Rafael Loret de Mola

Desafío: La Cola de los Yunes

  • Burdas Negociaciones
  • Mancera en el Averno
  • La Cola de los Yunes

Manlio Fabio Beltrones Rivera, quien llegó a la presidencia del PRI luego de una larga carrera política –incluyendo la subsecretaría de Gobernación y la gubernatura de Sonora además de escaños y curules-, y con fama de ser quien “mejor” conocía la geopolítica nacional y los barruntos del sistema, se convirtió en una especie de avestruz con la cabeza metida en la arena, sin recibir a más de dos mil priístas que le han solicitado audiencia y con un pequeño grupo de periodistas mercenarios tratando de sacar la cara por él con boletines insulsos y poco favorables. Un remedo de lo que parecía.

Tan grave es la cosa en cuanto a sus relaciones institucionales que no han sido pocas las facturas por gastos de representación devueltas a su escritorio –al amparo de comidas y cenas en buenos restaurantes como The Palm, su favorito-, por considerar que debe pagarlas de su peculio y no ser objeto de debate con los funcionarios del INE por no estar debidamente acreditadas sus usos partidistas. Y no sólo eso, ha sido privado de otros privilegios y sólo falta que, como el farsante de César Camacho Quiroz, su predecesor, le veamos en el Metro rebosante o llegando a sus oficinas de Insurgentes en bicicleta con un ridículo casco tricolor para extender la burda egolatría de considerarse los mayores engendros de la patria.

Pues así y todo, Manlio se dio a la tarea de pronosticar que tenía seguras las victorias en nueve de las doce gubernaturas en donde se renovarán las gubernaturas dando por perdidas acaso aquellas en donde los antecedentes le son negativos por estar en manos de aliancistas –surgidos del PRI en su mayoría-, cooptados por alguno de los partidos que abanderaron. No lo podemos decir a ciencia cierta porque tales son Sinaloa, Puebla y Oaxaca cuyas perspectivas, por cierto, no son similares siquiera a las de hace seis años por el burdo trabajo de sus mandatarios y la pérdida sustantiva de la credibilidad comunitaria.

En Sinaloa, como sabemos, Mario López Valdés, dejó mal a los dirigentes panistas y perredistas por sus constantes vaivenes que pretendían disimular su alianza soterrada con el peñismo con nefastas cnsecuencias; y en Oaxaca, la alianza fue superior a Gabino Cué Monteagudo quien, de plano, no sólo fue rebasado sino, además, resultó agraviado por sus propias desviaciones presupuestales y su nula energía para contrarrestar y dialogar, en su momento, con los movimientos sociales cada vez más rijosos e inaceptablemente chantajistas ante la debilidad evidente de las instituciones.

Bien dijo el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez –un hombre probo hasta donde sé-, ante el apocado presidente Peña y en medio del escándalo imparable y global del enredo denominado “Panamá-Papers”:

“La sociedad cada vez espera menos y desconfía más de sus instituciones”.

Una sonora bofetada en el rostro del jefe del Ejecutivo nacional quien era acompañado por varios de los miembros de su gabinete incluyendo al presidenciable miguel ángel osorio chong, de Gobernación, y al general Salvador Cienfuegos Zepeda, titular de la Defensa Nacional y quien no quita el dedo del renglón soñando con el retorno a los gobiernos –dictaduras- militares. Al respecto algunos generales no lo ven así considerando que es posible tal viraje en democracia y sin llegar a los extremos de otras naciones; lo dudo, francamente.

Volvamos al ingenuo Manlio –parece increíble este calificativo en alguien tan cuajado y maduro-, quien pretendió hacer de contrapeso a la Presidencia y fue llevado, sin remedio, al papel de líder patiño. Con su pronóstico “optimista” pareciera estar hablando en sentido contrario: esto es, nueve gobiernos estatales pueden están en vías de ser perdidas por el PRI o conservadas por una oposición más capaz de ganar bajo la mesa que en las urnas.

Así las cosas, en Aguascalientes la disputa entre la priísta Lorena Martínez y el panista Martín Orozco rebasa a las direcciones partidistas por cuanto a que el actual gobernador, priísta y alcohólico, Carlos Lozano de la Torre, más negoció con su panista predecesor, Luis Armando Reynoso Femat, acusado por prevaricato, que con el favor de sus inducidos electores y de los fantasmas pobladores del Padrón. En este sentido, Lorena tiene el apoyo del mandatario porque Orozco fue una de las víctimas de Lozano hace seis años y tiene sed de revancha. Los momios están apretados.

No pasa lo mismo en Chihuahua en donde el panista Javier Corral Jurado, niño prodigio en sus años mozos y crítico dentro de su propio partido, parece con arrestos para desmantelar la maquinaria priísta encabezada por Enrique Serrano Escobar, nacido en Sonora y ex alcalde de Ciudad Juárez con resultados ambivalentes. Corral, como sabemos, presume de su cercanísima amistad con Carmen Aristegui y cuanto a ésta le impulsa, además del fervor de sus partidarios por sus indiscutibles dotes periodísticas, como el capital del Grupo Slim y la simpatía manifiesta de Andrés Manuel, su MORENA y los afines a ésta. La moneda puede caer al lado del PAN.

