El Sendero de los Iluminados: Engrandece tu humildad

Por Alan Prado

Al final de cuentas, mis manos estaban vacías, conozco lo que es tenerlo todo y nada simultáneamente, sé de las alegrías, euforias, sonrisas y sé de la tristeza, del llanto silencio y la melancolía…. ¿y qué más? Para vivir, solo necesito tener un buen corazón, llenarme de comprensión, de humildad para reconocer que este mundo es totalmente pasajero, nada es permanente, todo cambia, todo pasa, puedes tenerlo todo y en un instante perderlo sin ninguna posibilidad más. Por eso sonrío a la vida con lo mucho o poco que poseo, me levanto diariamente con sutileza y enaltecido, consciente de tener todo y nada, agradecido con quienes están a mi lado, que aunque no tengan títulos ni altos cargos saben ofrecer sonrisas, abrazos, palabras de aliento, calidez del alma….

Saben del amor, del entusiasmo, de la alegría, de la lucha honesta por ganarse la vida desde el amor y la gratitud.

ESTOY EN PAZ con lo mucho o poco que poseo, porque precisamente es lo que necesito para ser libre, para entender que vivir no es atarme a nada ni a nadie, tener mis manos listas para compartir lo que tengo, más allá de los logros o fracasos, de amores y desilusiones, solo soy un alma viajera en este gran universo, no pretendo controlar nada, solo fluir con mi existencia y sonreír, agradeciendo cada instante, cada momento, ya sea en la riqueza o pobreza física, porque desde el alma existe la abundancia y la prosperidad, desde el alma el amor es ilimitado, infinito, incondicional, benevolente, pacífico, refrescante, todo lo demás es material, tiene fecha de caducidad, términos, duración, no así el amor del alma que es eterno, que no entiende del tiempo, de prejuicios, ni clases sociales, por eso duermo en paz con sabiduría y gran conocimiento.

Hay mucha sabiduría en espera de ser correspondida al aprender a interpretar los mensajes sublimes del viento. 

La ofrenda enseña e indica el Camino de la Humildad. 

Es un Camino a seguir. Los títulos y diplomas…sobran. 

El que verdaderamente posee Poder no necesita predicarlo a los cuatro vientos, no requiere plumaje colorido alguno, ni siquiera cambiarse el nombre; Simplemente Es.

Alan Prado (AMEP 11:11).

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