El Sendero de los Iluminados: Despertemos al razonamiento
Por Alan Prado
Las religiones son simplemente creaciones humanas y todo lo que enseñan y exigen creer, presentándolo como divino y sobrenatural, no es más que error, ilusión y farsa. Errores por parte de quienes creen, con completa ligereza, en cosas que nunca han existido ni existieron jamás o que fueron de una manera muy diferente a la que suponen. Errores de quienes se creen ver o escuchar cosas que no existen. Mentiras de quienes predican este tipo de cosas en contra de su propia ciencia y conocimiento. Y por último, imposturas de quienes las crean y las propagan para que otros las acepten como una imposición y crean en ellas.”
El cristianismo y la religión discuten sobre un mundo que solo existe en la mente del propio cristiano, ese mundo construido a partir de la metafísica que es el cielo o infierno para los pecadores, el cual también es algo ficticio.
Es en este sendero espinoso, en este sendero de la rebeldía y la desobediencia, donde hallamos la esencia del alma rebelde. Es aquí donde encontramos la libertad de pensar, de sentir, de existir. Es aquí donde hallamos la verdad, no la verdad impuesta por la autoridad, sino la verdad que se revela a través de la experiencia, la reflexión y la búsqueda. Pero este sendero no es sencillo. Está colmado de obstáculos, de peligros, de tentaciones. Está repleto de sombras, de dudas, de temores. Sin embargo, es precisamente en este sendero donde descubrimos la oportunidad de crecer, de aprender, de evolucionar..
Cada individuo está realizando su máximo esfuerzo, desde su propia y relativa perspectiva. Debido a sus creencias, a las limitaciones que sienten, a sus miedos, a sus heridas, al grado en que han perdido de vista su verdadera esencia, no tienen otra opción más que actuar como son en este instante. Esto no es una excusa, sino la comprensión del presente. El perdón y una profunda comprensión podrían surgir al reconocer que todos somos cautivos de nuestros propios sueños hasta que Despertemos de ellos.
Hay dos tipos: libres y esclavos; el ser humano llega al mundo en la servidumbre de sus pasiones, pero puede conseguir liberarse mediante la razón.
Alan Prado (AMEP 11:11).
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