18 de Septiembre de 2014.

En mi artículo anterior analicé los resultados que registró Tuxtla Gutiérrez en el Índice de Competitividad Urbana 2014 que elabora el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

En este Índice se analizan las 78 ciudades más importantes del país a través de 90 indicadores sobre el entorno económico y la calidad de vida de sus habitantes.

Tuxtla Gutiérrez está incluida dentro de estas 78 ciudades pero, lamentablemente, en el lugar número 41, en el nivel “media baja”. Tapachula, la otra ciudad importante de Chiapas, se ubicó en el lugar número 69, en el nivel “bajo”.

Ambas ciudades chiapanecas no presentan las mejores condiciones de mejoramiento urbano ni generan una calidad de vida óptima para sus habitantes.

Actualmente, el tráfico en la capital chiapaneca es infernal y no se esperan que las cosas mejores mucho con las obras de infraestructura que se están realizando bajo la estrategia de construcción “a lo Bayardo”, que ahora es sinónimo de “al chilazo”, al “ahí se va”.

Las obras de Tuxtla Gutiérrez se realizan sin el diseño, la planeación y la presupuestación debida. Además, y lo lamentable, es que la mayoría de ellas no son necesarias.

Lo que la capital necesita con urgencia son puentes vehiculares, nuevas vialidades y, sobre todo, la edificación del proyecto de libramiento sur del que tanto se viene hablando pero que no avanza en la realidad.

Tampoco vemos en Tuxtla Gutiérrez proyectos de nuevas formas de movilidad urbana que fomente la disminución de vehículos que hoy dominan el tránsito por la ciudad y que incrementen, por ejemplo, el uso de bicicletas.

Los libramientos norte y sur y el boulevard Belisario Domínguez presentaban condiciones idóneas para la instalación de ciclo vías en los camellones centrales. Ahora ya no, porque están siendo ocupados por las jardineras que se construyen en ellos.

Mientras no se realicen las obras de infraestructura que son sumamente primordiales, en poco en nada cambiará el entorno económico y la calidad de vida de los tuxtlecos.

La pavimentación, las jardineras y las fotos panorámicas que se están colocando en diversos puentes y vialidades de Tuxtla Gutiérrez, seguramente harán que la ciudad se vea más bonita y presentable cuando las terminen, si es que algún día las terminan, pero de poco o nada servirán para aliviar el tráfico infernal que tiene esta ciudad.

La mayoría de las obras de infraestructura que se ejecutan en la capital no ayudan en nada a mejorar la movilidad de las personas de a pie, pero si generarán una mayor cantidad de accidente accidentes para ellos.

Las jardineras del libramiento norte son prácticamente unas barreras para que los peatones, la gente de a pie, no crucen esta vialidad como usualmente lo hacen, es decir, corriendo y esquivando los vehículos que transitan a grandes velocidades.

La gente tuxtleca no está acostumbrada a utilizar los puentes peatonales, los cuales, además, son bastantes escasos. Tampoco existen posibilidades para que los semáforos otorguen el paso a los peatones.

Como ahora están de moda “los retos”, pues me voy a permitir a lanzar un reto al presidente municipal y al secretario de infraestructura, para que intenten cruzar a pie, no en carro con aire acondicionado como acostumbran, sino a pie, el boulevard Belisario Domínguez en la esquina de la 15 poniente, a la hora de mayor tráfico.

Será muy simpático ver a estos funcionarios públicos librar las embestidas de las combis y del conejo bus y, sobre todo, ver lo que provocan sus decisiones.

Por eso mismo, por esa falta de visión, las principales ciudades chiapanecas se encuentran en los últimos lugares Índice de Competitividad Urbana, situación que no cambiará mucho en el futuro.

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