La muerte recibe el Año Nuevo

El próximo año nuevo seguramente llegará para muchos con mucha alegría pero también con sorpresas desalentadoras para otros. Seguramente todos los medios periodísticos estarán al pendiente para captar las primeras noticias del primer minuto del año como el típico el primer nacimiento del año 2015, el primer borrachazo entre otros más, sin embargo hay otras noticias a las cuales no son tan registradas hasta pasado un tiempo y vistos como una cuestión estadística de las cuales a los políticos seguramente no les gusta tocar como tema.

El suicidio es uno de ellos que siempre viene acompañado lamentablemente junto con la bienvenida al año nuevo y no es de extrañarse aunque cada vez es más visto como algo normal o cotidiano en nuestro país porque el tema de la muerte es algo que no ha descansando en ningún mes del año.

Aquellos causados por el crimen organizado que difícilmente son resueltos porque la mayor parte de las instituciones de seguridad están infiltrados en la delincuencia en donde ya en varias ocasiones se ha demostrado su participación entre chicos malos y buenos.

También los hay de accidentes automovilistas irresponsables que no quieren entender que el alcohol y el volante no se llevan bien. Pero éste tipo de accidente va en aumento y por desgracia con menores de edad a quienes sus padres irresponsables indebidamente les confiaron un vehículo por huevones de no llevarlos y otros papás por la ineptitud de no saber cómo guiarlos pensando equivocadamente que la madurez se logra con un volante en las manos para que sean independientes.

Pero sin restarle importancia a ninguno de los anteriores casos seguramente la más preocupante el suicidio porque para los estudiosos es un espejo de lo que sucede socialmente en nuestro país.

Muchos investigadores han encontrado que las crisis económicas suelen tener los mayores efectos para el incremento de suicidios como una consecuencia por la depresión pero éstos aumentan durante las fiestas decembrinas con elementos o factores aunados a ellos como las deudas económicas, la falta de empleos, las desuniones familiares y embarazos no deseados, son algunas de las causas por la cuales son usados como motivo de suicidio y que al término del año al no verse obtenido los resultados esperados prefieren quitarse la vida como única solución.

El tema de la muerte antes solía ser hasta una palabra que no debería de pronunciarse por considerase como un pecado porque en la Biblia, en la parte de los mandamientos, lo dice muy claro: No matarás. Aunque evidentemente nos ha gustado darle múltiples interpretaciones. Que si se trata de un violador múltiple, que si es por un embarazo riesgoso, que si se trata de un deporte con toros y hasta hay quienes aseguran que Dios no manda a nadie a matar, sino que nos dice que una vez conociendo la palabra de Dios, seremos personas que no matan.

Tanto en las diferentes productoras de cine pero las películas más taquilleras de terror o triller, la muerte es tema común y porque no hasta como cosa sabrosa. Casi se puede asegurar que no hay película con un premio de Oscar que no contenga una dosis de muerte. No importa si es la sangre del enemigo como el “El señor de los Anillos”, la famosa pelea de los espartanos “300” o si es la del protagonista, como el papel que encubrió a Leonardo Di Caprio en Titanic. La idea es que se muere alguien.

La cultura popular también toma la vida y la muerte como cosa de tradiciones. Celebramos el Día de los Muertos y vamos al panteón en el aniversario de nuestro luto, la muerte de Jesucristo la lloramos y la cantamos. La muerte está presente en múltiples celebraciones incluyendo en donde matamos animales para alguna ocasión en especial como cuando se hacen los tamales, o un lechoncito para navidad o cualquier otra ocasión o simplemente para comer y poder sobrevivir.

La ciencia ve la muerte también como parte relevante de su trabajo. La psicología estudia las reacciones de la mente respecto del tema. Los doctores hacen cuanto pueden para poder evitar la muerte, pero ya muerto el paciente le hacen necropsia.

En el cristianismo, la Biblia habla del suicidio como una forma de llegar antes a la “nada” o como la forma de salir de una habitación llena de humo. En ésta religión primero se aceptaba y luego fue un pecado capital en donde los suicidas tenían funerales aparte, sus nombres no se mencionaban en misa para pedir por sus almas, no había plegarias e incluso la familia era objeto de escarnio. La tentativa de suicidio era comparable a la locura, de ahí el que se ocultaran esos casos.

Y pese a que cada visión es muy distinta, hay una coincidencia: Nadie responde con autoridad plena y conocimiento irrefutable el asunto. Estamos ante una gran pregunta sin respuesta.

Aunque vemos preocupaciones de las autoridades por el asunto y los académicos nos han señalado a los periodistas como portadores de algo de la responsabilidad en las siniestras estadísticas y aunque mucho habrá de conocerse durante el año, parece simplemente, que los responsables podemos ser todos.

Es difícil definir un comportamiento tan homogéneo en una sociedad tan complejo y mixto de ideales, pero de alguna forma encontramos que las cosas de la ciudad, con sus problemas de falta de dinero, sus crisis emocional y las cosas que aquí ocurren, así como los asuntos individuales de todos aquellos que se han quitado la vida, forman un caldo de humores propicio a mantener viva la estadística de suicidios. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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