Esas curvas y rectas
Por Guillermo Robles Ramírez
Nuestras carreteras, al menos las llamadas federales y estatales, están siendo cada vez más modernas y amplias no solo en Coahuila, sino también en diferentes regiones del país. Sin embargo, no por eso significa que sea más segura.
La seguridad de estas carreteras federales y estatales, así como aquellas de cuota denominadas como autopistas, se encuentra en la velocidad de cada conductor. Por eso mismo es muy importante respetar las señalizaciones de carreteras, así como los límites de velocidad. Existen muchos que por el simple hecho de ver su icono de advertencia parecen muy intuitivos, aunque la realidad es que muchos desconocen su significado, pero la más importante de ellos y que todos sí sabemos qué significa, es sin lugar a dudas el límite de velocidad, pero que casi nadie respeta.
Pobre aquel conductor que llegue a respetar ese límite de velocidad, ya sea en carretera federal, estatal, o autopista de cuota, porque sino reciben una “mentada de madre”, con el claxon, les echan el vehículo encima y si son traileros es mucho peor.
También de las señalizaciones de carreteros que son muy ignoradas por los conductores son, aquellas que indican curvas y rectas que, no por ser amplias las primeras y muy prolongadas las segundas, son seguras.
Es precisamente el exceso de confianza lo que ha provocado que cada vez haya más accidentes trágicos, por lo que es importante someter a reflexión la ventaja y desventaja de respetar o no los máximos de velocidad.
La pregunta y reflexión viene al caso por los percances que ocurren no solo en fines de semana o temporada vacacional, sino ya no hay un día en específico en donde se han dado a conocer en noticias de diferentes medios, trágicos accidentes en donde la muerte son alcanzados a mujeres, hombres, niñas y niños. La principal causa es el exceso de velocidad y confianza.
Aunque hay que hacer énfasis que los fines y principios de semana, es decir, viernes, sábado, domingo, y lunes; ya que cada vez es mayor el número de habitantes que trabajan en cierta región coahuilense y tanto el fin como inicio de semana se trasladan a sus domicilios o bien a sus fuentes de trabajo, según sea el caso.
Solo por mencionar en el caso de Coahuila, hay trabajadores profesionistas especializados en cierto rubro industrial que viajan diariamente desde la cabecera municipal de Parras de la Fuente, al municipio de Ramos Arizpe; puesto que existe una gran demanda de este tipo de trabajadores y hay muy pocos en la ciudad capital coahuilense que ya no son suficientes los de Saltillo, o Nuevo León, así que están recurriendo a la contratación de cabeceras municipales más cercanas. Así, con esta simple mención, que no es un caso aislado, existen otras más haciendo de nuestras carreteras el incremento de su tránsito, y por ende peligroso.
Pero no es el único tramo de carretera más utilizado, sino que también existe otro de los recorridos muy concurridos en hechos de sangre en carreteras, es el de la carretera 57 por el rumbo conocido como “Los Chorros”.
Ahí son más comunes los “percances” en donde no se puede mencionar el más reciente, ya que se ha perdido la cuenta de ellos, porque cada vez son más concurridos hasta el grado que ya están dejando de ser noticias por lo seguido que suceden los accidentes. Tendría que ser una carambola muy espectacular para que vuelva a ser noticia, pero no por ello significa que, al no aparecer en medios de comunicación cada vez algún accidentado, no significa que estos van a la baja. Las muertes en este tramo de “Los Chorros”, también se dejaron de contabilizar.
Al igual que en todos los casos de lamentables eventualidades, la principal causa es el exceso de velocidad, y como en casi el 99 por ciento de los accidentes en carreteras federales, estatales, o autopistas, los conductores siempre huyen (en los casos que no fallecen) y al poco tiempo aparecen en la misma línea de transporte donde prestaban su servicio en el momento de la tragedia.
¿Qué hay que hacer, además de bajarle a la velocidad?, sería la pregunta prioritaria; pues tal parece que de nada ha servido en el pasado cuando se tenía vigilancia en las carreteras, porque actualmente ya ni la foto simulada de patrullas hay, ha impedido que su tendencia vaya a la baja, si no todo lo contrario.
Además, cada vez que sucede algún accidente provocado o involucrado alguna línea de transporte, resulta inconcebible que los conductores responsables no sean identificados y más cuando se les pide información a la empresa propietaria del tráiler, camión o autobús que lógico es que deben saber quién conducía o a quien se le entregó la unidad para hacer el fatídico viaje. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva) www.intersip.org
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