El escepticismo no es la solución
Las prioridades en nuestro país como mexicanos han cambiado, es decir, antes en los indicadores se mostraba que la primera preocupación del mexicano era la laboral, siguiendo la salud y techo.
Ya tiene algunos años atrás que la primera preocupación antes que el trabajo es la seguridad, tanto en el comercio, así como en las casas habitación. El robo y la violencia ha superado la poca o mucha inversión que han hecho las autoridades locales, estatales y federales, resumiéndose que son insuficientes.
Ante esta problemática el mismo ciudadano ha intentado en invertir en su propia seguridad tanto personal, así como la familiar en el rubro de robo, así como el del crimen, quedando en el último orden de importancia el ahorro para la vejez.
Cada mexicano a su manera hace lo que considera estar dentro de su alcance para tener al menos la sensación de seguridad. Hay quienes invierten en perros, así como el cambiar la estructura de sus hogares con la instalación de rejas, elevación de bardas, alambres de protección de todo tipo, siguiendo así la lista hasta lo más sofisticado como son las cámaras de video vigilancia, fotoceldas, cercos eléctricos, etc.
Pero hay que mencionar que existen muchas personas que tienen un gran escepticismo al uso de las cámaras de vigilancia de la ciudad y no se hable de las de circuito cerrado para comercio o particulares.
Para quienes piensan que no sirven, sus motivos siempre serán diferentes, y justificadas por la creatividad de la mente. La principal barrera de negación a los sistemas de seguridad mencionado anteriormente es por consideran que se pierde la privacidad.
La sensación de estar viviendo un “reality show”, en donde todos tus movimientos están siendo vigilados durante las 24 horas, y por un vecino que pudiera considerarse como paranoico, hace de esta tecnología un total rechazo para muchos otros, resultando molesto para terceras personas.
Mientras los escépticos siguen pensando de ese modo, de algo que es un hecho es que la tecnología no se detendrá por los incrédulos. Sino todo lo contrario, es decir, mientras continúen en aumento la inseguridad en nuestro país, precisamente estos equipos tecnológicos de vigilancia tendrán más aumento de demanda.
Si bien es cierto que no son instrumentos para evitar la delincuencia en general incluyendo muertes, lesionados, robos o hasta enfrentamientos entre el crimen organizado, lo que sí es una realidad es que éstos dispositivos han ayudado a evitar que se repitan los mismos hechos.
Ya se ha comprobado en otras ocasiones que la tecnología es de gran ayuda como fuente de información, para resolver delitos. Su verdadero uso es utilitario, las herramientas de video cámaras son para disuadir, pero no para acabar con el problema, sino simplemente reducirlo y trasladarlo de un sitio a otro controlado por un tablero. El buen uso ha permitido sofocar a tiempo delitos hasta de enfrentamientos de delincuencia organizada en diferentes entidades federativas de México.
Los mexicanos empiezan abrir los ojos con tristeza al darse cuenta que lamentablemente se requiere ejercer cierta presión a las autoridades de todos los niveles para que hagan uso de las herramientas tecnológicas de seguridad con que ya cuentan algunos estados del país.
Sin embargo, algunos estados en lugar de hacer uso de esta tecnología para auxiliar al combate del crimen común, así como del organizado prefieren convertirlos en recaudatorio para aplicar multas automovilistas.
Estas herramientas ayudan para evitar que las mismas autoridades hagan sus tan cansadas y trilladas declaraciones de eventos aislados, así como declaraciones de que “aquí nunca pasa nada”. Pero es obligación de la misma comunidad exigir a las autoridades que también hagan la inversión al igual que los particulares lo están haciendo ante los pobres resultados contra el robo común y crimen organizado. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria “Antonio Estrada Salazar” 2018) www.intersip.org
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