¡…Guerra de papel…! ¡Mancera miente con todos los dientes…!

POR BLAS A. BUENDÍA

blasalejo@yahoo.com

Cuando un funcionario pierde el piso por el poder que ostenta, y se agiganta ante una sociedad por demás confundida, y que ésta observe que su talentoso y soberbio gobernante no lo baja nadie de su pedestal, está confinada a ser víctima de la crueldad gubernamental que es protegida por iracundos monigotes que integran las fuerzas públicas.

Miguel Ángel Mancera Espinosa ahora sí se saltó la barda de 20 metros de altura, y sin garrocha, porque eso de considerar que la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA) de la Ciudad de México “es el órgano de justicia laboral más importante del país”, está por verse ya que existe la promoción de miles de demandas de trabajadores suspendidos por motivos diversos, en contra de las administraciones locales.

Diputados de la Asamblea Legislativa del todavía Distrito Federal, advierten que Mancera debió reconocer que cada una de las administraciones emanadas del Partido de la Revolución Democrática (PRD), han dejado un amargo sabor de boca, porque no respetan el marco del derecho, y mucho menos garantiza respeto a la Ley del Trabajo.

Desde que Andrés Manuel López Obrador fue un ilegítimo Jefe de Gobierno del Distrito Federal –por no reunir su estancia en el DF por cinco años-, siempre actuó con una arrogancia de un poder grotesco; implantó la conveniencia de que todos los trabajadores de la administración pública local, tenían que contribuir con un porcentaje para apoyar a su gobierno, restándoles de sus salarios, algo así como pagar el derecho de piso ¡para trabajar!

Lejos de haber celebrado el 90 aniversario de este “organismo autónomo” con una clásica desenfrenada verborrea demagógica, debió haber comenzado que las administraciones pasadas que dejaron adeudos supremos en la liquidación de aquellos trabajadores que han ganado laudos en instancias federales, pero una vez hecho el reclamo que se les indemnice, el propio gobierno se las hace de “cuento robado”.

Se entiende que Mancera y todos esos personajes que se han configurado en el pasado como Jefes de Gobierno, dejaron una estela de problemas inalcanzables de resolver, por el simple hecho de “justificar” que no tienen dinero.

La demagogia a flor de labio fue imprudente del mismo Miguel Ángel Mancera, sobre todo porque, en su perorata, paradójicamente dijo a esos trabajadores sin rostro, “estén seguros que vamos a defenderlos. Nosotros reconocemos su trabajo”, resaltó. -¿Será?

Apuntó que la actividad diaria y el esfuerzo de este órgano de justicia laboral, al que ingresan entre 30 y 35 mil asuntos al año, son una prueba del trabajo permanente que busca evitar el rezago con capacitación y profesionalización.

“Si algo hemos estado analizando con la presidenta (de la JLCA) es cómo podemos impulsar más este gran acuerdo por la justicia, cómo podemos ser más efectivos con los trabajadores, atender más rápido sus demandas, ser justos en todas y cada una de las resoluciones”, sostuvo.

Agregó que la JLCA redujo el tiempo de resolución de los asuntos de más de tres años, a dos meses, con un volumen de atención mayor al de las otras entidades del país, aspectos que deben considerarse ante una reforma que incide en un campo tan importante, como en su momento, la nueva estructuración del Sistema Acusatorio.

“Sencillamente, la implementación del Sistema Acusatorio, que a todos nos coloca en un rasero igual, la implementación de ese sistema en la Ciudad de México equivale a la implementación en toda Argentina o en 13 entidades juntas de nuestro país, ese es el reto que tenemos acá, ese sería ahora este reto que se presenta”, explicó.

Añadió que al plantear una reforma, ésta debe ser económicamente viable. En el caso de la JLCA de la Ciudad de México, su implementación representa miles de millones de pesos, punto donde el órgano de justicia laboral capitalino puede alzar la voz para esgrimir diversos razonamientos y defender su desempeño.

“Coincidimos en la inaplazable necesidad de mejorar el marco normativo laboral. Sin embargo, reiteramos la importancia de abrir el debate, ya que existen carencias en las iniciativas, ningún cambio normativo puede ser trascendente si no va acompañado de lineamientos presupuestales que realmente den autonomía a las juntas o tribunales del trabajo”, destacó.

“Estoy tranquilo porque nos dijeron que no iba a pasar la Reforma Política, 15 años intentando que pasara la Reforma Política de la Ciudad de México y ahora ya pasó; que el salario mínimo no iba a pasar y que era una locura y ahora estamos a punto de que se tenga un incremento histórico en el salario mínimo. Lo mismo vamos acá por la Junta Local de Conciliación de la Ciudad de México”, expresó.

El mandatario capitalino y la presidenta de la JLCA de la Ciudad de México, Margarita Darlene Rojas Olvera, develaron la placa conmemorativa por el 90 aniversario del órgano de justicia laboral. La titular de la JLCA entregó al Jefe de Gobierno una medalla conmemorativa.

El ex presidente de la JLCA, Mariano Piña Olaya, reconoció al órgano de impartición de justicia laboral, a su titular y trabajadores, como un factor de equilibrio en las relaciones obrero-patronal, que se traduce en desarrollo económico.

“Lo acontecido en el ámbito laboral durante los 90 años que hoy conmemoramos han dejado huella profunda en el Siglo XX y esto se debe al trabajo, empeño y dedicación de todos sus integrantes”, sostuvo.

Sin embargo, el beneficio de la duda está en puerta, porque Mancera omitió informar cuántos trabajadores de su propia administración, la actual y del pasado, han cumplido con los fallos a favor de los trabajadores despedidos, toda vez que miles de éstos se quejan amargamente que el PRD-Gobierno abusa del poder, “hemos ganado los laudos en instancias federales y el GCDMX no cumple con las liquidaciones.

Casos hay por miles, tan solo por citar un ejemplo, en el Sistema de Transporte Colectivo-Metro, existen trabajadoras a quienes no se les ha hecho justicia por obtener sus liquidaciones, señalando amargamente que “el gobierno trácala se hace de la vista gorda y no cumple con los fallos” conforme a derecho, lo que obligaría tachar a  la administración, ahora mancerista de caer en los tentáculos de la deshonestidad.

Empero, “es el cuento de nunca acabar”, se escucha el alarido de miles de trabajadores que lamentablemente no han logrado obtener sus liquidaciones cuando menos para instalar un negocio y ganarse honestamente la vida.

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