El Súper Martes en las elecciones estadounidenses

La Habana (PL) El 1 de marzo será muy especial en las elecciones primarias que enfrentan los candidatos demócratas y republicanos pues resultará la fecha en que más delegados se reparten un solo día y  puede marcar del despegue de las principales figuras de ambos partidos.
Análisis de prensa indican que si la demócrata Hillary Clinton se agencia la mayor parte de los delegados del bando azul, poco podrá hacer el senador independiente por Vermont Bernie Sanders para emparejar la carrera pese a que su mensaje liberal y populista caló entre los jóvenes y las mujeres en ese rango de edad.
Esa percepción también existe entre los republicanos pero con más competidores en la carrera. Trump y Cruz están en la punta en estados del sur, aunque Cruz podría ganar Texas (155 delegados) pese a que allí la repartición se hace de forma proporcional, según el número de votos, y donde el ex gobernador Jeb Bush es visto como un serio obstáculo.
El Súper Martes marca las primarias en Alabama, Arkansas, Georgia, Oklahoma, Tennessee, Texas, Virginia, Massachusetts, Vermont, caucus en Minnesota y Colorado y también votan los republicanos en Alaska.
En ese gran festín están en juego los delegados de Alabama (50), Alaska (28), Arkansas (40), Georgia (76), Massachusetts (42),  Minnesota (38), Oklahoma (43), Tennessee (58), Texas (155), Vermont (16) y Virginia (49).
Del 18 al 21 de julio, los del partido rojo se reunirán en
Cleveland, Ohio, para decidir quién será su representante, mientras que los demócratas lo harán ese mismo mes del 25 al 28 en Filadelfia, Pensilvania.
El reto para los que participan en la puja en ambas agrupaciones es llegar a las convenciones con el 50 por ciento más uno de un total de dos mil 472 delegados del lado republicano, mientras los aspirantes Hillary Clinton y el senador Bernie Sanders se disputan cuatro mil 763 del lado demócrata.
Trump y Cruz están obligados a hacer un buen papel ese día pues saben que la cúpula partidista no los ve como una opción viable para derrotar a los demócratas en noviembre, y está latente la celebración de la convención del partido rojo abierta y caótica, la cual se encargaría de decidir, y ahí la jerarquía partidista pudiera inclinarse por algún miembro del llamado establishment en detrimento de ambos.
El resultado del 1 de marzo puede marcar la diferencia para el encuentro de Cleveland y si ningún candidato llega allí asegurado por el mínimo de delegados, puede salir por la puerta de atrás y el establishment partidista decidirá según sus intereses.
Hay dudas sobre si Trump mantendrá la fortaleza mostrada luego de New Hampshire donde mayoreó a su más cercano rival, el senador Cruz (R-Texas), quien triunfó por escaso margen en Iowa.
Previsiblemente, a Cleveland deben llegar Trump, Cruz, el senador Marco Rubio (R-Florida), el exgobernador de Florida Jeb Bush y el gobernador de Ohio, John Kasich.
Históricamente, si alguno de los participantes puede ganar los cuatro o incluso tres de los cuatro estados de voto temprano (Iowa, New Hampshire, Carolina del Sur y Nevada) será el favorito para ganar la nominación.
En el bando republicano Trump y Cruz están empatados con un
triunfo pero si se cumplen los pronósticos de las encuestas en Carolina del Sur (29 delegados), el primero puede marcar la diferencia  y despegarse en el conteo de delegados.
Luego del Súper Martes ya habrá un favorito y figuras como el multimillonario Michael Bloomberg, exalcalde de Nueva York,
determinarán si corren como independientes para frenar a Trump o Cruz por los republicanos o el senador Bernie Sanders por los demócratas.
En este escenario de incertidumbre los temas son determinantes y pese a que la economía retorna a su sitial de honor entre las preocupaciones fundamentales de los electores estadounidenses, la inmigración, por ejemplo, entró en erupción en una nueva ronda de ataques incendiarios entre los miembros del partido rojo.
Esto no se observa tanto entre los demócratas pues es evidente su posición a favor de una reforma integral de las leyes migratorias del país, incluso contemplando la ciudadanía bajo ciertos requerimientos.
Para ir en consonancia por las posiciones conservadoras de muchos republicanos del sur, los aspirantes intentarán no apartarse de la línea dura sobre la seguridad fronteriza y la inmigración.
Trump es abanderado de la prohibición de la inmigración musulmana y de botar del país a todos los inmigrantes sin papeles, lo que no quiere decir, según su campaña, que se oponga a los migrantes legales.
En caso de que los republicanos lleguen al otoño con una
plataforma basada en restricciones de inmigración, sería la tercera carrera presidencial consecutiva en el que el partido viró hacia la derecha sobre el tema antes de enfrentarse a los demócratas por un voto nacional cada vez más diverso, especialmente en estados como Nevada, Florida y Virginia, donde hay comunidades latinas y asiático-americanas de considerable tamaño.
Tras perder frente a Barack Obama en 2012, un informe encargado por el Comité Nacional Republicano llegó a la conclusión de que el apoyo a la reforma migratoria era esencial para la viabilidad del partido en las elecciones nacionales.
El tema tiene suma importancia para los republicanos en especial el 1 de marzo, pues los resultados de este día pueden ponderar la nominación de algún candidato y como se celebran en un gran número de estados geográfica y socialmente diferentes, el Súper Martes es un buen termómetro a nivel nacional de las posibilidades de cada candidato pues en muchos lugares los delegados se reparten de forma proporcional.
A partir del 15 de marzo otra será la historia y hay que estar bien con los números pues a partir de esa fecha, los estados pueden convertirse en «winner-take-all», lo que significa que el ganador se queda con todos los delegados en juego en esas primarias, sin reparto proporcional.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que algunos estados obligan a sus delegados a ser fieles al candidato por el que fueron elegidos hasta la convención o hasta que el candidato los libere; en otros, por ejemplo, los delegados pueden cambiar su voto sin tener que estar liberados por el candidato por el que fueron elegidos.
En esencia, para esa fecha las cosas estarán mucho más claras en el lado demócrata y el lado republicano será más incierto porque hay anuncios de candidaturas independientes si el Súper Martes no marca el rumbo que quiere el establishment.

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