La solución está en tus manos

El punto de vista de cualquier político siempre va a diferir con la de los ciudadanos, por ejemplo mientras que las autoridades digan que el índice de criminalidad ha bajado el sentir ciudadano será siempre lo contrario porque en su entorno continua los robos y la violencia.

Los números dicen mucho pero a la vez no representan un impacto entre la población porque para la gente da lo mismo el crimen organizado, delincuencia de robo común o asaltos en el comercio.

Para las autoridades de Coahuila, los números o sus indicadores obtenidos por los reportes de denuncias ciudadanas pueden decir que va en disminución la violencia o delincuencia en nuestra entidad y lo más probable es que sea cierto, sin embargo para los coahuilenses su sentir por lo que se vive en cada cabecera municipal es distinto porque tanto el robo en diferentes rubros de comercio y robo a mano armada intimida a la gente que todavía no logra superar ese temor generado por la violencia del crimen organizado, por lo tanto para la ciudadanía no existe tal cosa como un índice bajo de delincuencia porque ambos hechos ilícitos los considera por igual.

Tampoco los funcionarios públicos coahuilenses no deberían de confiarse tanto en sus estadísticas porque realmente no tienen una precisión en sus reportes ya que cada vez va en aumento la cultura de no denunciar los asaltos por temor a que sus agresores cobren una venganza o bien represalias en su contra.

Por otro lado los ciudadanos cada vez tienen una percepción con tendencia a la alta de desconfianza a los elementos policíacos e instituciones. En cuanto a los elementos de seguridad existe esa teoría entre la gente que están confabulados con los delincuentes y por el lado de las instituciones, los ineficientes resultados para procesar a un inculpado; en la remota realidad de ser capturados, al poco tiempo éstas personas que quebrantaron la ley considerados como delitos menores son puesto en libertad por la carencia de elementos legales o bien, una vez detenidos su sentencia son reducidas por buena conducta que para fines prácticos es lo mismo.

Lo mismo sucede con las Cámaras de Comercio de cada cabecera municipal en donde reafirman las quejas constantes de la falta de seguridad pública y presencia de la misma a sus establecimientos en donde no solamente ellos son víctimas de los robos y asaltos, sino también sus clientes que con tanto esmero y años han tratado de mantener.

No obstante los robos repetidos en ciertas zonas de la ciudad en donde la criminalidad obtiene la impunidad ya sea por la ineficiencia de los elementos de seguridad o la posible teoría de la confabulación de ambas partes echa a perder lo que por años se construyó como un negocio y patrimonio familiar en cuestión de minutos en un asalto con uso de violencia ayunte a la clientela.

El temor por parte del comerciante de querer denunciar los asaltos cada vez va en aumento por el nulo resultado obtenido por parte de Seguridad Pública en sectores específicos de la ciudad. En donde han sido víctimas de continuos asaltos devaluando sectores considerados como residencia altamente caras o como diría coloquialmente la gente, en donde viven los ricos. Un claro ejemplo de ello aquí en la capital de Coahuila viene siendo el sector comercial ubicado en las colonias conocidas como “Los Pinos”, “Real De Peña” y “Doctores”, víctimas continuas de robos y asaltos no solamente a los establecimientos sino también de los clientes.

Para quienes viven ahí que alguna vez pensaron el tener el todo por ser considerado como un sector privilegiado nunca vieron venir que la inseguridad estaría presente en una zona en donde no hay pobreza o que no existe alguna colonia popular colindando, en la cual lógicamente el robo sería el pan de cada día. Y muy a pesar de que en ese sector de la ciudad de Saltillo predominan los fraccionamientos cerrados y casas con muros altos de más de cuatro metros, bardas electrificadas, casetas de vigilancia privadas y además con dos torres hidráulicas pertenecientes a Seguridad Pública y sin mencionar las dos cuadrillas de policías conformados de cuatro elementos a pie que constantemente hacen sus rondines caminando por el sector comercial. Sin embargo aun así con todo éstas medidas de seguridad no han sido suficiente para detener los repetidos robos con violencia a los locatarios y restaurantes de aquel sector.

Muchos colonos de zonas residenciales de alta demanda cada vez entienden más que el motivo de ser víctimas es porque los ladrones saben que es ahí en donde está el dinero y bajo esta mentalidad los mismos saltillenses están optando por hacer sus compras pero sobre todo en consumir en restaurantes ubicados en el centro de la ciudad de Saltillo por su difícil acceso para emprender una huida entre las calles angostas de la ciudad, herencia de una ciudad en donde se respira el ambiente colonial.

Ante la impotencia de los ciudadanos de no ver resultados con un impacto seguridad y a su vez que las denuncias interpuestas no logran tener éxito en el proceso porque difícilmente atrapan a los delincuentes, deciden tomar medidas propias para evitar ser asaltados, pero éstas decisiones afectan a los comerciantes de aquel sector residencial de la ciudad provocando el cierre parcial de los negocios y a su vez fuentes de trabajo. El debería no existe porque las autoridades saben que hacer y tienen la solución en sus manos. Esta situación no solamente se vive en Saltillo, sino en toda la entidad de Coahuila. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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