Desafío: Memoria VS Amnesia

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La evasión es, en no pocas ocasiones, una manera de aislarse, sobre todo cuando alrededor sólo se perciben inmundicias. Lo mismo hace un niño que acude al zoológico o al acuario –en donde el cautiverio reemplaza a la muerte de acuerdo a la moral social ajena a los ecologistas tuertos-, cuando se sorprende y asusta cuando un león avejentado lanza un rugido y deja entrever su mandíbula sin dientes. El espectáculo es deprimente –lo que no significa una condena a los parques sino un llamado de atención para modernizarlos preservando la belleza del mundo animal y no su podredumbre-, lo mismo al constatar, ya de adultos, que los miserables nos tienen convertidos en rehenes de sus mentiras.
De allí que el imperativo de la sociedad mexicana sea recuperar la memoria, perdida por la red de manipulaciones entretejidas desde los medios masivos de comunicación cómplices, percatándonos cuanto beneficia a los predadores, corruptos y vándalos, la amnesia colectiva. Perdernos, sin otear hacia el pasado ni permitirnos reflexionar sobre el futuro por la ausencia de elementos para visualizarlo, posibilita el auge de los sinvergüenzas que extienden el mito de una nueva oportunidad para ser incorporados en alguna opción opositora con su nombre como única como única tarjeta de presentación y un oscuro pasillo recorrido bajo la satrapía. Muchos de los candidatos que hoy recorren el país vienen de este pantano o se reflejan en sus hijos quienes son acomodados en diversas opciones partidistas –los más nauseabundos van al Verde-, para construir una “carrera” sin otra base que la herencia pútrida.
Por desgracia, no son pocos; más bien se arremolinan para asegurar cargos que no sólo les sirvan para aprovechas su estatus sino también con el fin de estar “blindados” por sus pecados del pasado o sus turbios arreglos del presente a la sombra de las herencias familiares. Una muestra: no pocos de los personajes “cercanos” a peña nieto, priísta de cepa y por legado, pueblan los sitios plurinominales de los “verdes” entre ellos, nada menos, el secretario particular de Luis Enrique Miranda, subsecretario de Gobernación y uno de los favoritos del presidente, de nombre Jesús Izquierdo Rojas –no izquierda porque esta opción tiene sus propios elementos minados-, además de Sharon María Teresa Cuenca Ayala, quien fuera directora de Vinculación y Enlace en la Secretaría de Energía. También anotamos al hijo del ex gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, a quien ya se le fue el susto, al parecer, luego de su finiquito y los rumores de que sería “cazado” por sus enemigos dentro del gabinete presidencial. Ahora apreciamos la habilidad del veracruzano para cambiar lanzas por rosas. Todos caben siempre que entreguen su fidelidad incondicional a su santo patrono.
Tal condición parece igual en cada opción partidista. No hay excepciones, ni en el PAN –donde el nepotismo abierto es una señal de hermandad “institucional”-, ni en el PRD que requiere usar a las esposas y demás parentela ahora que parece estar vaciándose.
Tampoco es la excepción la MORENA de López Obrador exaltado como dios terrenal por no pocos de sus seguidores quienes le observan como “el único líder” capaz de enfrentarse al sistema aunque no haya alcanzado buenos resultados en dos campañas presidenciales; en 2006, por ausencia de operativos capaces, dejó escapar su probable victoria y con ello igualmente no hizo lo suficiente para respetar los sufragios de sus seguidores… y sigue en campaña, esto sí sin descanso y arrastrando un infarto. Hoy promueve la candidatura de David Monreal Ávila, hermano del ex gobernador y jefe Delegacional de Cuauhtémoc, Ricardo, en demostración de que el nepotismo cunde en la oposición a ritmos acelerados a falta de convocatorias renovadoras.
A veces, cuando la memoria colectiva falla, aparecen las críticas que sorprenden a los neófitos y los revientan. Una muestra: si señalo a manuel bartlett como represor algunos alegan que eso fue cosa del pasado y ahora es un defensor legítimo del petróleo y contra la reforma peñista. Siguiendo esta misma línea, ¿por qué no otorgamos a los asesinos comunes –no sólo a los genocidas-, el derecho a una segunda oportunidad para que puedan realizar algunas obras de altruismo en libertad en vez de encerrarse en esa escuela del horror, la cárcel, que sólo les lleva a la reincidencia? Si examinamos bien la idea descubriremos que, en el fondo, otorga un claro paralelismo entre los políticos que se muerden la cola para desaparecerla y los criminales dispuestos a obtener su libertad simulando estar rehabilitados para la vida en sociedad. ¿Quién mide los puntos de la sinceridad?
El olvido odioso posibilita el regreso de los mafiosos, su reacomodo y nueva proyección infectando la perspectiva política y el porvenir de la nación. Por eso es tan necesario contar con elementos de juicio para no equivocarnos ignorando los antecedentes, o desdeñándolos por aceptar la monserga de un cambio en la personalidad y el destino de los postulantes con las manos sucias, antes de emitir nuestro sufragio.
Voy a una muestra: en 1987 los operadores de carlos salinas de Gortari hicieron hasta lo imposible por evitar una estrategia panista, ideada por Manuel Clouthier del Rincón, para exhibir a la familia de Manuela N., la servidora doméstica a la que los hermanitos raúl y carlos salinas, junto a su vecino Gustavo Zapata, asesinaron a mansalva jugando a los “indios y vaqueros”; la “india”, naturalmente, no estaba armada ni con flechas y apenas tenía catorce años… como esclava, de hecho, en el hogar de los Salinas Lozano de donde saldría, primero, un miembro del gabinete presidencial, Raúl el padre, y un presidente de la República en 1987:
–¡Nos tardamos veinte años pero llegamos! –exclamó carlitos, eufórico, antes de protestar no como candidato del PRI sino como “futuro presidente” a la usanza de hace apenas unos cuantos años–.
