Geomalabarismos

Trinquetes Unidos: Ficrea y Starfin Union de Crédito.

La ineptitud y la irresponsabilidad parecen presidir y caracterizar los desempeños del sector hacendario Mexicano, tanto de la Secretaría del ramo como de sus órganos de vigilancia específica. Tanto si se trata de la vigilancia de bancos afectos a la lejía y blanqueado de capitales o de la banca popular y las uniones de crédito, “reguladas” por sendas leyes –la de Ahorro y la de Uniones de Crédito- la negligencia es la diferencia específica que explica el saqueo, siempre impune, de los dineros de “instituciones” supuestamente reguladas, pero  perfectamente inseguras y tramposas. Cuando en el sexenio de Calderón presidía Guillermo Babatz la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el lavado de dinero del poluto banco Inglés HSBC no se detectó en México por la Comisión aludida, sino por las autoridades –la Securities and Exchange Commission- financieras de los EE.UU., evidenciando la laxitud y la somnolencia crónica y permanente de una Comisión Bancaria que, irónicamente, fue fundada antes que el propio Banco de México. A tenor de la somnolencia del sector hacendario, en Ficrea –Sociedad Financiera Popular- se escamotean 2700 millones de Pesos bajo la complacencia de Jaime González Aguadé -¿Será Catalán de origen?- y de su “jefe” Videgaray, domesticado en “instituciones” de los EE.UU.

Los dineros robados en Ficrea, en un ambiente de franca delincuencia organizada por hampones de “cuello blanco”, se “triangularon” y fueron a parar a un paraje muy popular entre “nuestros” depredadores,      la España de Repsol e Iberdrola, en donde el trinquete posee certificación de origen, como los vinos de la ribera del Duero o los jamones de Jabugo.

¿Qué  bancos se encargaron de las transferencias de los 2700 millones de Pesos saqueados por Ficrea y sus filiales, en operaciones “casi” seguramente prohibidas por la Ley de Ahorro y Banca Popular?

¿Podría la Comisión responder esta pregunta primaria, inspirada o inducida por nuestra ingenuidad financiera? Y…no terminamos  el resbalón en la escalera cuando ya vamos cayendo en un segundo descanso: el de la Unión de Crédito Starfin de Culiacán, Sinaloa con sucursales en el D.F. y en Tehuacán, Puebla con 171 bolsillos de sus socios –cuando menos- saqueados por la célebre pareja de los Gastelum, padre e hijo, este último con antecedentes de evasión fiscal y huida al extranjero (En el 2005 fue apresado y regresado a México).

Pero, como la propia Ley de Uniones de Crédito lo especifica en sus primeros artículos, el gobierno federal y sus “paraestatales” no se responsabilizan de las actividades y resultados de los trinquetes potenciales de estas “Uniones”, intrínsecamente perversas.

Si el Estado es irresponsable, ¿Con que derecho “ vigila, supervisa y multa” a sus –iba yo a decir a sus siervos- ciudadanos de la República, cobrándoles impuestos, si se dedican al fomento y desarrollo del crimen organizado cuando menos dentro del sector de lo bancario financiero? ¿Conviene un Estado irresponsable, negligente?

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