Gandia, España, 17 mar (PL) Las fallas, fiestas que rinden culto al arte y el fuego, entran hoy en cuenta regresiva hasta el 19 de marzo, Día de San José, cuando la Comunidad Valenciana, en España, honra una tradición centenaria.
Este año la tradición tiene como estímulo adicional la decisión anunciada ayer por la Generalitat (gobierno regional) de declarar Bien de Interés Cultural Inmaterial las Fallas centenarias de Torrent, Xátiva, Gandia, Sueca y Alzira.
Las fiestas de arte efímero y fuego sirven también para mantener vivas tradiciones como la lazalla (bebida de anís), el blusón (prenda típica de vestir) y la integración comunitaria, en franca retirada ante la vida moderna.
Durante semanas los artistas esculpen en corcho blanco (antes fue en madera y luego en cartón) imaginativas y coloridas esculturas escogidas por cada falla, como se denominan las asociaciones o peñas regionales.
Entre el estruendo de los masclet (petardos) la comunidad vive sus fiestas con desfiles, procesiones, concursos, degustaciones gastronómicas y etílicas y las mascletá (de masclet: cohetes), ensordecedoras exhibiciones de pirotecnia.
En Gandia, conocida como destino de playa, las fallas se realizan este año con el objetivo de lograr la denominación de fiesta turística nacional, apoyada en la experiencia acumulada de la tradición que se realiza en esta ciudad desde 1876.
Registros históricos indican que la fiesta se inició en la ciudad de Valencia en 1850, 15 años después se sumó Xàtiva y luego Gandia y Sueca en 1876, Alzira en 1889 y Torrent en 1900.
La ciudad de Gandia cuenta con 23 fallas que cada año compiten por el primer lugar, distinción que salva del fuego la obra ganadora, la cual pasa luego a integrarse al Museo Fallero, mientras el resto es quemada en medio de la algarabía de la población.
El origen más aceptado de esta tradición es la costumbre de los carpinteros que cada noche de San José tiraban a la hoguera las maderas sobrantes de sus trabajos, a lo cual se sumaron figuras alusivas a personalidades.
Este año, el 19 de marzo, las fallas de Gandia serán quemadas e iluminarán como cada año una sugestiva ciudad a orillas del Mediterráneo, con un pasado ilustre que incluye el ducado de los Borgia, cuyo palacio sigue en pie, con el mismo esplendor de sus tradiciones.