España puso fin a las mayorías absolutas

Madrid, 25 may (PL) La redefinición del mapa político español está hoy a expensas de pactos y alianzas, tras elecciones locales caracterizadas por la dispersión del voto dado el retroceso de los partidos tradicionales y el avance de fuerzas emergentes.
Como en la mayor parte de municipios y regiones ningún partido obtuvo en la votación de ayer la mayoría absoluta que le permita formar gobiernos, el resultado de las urnas deberá perfilarse con acuerdos que permita establecer autoridades locales más o menos estables.
Entre los resultados espectaculares de la votación quedó el repliegue del gobernante Partido Popular (PP), que perdió casi 2,5 millones de votos en relación con los comicios de 2011 y el ascenso impetuoso de la izquierda en grandes ciudades como Madrid y Barcelona.
El llamado bipartidismo -formado por el PP y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE)– registró un profundo deterioro al lograr alrededor del 50 por ciento de los votos, muy por debajo del 65,3 por ciento alcanzado hace cuatro años.
Los resultados de los comicios locales tienen un significado adicional, por cuanto indican el viraje de la intención de voto popular a pocos meses de realizarse las elecciones generales, previstas para fines de año en una fecha aún por precisar.
La tónica dejada por la votación es que tanto el PP como el PSOE, a diferencia de lo que ocurría tradicionalmente, necesitarán apoyo de otras fuerzas en los lugares en que podrán gobernar y en algunos incluso quedarán fuera del gobierno.
Otro elemento novedoso en el caso de las municipales es la aparición de coaliciones de movimientos sociales y partidos de izquierda que, incluso, podrán gobernar en Madrid y Barcelona, en dependencia de las alianzas que s e fraguen en los próximos días.
Las elecciones de ayer también consolidaron la entrada de dos partidos emergentes en la gran política que, aunque con distintos signos ideológicos, contribuyeron a marcar lo que para muchos es el inicio del fin del bipartidismo.
Con un programa cercano a la izquierda, Podemos -con poco más de un año de creado- mostró ser una fuerza a tomar en cuenta para las próximas elecciones generales, aunque no participó con su marca en las elecciones municipales sino en alianzas con movimientos sociales y otras formaciones,.
De otro lado, con posiciones de centroderecha, se ubicó también entre los grandes de la política española Ciudadanos, una formación, una agrupación menor en Cataluña que se lanzó a la liza nacional apenas hace unos meses.
Ciudadanos se convirtió en el tercer partido en los municipios con más de un millón de votos para sus mil candidaturas presentadas del total de ocho mil 122 ayuntamientos.
Un panorama similar se registra en la votaciones realizadas para elegir los parlamentos regionales en 13 de las 17 comunidades autónomas, donde el PP no pudo mantener la mayoría absoluta en ninguna de las 10  que gobernaba y queda a expensas de pactos.
El PP no pudo, ni siquiera, asegurar sus bastiones de la Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha, mientras la oposición tiene opciones de arrebatarle el gobierno en al menos seis plazas si logra acuerdos que en algunas partes deberán ser tripartitos.
Aunque el vocero electoral del PP Carlos Floriano salió de inmediato a reivindicar como un triunfo los resultados, por ser ese partido el más votado a nivel nacional,  debió admitir que ante la aparición de Podemos y Ciudadanos se inició una era de alianzas.
Al margen de los acuerdos a los que se pueda llegar ahora para formar gobiernos en municipios y comunidades autónomas, las elecciones de este 24 de mayo marcaron el fin de las mayorías absolutas en España.
El camino ahora se abre al diálogo y las alianzas, algo que no parece simple si se toma el ejemplo de Andalucía, donde el PSOE ganó la mayoría de votos en marzo y todavía no ha logrado el apoyo para hacer nombrar su candidata a presidenta regional, Susana Díaz.

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