Y de allí nos llovieron las desgracias que culminarían con la tremenda crisis económica de 1994-95 y los acontecimientos de barbarie, en 1993 y 1994, que fueron el polvorín que explotó para llevarnos al caos actual. Desde entonces fueron sumándose más y más cadáveres, sin intermedios por las alternancias absurdas, a las secuelas criminales desde el poder. Ahora hay quien piensa que el magnicidio de Colosio fue una parodia; no, no caigamos en lugares comunes: significó destruir el perfil histórico del país y acaso avanzar en democracia aun en el caso de que Luis Donaldo no hubiera ganado esas elecciones… como podría haber ocurrido. Se optó por el asesinato vil, desde la oficina de la Presidencia y con joseph-marie córdova Montoya como estratega central, para que la alternancia no se diera entonces sino seis años después; esto es cuando los poderes fácticos estuvieran debidamente preparados. Y ernesto zedillo, claro, fue el gran beneficiario del brutal atropello por la vía de los votos “del miedo”. Venzamos a la amnesia.
No pueden olvidarse los capítulos que tanto golpearon a México. Por allí deambula Alfonso Durazo Montaño, en tránsito entre el perredismo y la MORENA, quien fue secretario privado de Colosio, después lo fue con los fox y acabó siendo consejero de Andrés Manuel en una triada sólo explicable por la ausencia de memoria entre los mexicanos, muy orondo, desde el cómodo sillón de un despacho con amplios ventanales y espléndido paisaje –no le ha ido mal en la senda de la política-, contando su versión cómoda de los hechos –esto es con los conocidos lugares comunes, el malestar de salinas, la furia de córdova-, sin atreverse a señalar culpables más de treinta y un años después. ¡Qué valiente! ¿Dónde estaba cuando algunos críticos, muy pocos, dábamos la cara y exigíamos una declaración ministerial del entonces presidente zedillo y de salinas –mismas que se dieron pero no fueron hechas públicas-, sobre el asesinato “desde el poder” como asientan las averiguaciones de varios procuradores de la República, interpretando hechos de acuerdo a las consignas de cada época? Es una burla.
Claro, ahora hay farsantes, quienes no se atrevieron a sacar la cara en su momento, prestos a lanzar declaraciones sobre los sucesos sin correr el menor riesgo. Es la actitud de quienes recogen las historias sin haber pisado los campos de batalla y se paran el cuello asegurando que son veraces. Mentirosos, les llamaría yo, aunque bien sé que, por fin, la crónica política ya no sólo la escriben los vencedores sino también quienes hacemos el doloroso y poco cómodo papel de críticos. Lo prefiero, en todo caso.
Debate
Las voces indignadas recalan ahora en Tabasco en donde el gobernador ahora perredista –con honda formación priísta y discípulo de Fernando Gutiérrez Barrios-, se encuentra ante el dilema de ser señalado por presuntos vínculos con bandas de secuestradores –como se dijo, en su momento, de uno de sus amigos priístas, Jorge Carrillo Olea, quien dio cauce en Morelos a gobiernos panistas y ahora bajo la férula del PRD de Graco Ramírez-, y una violencia que se extiende, claro, desde el sumiso Veracruz donde anida el mal nacido Javier Duarte de Ochoa.
Pero no son los despilfarros de sendos personajes ni sus tendencias personales, sobre todo en cuanto al segundo, lo que molesta a la ciudadanía es el cinismo y la impunidad bajo la cual revientan sus gestiones. Ya se encargarán los delincuentes cómplices de blindar a tales sujetos en medio de los consabidos escándalos. Sólo falta que, como sucedió en Cuba, Duarte o Núñez contraten a los Rolling Stones para conciertos masivos o, de plano, a U2 para que hable de la pobreza mientras aumenta ésta irremisiblemente.
Sucede que, aunque se tengan los recursos, es penosa la insensibilidad personal de sendos mandatarios. El alegato de que no existen dispendios del erario –alerta más que convence esta declaración-, no lo creyó nadie por mucho que se den golpes de pecho. Y los veracruzanos y tabasqueños han sido los primeros en quitarse los antifaces.
Pero ya saben: basta que un ex mandatario, en este caso felipe calderón, viaje en avión en clase turista para que se le compare con José Mojica, el ex presidente de Uruguay. Por favor, no más hipocresías. Siquiera eso que nos permitan los rufianes que nos siguen saqueando de manera inmisericorde.
La Anécdota
Conocí a Manuel Velasco, gobernador de Chiapas, el 6 de junio de 2011. Lo recuerdo porque acudí a Tuxtla Gutiérrez, ese mismo día, para dar una conferencia el 7 por la mañana en la que solicité, de manera muy enérgica, ¡cárcel para pablo salazar mendiguchía!, el ex gobernador que había matado por negligencia además de robarse los fondos destinados a los damnificados de la tormenta Stan. Ese mismo día, esto es la noche del 7, el tipejo fue aprehendido en Cancún y duró encerrado quinientos veintiséis días.
Pues bien, el joven Velasco se acercó al restaurante en donde comía, con un ayudante prolongado a su computadora, para hablarme de que siendo miembro del “Verde” ya tenía el apoyo del priísta enrique peña nieto a quien veía como seguro candidato presidencial de PRI. Me aseguró que todas las encuestas le colocaban arriba pero lo primordial estaba resuelto:
–peña me apoyará y con él lo hará el PRI. Vamos a ganar con amplio margen.
¿Adivino? Hoy deshoja la margarita para resolver sin deja al Verde por el PRI. ¿Tiempos mejores?

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