El Sendero de los Iluminados: Liberate perdonandote

Por Alan Prado

¿Alguna vez han experimentado la sensación de que sus equivocaciones son insufriblemente grandes para poderse reivindicar? Estoy consciente de que en este momento sienten una carga abrumadora, y sé lo que es estar prisionero, no solo físicamente, sino también mentalmente.

Durante un extenso período, permanecí confinado en un calabozo, convencido de que cada instante de dolor que enfrentaba era merecido. Ustedes entienden lo que implica luchar por algo valioso y también conocen el peso de la culpa que proviene de no haber cumplido con las expectativas, pero escúchenme con atención. No importa cuán severa haya sido la caída, siempre existe un camino hacia la recuperación.

En mis días más sombríos, comprendí que la única forma de salir adelante era aceptar mis equivocaciones en su totalidad, no con la intención de sufrir por ellas eternamente, sino para aprender y continuar avanzando.

He adquirido una lección que deseo compartir con ustedes.

El perdón más significativo es el que uno se otorga a sí mismo. No tienen la capacidad de modificar su historia, pero sí pueden decidir quiénes serán de aquí en adelante. Les invito a que mantengan esto siempre presente. «Acepten su pasado, no ignoren ni encubran sus fallos».

Reconózcanlos con modestia, ya que ese es el primer paso hacia la verdadera fortaleza. Perdónense a diario y recuerden que merecen la paz, merecen avanzar.
El perdón es un proceso continuo, no es algo que se logra en un único día. Vivan en el aquí y el ahora, no se dejen atrapar en lo que ya fue; aprovechen cada jornada nueva para edificar algo superior. La batalla más ardua es la que libramos contra nosotros mismos, pero estoy seguro de que la superarán. El verdadero poder reside en aceptar tus errores, corregirlos y elevarse por encima de quien eras. Esa es la única lucha que realmente tiene significado, la que determina tu verdadera identidad.

《No olviden que su historia pasada no determina lo que pueden llegar a ser》.

Opten hoy mismo por ser libres, ofrezcan perdón a sí mismos y conquisten su futuro.

Alan Prado (AMEP 11:11).

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