder político mexicano.

 

Ambos eventos sin duda tienen un significado especial, que no los pongo en comparación porque representan hechos y circunstancias distintas.  La independencia o el grito, que es el mayor acto o ejercicio de identidad nacional, supera en casi no mucho la participación de México en los mundiales de fútbol soccer.  No sé si en parte por la influencia del marketing pero nunca antes como en este mundial pasado, se vio y se sintió el nacionalismo mexicano.  En una ocasión recuerdo haber escrito que todo futuro presidente debería incluir en sus proyectos y objetivos de política exterior calificar a la selección mexicana de fútbol al mundial, puesto que para algunos es la idónea forma de distraer la atención de los asuntos públicos, y por la otra, determina el grado de consumismo en los negocios, lo que es una excelente noticia para el sector.  Y claro, representa un interés nacional si así puede nombrarse.

 

Hoy, el significado ha adquirido interpretaciones diversas y ha sido modificado, agregado e incluso alterado.  Y para ello algunos ejemplos.  En Chiapas, el Gobernador Velasco no solo hizo hincapié de los iniciadores de la guerra de independencia –Hidalgo, Morelos, Allende, Josefa Ortiz, entre otros- sino que incluyó a otros héroes mexicanos y personajes extranjeros que estuvieron en otra época, como Emiliano Zapata, Benito Juárez, Belisario Domínguez y Fray Bartolomé de las Casas.

 

Otro caso, fue en Quintana Roo, donde un alcalde confundió a Ignacio Allende y lo llamó Miguel Allende, aunque dándose cuenta de su error corrigió al momento.  Uno más fue con el alcalde de Izúcar de Matamoros, Puebla, que decidió usar el bando presidencial para la pronunciación del grito de independencia.  Lo anterior nos da muestra de dos hipótesis: o son protagonistas o dan muestra de su ignorancia de la historia de México y sus leyes y protocolos.  Me detengo más en el primer caso puesto que el segundo deduzco que fue más producto del nerviosismo que del desconocimiento, y del tercero, de un mero protagonismo.

 

Abogado por la Universidad Humanitas, Velasco Coello es el Gobernador más joven de México con 34 años de edad.  También fue el diputado local más joven de su entidad con apenas 21 años y de ahí ascendió a otros cargos para ser diputado federal y senador.  Hoy, siendo Gobernador ha sido objeto de críticas por la oposición por el excesivo gasto erogado para publicitar su imagen a nivel nacional.  Aproximadamente 130 millones de pesos usó del erario para difundir su primer año de gestión.  El pasado 15 dio muestra de su acervo histórico al enumerar a una lista de héroes nacionales sin importar si vivieron o no en 1810: Juárez apenas tendría 4 años de edad; de Zapata, ni sus padres se habían conocido y habría que esperar 69 años para que llegara al mundo; de Belisario Domínguez, también tendría que esperarse unos 53 años para conocerle y; de Fray Bartolomé, pues él vivió tres siglos antes que nuestros héroes.  Quiero pensar que por los vínculos que tuvieron Belisario Domínguez –nacido en Chiapas- y De las Casas –Obispo de Chiapas durante el Virreinato- es que hayan sido mencionados en el discurso del gobernante, pero de nueva cuenta dudo que supiera tal información.

 

En otro orden de ideas, para muchos fueron cuestionables los sistemas de seguridad aplicados en los alrededores del Zócalo de la Ciudad de México para presenciar el espectáculo de luces, fuegos artificiales y demás eventos programados para la noche mexicana.  Adultos y niños fueron revisados sin distingo, lo que ocasionó el malestar e indignación de varios asistentes.  Un medio de comunicación publicó dos imágenes que describen al México doble: el México de los de arriba y el México de los de abajo.

 

Otros se quejaron de no tener garantizado su puente patrio, como lo hizo saber la consejera electoral del hasta ahora Instituto Electoral del Distrito Federal.  Pero esta recopilación de eventos es el reflejo de un solo pero a la vez múltiples Méxicos que personalmente identifico: la del México dividido.  Y eso me lleva al segundo punto que quiero reflexionar, la política, en particular los partidos.

 

Simultáneamente al inicio de la independencia mexicana, pero casi un siglo y medio después, surgió de la idea de varios intelectuales destacados, el concepto de un partido político que reflejara las necesidades sociales y atendiera en consecuencia sus demandas.  El PAN, a 75 años de haber nacido, debe responderse a sí mismo a la pregunta: ¿tiene algo que festejar?  Ello me regresa a la entrevista que me hicieron vía telefónica.  Respondí que sí pero al mismo tiempo también es un llamado a hacerse una autocrítica.  De lo que debe festejar en parte, son las políticas públicas que hicieron sus gobiernos que hoy siguen vigentes y que incluso sirven como modelos para otros países: el seguro popular y el Instituto Federal de Acceso a la Información son solo dos ejemplos que puse para demostrar que hubo acciones que se lograron hacer bien –aún con sus limitantes- y que hoy incluso otras fuerzas políticas las mantienen y fortalecen.

 

Pero también hay un lado reflexivo, de autocrítica que no debe omitirse.  Coincido con las opiniones que sostienen que el PAN nunca se había desgastado tanto como en los 12 años que gobernó el país.  Los escándalos y descoordinación en el gabinete presidencial con Fox y la preponderancia del combate al crimen organizado como política principal con Calderón fueron solo algunos factores que bien aprovecharon los gobiernos locales para generar una perspectiva diferente al ciudadano, y juntas costaron perder la permanencia en la presidencia.