Y lo mismo puede decirse de Durango, donde el panista José Rosas Aispuro permanece en campaña desde hace casi una década, y Puebla en donde el candidato a vencer es el propio gobernador Rafael Moreno Valle, quien basa sus alcances presidenciales en sus controles políticos y en los buenos rendimientos de su incondicional, Antonio “Tony” Gali Fayad, del mismo grupo que el célebre rey de la mezclilla, José Camil Nacif Borge, ligado a dos gobiernos, el de Puebla y el de Quintana Roo, en donde el PAN y PRD apostó por un aspirante favorable a los cacicazgos: Carlos Joaquín González, medio hermano del titular de Energía en el gabinete peñista, Pedro Joaquín Coldwell, quien sabe mucho acerca de complicidades mayores.
Van cinco para el PAN. Y una podríamos adelantar a favor de la MORENA de López Obrador con la candidatura de David Monreal Ávila, hermano de Ricardo el iracundo actual jefe delegacional de Cuauhtémoc en la hoy Ciudad de México. Pese a ello, el Instituto Nacional Electoral le negó el registro para contender por no haber dado a conocer sus datos, como es su obligación, de la precampaña, pero estoy convencido de que la decisión es reversible.

Tlaxcala puede sumarse a la izquierda; es la entidad, sin duda, con un mayor número de alternancias: primero hacia el PAN, luego al PRD y al PRI para quizá volver a aterrizar en el PRD con Lorena Cuéllar quien, en no pocas ocasiones, se ha mostrado cerca de la panista ingenua Margarita Zavala de Caderón. Triángulos vemos…

Entre los aliancistas, en Sinaloa, no puede apostarse por el futuro. El priísta, Quirino Ordaz, tiene esperanzas en la medida en que MALOVA ha manipulado a los electores haciéndose pasar por opositor cuando nunca lo fue a cambio de mantener lealtades acercándose a las mafias dominantes, sobre todo las del narcotráfico. Pudiera darse un vuelco sobre todo por las dificultades del PAN y PRD por presentar, como lo hicieron en los comicios anteriores, un frente común.

Lo más preocupante se da en Veracruz y Tamaulipas, narco-entidades unidas por la geografía y por haberse convertido en puntas de lanzas del pretendido “estado-fallido”. La batalla de los Yunes es no sólo un desencuentro familia si tenemos en cuenta la aplicación de la misma por ir prefabricando los alcances de su siguiente generación, como la hija de Héctor Yunes Landa, Liliana, quien se manifiesta abiertamente partidaria del troglodita Javier Duarte de Ochoa, en plena descomposición política. Así se cubren los frentes y se llenan de Yunes, con instintos caciquiles, por doquier. Ya no hablaremos de Veracruz Llave sino de Veracruz Yunes en el colmo del cinismo político.

Por el estilo se encuentra Tamaulipas. Ni los priístas creen en Baltazar Hinojosa Ochoa, entenado de los grandes intereses de la entidad –con los del narco en primer sitio-, bajo los auspicios del descastado Egidio Cantú. Allí las apuestas podrían varias hacia el independiente Francisco Chavira si los obstáculos no se elevan ni los acechos desvían la voluntad ciudadana. Sería un extraordinario golpe de autoridad por parte de la soberanía popular, el factor olvidado.

Tal es el panorama. En los corrillos priístas se alega que las inminentes derrotas del PRI servirán para que el peñismo se deshaga de Manlio a costos demasiado altos e irreversibles; pero así apuestan los imberbes consejeros del mandatario federal quien, para nuestra fortuna, tiene tiempo de caducidad y sin remedio. Ahora es el PRI el que parece desahuciado.

Debate
Desde que, indefinido, Migue Ángel Mancera, jefe del gobierno de la Ciudad de México, anunció sus propósitos de contender por la Presidencia de la República aun sin señalar partido específico, se volvió carne de cañón y comenzaron a lloveré los efectos de sus actos populistas. No es otra cosa la permanente contingencia ambiental –derivada de los nuevos límites de velocidad según los analistas o de su “manga ancha” con las industrias más contaminantes-, la deplorable quema de árboles en la periferia del otrora Distrito Federal y la escasez de planificación para el desarrollo sustentable.

Para colmo, las cenizas de Popo oscurecen el ámbito como si se tratara de malas señales para el jefe de gobierno. Y los citadinos –el nuevo patronímico-, no tienen buen humor y se enfadan por no disponer de automóviles –quienes los tienen- y los pésimos servicios públicos en la ciudad en donde el transporte público es considerado el segundo más peligroso, en el mundo, para las mujeres. Poca cosa, si nos atenemos a los criterios misóginos de no pocos de los funcionarios que prefieren proteger, por ejemplo, a los grupos homosexuales y lésbicos sin ponderar que deben gobernar con más amplios criterios y para todos.

Mancera está en vías de perder la batalla antes de iniciarla, como tantos otros más. Así son las cosas en el reino de la impunidad, la manipulación y los fraudes… no sólo electorales. “Panama Papers” lo demuestra.

La Anécdota
De Yunes está repleto Veracruz. Tanto que se permiten que una de ellos, Liliana Yunes Yunes, hija del candidato priísta al gobierno de Veracruz, Héctor Yunes Landa, se mantenga muy cerca del troglodita-gobernador Javier Duarte de Ochoa. Se teme, además, que dadas estas condiciones, el señor Manlio Fabio Baltrones haya optado por negociar con un personaje siniestro, acaso de la misma calaña: Miguel Ángel Yunes Linares.

Para quienes no lo saben Yunes Linares, ex elbista y ex priísta ahora panista por conveniencia personal y ceguera de la dirigencia nacional, ya ejerció como secretario general de gobierno durante la administración del infeliz Patricio Chirinos Calero quien se pasó su periodo borracho, fuera de sí, mientras Yunes tomaba las decisiones en papel de mandatario de facto.

Ahora, Chirinos deambula por la ciudad de México como auténtico zombi y Yunes Linares quiere ser, de nuevo, gobernador pero ahora abanderando al PAN. Dios los libre, veracruzanos.

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