Debemos usarlos

Por Guillermo Robles Ramírez

Los gobiernos, igual los municipales y estatales, gastan mucho dinero construyendo pasos peatonales elevados que a final de cuentas los transeúntes ni siquiera los usan, por más que se les dice y por más tragedias que ocurren por no molestarse en subir las escaleras de los puentes.

Si no son escaleras son de rampa que también hay que decirlo, que no cumplen con la inclinación adecuada para quienes usan sillas de rueda ya que su pendiente está demasiado elevada; siendo la indicada por muchos médicos debería de ser de no mayor de 15 grados. Pero aun así ni siquiera los jóvenes y adultos que no tienen problemas de movilidad no las usan y solo pasan por debajo de ellas.

En las distintas ciudades de Coahuila, han ocurrido atropellamientos de peatones que al no usar los puentes elevados, cruzan a pie los bulevares, calzadas y carreteras y en muchos de los casos son arrollados por algún vehículo. Lo mismo en zonas de hospitales, escuelas y universidades, siendo éstas dos últimas mayor la irresponsabilidad de los peatones porque cruzan las calles y avenidas, escuchando música o bien fingiendo que no existen carros o bien, toreando a los automovilistas.

Esto ocurre lo mismo con niños, jóvenes y adultos. No hay distinción respecto a quienes se resisten a cansarse un poco con la subida de las escaleras o rampa, aunque sea en aras de cuidarse para no perder la vida.

Para quienes conocemos las carreteras coahuilenses, sabemos que en la mayoría de las comunidades ejidales que están de paso para llegar a cualquiera de las 38 cabeceras municipales; también existen puentes peatonales. Pero también las personas que viven en esas zonas rurales, hacen lo mismo, es decir, no las usan, y prefieren jugársela para ganarle el paso a todo tipo de unidades que transitan en las carreteras y autopistas coahuilenses. Pero lamentablemente debido a la velocidad casi nunca sobreviven quienes no lograron ganarle a los automóviles y camiones o vehículos de carga pesada.

Lo peor del caso es que la mayoría de estos puentes peatonales tanto en zonas rurales como urbanas, en el estado de Coahuila, han sido construidas precisamente por petición de los mismos padres de familia, maestros y alumnos debido al intenso tráfico que hay en ese lugar y dado que corrían constante peligro los jóvenes estudiantes y familias que habitan esos sectores, pero por desgracia, una vez ya instaladas la gente las ignora y prefieren cruzarlas por debajo de ellas. ¿Cuál es la necesidad de estarse lamentando la pérdida de un ser querido?

Este tipo de percance sucede bajo las mismas circunstancias, es decir, la irresponsabilidad de los coahuilenses que se creen más veloz que un vehículo. Lo mismo sucede en Torreón, Saltillo, Monclova y otras poblaciones más de la Entidad y todos; persistimos, por no querer caminar más o fatigarse un poco haciendo su paso por un lugar más seguro.

Si la inversión ya está hecha, si se dejó de hacer una o más obras comunitarias por construir el puente, si estos puentes representan seguridad y más vida, por qué no usarlos, por qué eludirlos para en muchos casos encontrar la muerte. Como que no hay congruencia, pues se piden y exigen en ocasiones con ruidosas protestas y cuando se tienen, no se usan. Debemos usarlos para conservar la vida y si eso no es importante para quien se expone, cuando menos debemos usarlos para no traumar y causarle problemas a cualquier conductor que por imprudencia ajena atropelle a un peatón. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México).  www.intersip.org

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