Es culpa de todos

Por Guillermo Robles Ramírez

Decenas de familias coahuilenses, viven en estos momentos situaciones de angustia y desgracia por culpa del exceso de lluvia y otros factores en donde existen responsabilidades de autoridades, lo mismo que de los mismos damnificados y de alguien más que provoca que la culpa sea de todos.

En estas dos últimas semanas algunas cabeceras municipales de Coahuila han sufrido lo que había comenzado como una lluvia tropical que tomó fuerza para convertirse el actual huracán Key de categoría 2, afectando principalmente los estados del norte del país.

Más tardó el fenómeno meteorológico en llegar que en inundarse las primeras colonias de las diferentes cabeceras municipales coahuilenses, así como otros sectores rurales y urbanas en donde la topografía es el enemigo principal para estos desastres.

Las familias damnificadas piden y exigen a las autoridades municipales y estatales que les ayuden para aliviar en algo su desgracia. En muchos de los casos los reclamos son fuertes y tajantes, culpando a las autoridades de su total desgracia.

La historia se repite constantemente, e igual de veces en que muchas familias por diferentes circunstancias levantan su modesta vivienda en zonas con riesgos de inundaciones. Otros casos suelen ocurrir cuando nuestras autoridades autorizan el levantamiento de viviendas en esos lugares peligrosos y en la mayoría, se hacen de la vista gorda, por complicidad, por no fastidiarse su función, por apatía y hasta por irresponsabilidad, pero la verdad es que es culpa de todos el que haya damnificados cada que llueve, o en ocasiones pérdidas humanas, mascotas y ganado como lo sucedido en Múzquiz

Este gran problema de las inundaciones cada vez que llueve y sobre todo cuando llegan lo que se conoce como colas de huracanes, es algo que pasa cada año, es decir, no se trata de un fenómeno aislado, y lo mismo sucede en Torreón que en Saltillo, Monclova, Sabinas, Acuña y en todas las demás ciudades coahuilenses. Es una historia que no tiene fin, como tampoco tiene fin la indolencia de muchos de nuestros gobiernos para evitar asentamientos humanos con alto riesgo combinada con él, “no me importa” que esas familias externan cuando las autoridades les advierten y pretenden impedirles que no sienten sus reales en esos lugares porque con la menor lluvia se convierten en damnificados.

Estas últimas semanas, hemos observado, las autoridades de distintos municipios como Piedras Negras, Monclova, Múzquiz, Acuña, Saltillo y Torreón; estuvieron dando la voz de alarma para que aquellas familias que por una u otra razón levantaron su vivienda en las riberas del río, en terrenos que siempre fueron cauces de arroyos, ríos o canales de irrigación agrícola, den providencia para cambiarse de lugar.

Esta gente, muchos de ellos con años de ocupar esos terrenos, con razón o sin ella, se niegan a retirarse y se mantienen en el lugar donde levantaron su humilde hogar para luego culpar a las autoridades de su desgracia, argumentando, por su parte, la autoridad que fue culpa de los propios damnificados y, por tanto, nos la pasamos echándonos la culpa unos a otros y con el dinero de los impuestos pagando daños a los damnificados o ¿será que ya se nos hizo vicio el compartir las responsabilidades y no hacer nada?. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México). www.intersip.org

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