 

Sin embargo, no sería justo limitar el fracaso del PAN por retener la presidencia a esos dos elementos.  Su divisionismo interno fue otro gran factor.  La injerencia evidente del Presidente en los asuntos internos del PAN fue motivo de una clara confrontación entre los grupos políticos afines al dirigente nacional y el Presidente.  Y hoy aún esos problemas continúan y siguen abonando al poco o nulo interés que tiene el ciudadano en la política y en la confianza a los partidos políticos.

 

Y es que hay una extensa serie de pruebas que, aunque hay quienes la catalogan como una campaña de desprestigio –que no está fuera de la realidad- tampoco es óbice señalar que quienes se ven involucrados han contribuido a generar esta mala imagen.  Sin orden cronológico, puedo señalar ocho: las denuncias hechas por autoridades municipales en Guanajuato a finales de 2013, donde señalaban al legislador y entonces coordinador de los Diputados Federales panistas, Luis Alberto Villarreal, de exigir diezmos para otorgarles recursos para obra pública; segundo, las fiestas organizadas en las instalaciones del Congreso de la Unión por el coordinador de los Senadores del PAN, Jorge Luis Preciado, que fue duramente criticado por no haber reparado en gastos; tercero, la creación de un grupo pro nazi de jóvenes ligados al PAN en Jalisco en noviembre de 2013 denominado Movimiento Nacionalista Mexicano del Trabajo y que mostraban una abierta simpatía a la doctrina de Adolfo Hitler; cuarto, en junio de 2014 fueron detenidos dos funcionarios públicos panistas por agredir a una brasileña y que hoy continúan enfrentando a la justicia brasileña; quinto, la fiesta privada de legisladores panistas donde contrataron acompañantes o escords, dejando a la opinión pública las críticas; sexto, la declaración reciente de un ex funcionario panista –Carlos Treviño Núñez- al calificar al futbolista brasileño Ronaldinho como un simio; séptimo, la muerte de un infante tras la manifestación de unos ciudadanos en Puebla y que tras la represión de la policía, un objeto usado por dichas fuerzas de seguridad provocaron la pérdida de su vida y; octavo, la ley mordaza promovida y casi inmediatamente retirada por el gobernador Mario López Valdez que limitaba el acceso de la prensa en temas de seguridad pública y procuración de justicia.

 

Los anteriores eventos han dado muestra clara de que no solo puede tratarse de una campaña mediática por desprestigiar la imagen de un partido, sino que los propios actores han contribuido a ello.  Las críticas hechas por el senador panista Ernesto Cordero sobre la consulta ciudadana para modificar el criterio que fija el salario mínimo en el país es una muestra de las profundas diferencias que existen en el instituto político.  Hoy, a 75 años de historia, el PAN debe reflexionar nuevamente su papel en la política mexicana.  No es el único partido que se ha visto envuelto en escándalos –el PRI con Cuauhtémoc Gutiérrez, el Verde Ecologista con Jorge Emilio González y su vida de lujos, el PRD con Bejarano y así una larga lista de etcéteras- pero su condición de haber sido una propuesta real de gobierno y una opción para el ciudadano, lo obligan a actuar por la vía democrática.  En sí, la reflexión debe ser extensiva todos los actores políticos puesto que todo ello abona a la pérdida de confianza ciudadana.

 

Es difícil determinar si hoy el PAN debe festejar sin tomar en cuenta lo que está viviendo ahora.  El profundo dogma político y la ideología de principios han sido ampliamente sustituidas por un excesivo pragmatismo que no solo ha costado gobiernos, sino partido también, parafraseando a Luis Héctor Álvarez.  Bien se podría empezar por cuidar los perfiles que presentarán en las próximas elecciones.  Por mi parte, yo tengo algo que celebrar: hoy cumplo 50 publicaciones de Pensamiento Lateral.  Agradezco a quienes se han tomado el tiempo de leerme y opinar sobre los asuntos públicos que semanalmente comparto con ustedes.  Sus aportaciones siempre han sido motivante y guía para mejorar diariamente mi trabajo.  Espero poder compartir nuevamente otras 50 publicaciones más.

 

El tintero.

 

¿En cuánto cree que podrá hacerse millonario?  Esa pregunta nos la hemos hecho al menos una vez en la vida.  Pues la respuesta aquí se la comparto.  Según el diario The Economist, llevó a cabo un estudio, basándose en el ingreso anual promedio principal de un hogar, para determinar cuánto tomaría alcanzar la suma de un millón de dólares.  El menor tiempo lo ocupó Estados Unidos con un promedio de 20 años, seguido de los países europeos de Noruega y Suiza.  Australia, Dinamarca, Canadá, Japón, Francia, Alemania, Gran Bretaña e Italia fueron los países que toman en promedio 50 años o menos para llegar a esa meta.  Se preguntará, ¿y cuánto nos tomaría en México? Si usted desea heredar a sus bisnietos y los que sigan, entonces no tendrá problemas: alrededor de 300 años nos tomaría alcanzar la meta.  Claro, ese tiempo toma para un ingreso promedio.  Para aquel que anda a pie.

 

mma

Fuente: http://imco.org.mx/economia/cuanto-tiempo-para-ser-millonario-via-economist/

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