Con manita de puerco jala la ley
Mucho se le ha reconocido a México que es de las pocas naciones que cuentan con los mejores derechos y leyes para los ciudadanos e inclusive de los pocos países por no decir el único, que tiene con una ley laboral en donde siempre se les ha defendido más a los trabajadores para velar por sus derechos, la misma que en ocasiones éste derecho ha frenado a inversiones extranjeras por considerarlo demasiado ventajoso para la parte obrera en donde sus utilidades podrían ser mermadas ante algún despido o huelga sindical.
Un sistema de Seguro Social en donde la ciudadanía por mucho que se queje cuenta con un beneficio que prácticamente es gratis para cualquiera de los que tengan derecho a diferencia a otros en donde su esquema no es tan benévolo como el de nosotros.
Se critica mucho a los diputados locales, federales y senadores por no hacer bien su chamba porque ante las injusticias impartidas en la ley tal pareciera que no existen leyes cuando es todo lo contrario.
En la práctica comenzando con los derechos constitucionales en donde están plasmadas garantías individuales soportando aquellas existentes en los códigos procesales, más las que tiene cada entidad federativa.
Y la pregunta que todos los mexicanos nos hacemos es la misma: ¿En dónde están las leyes? Una gran mayoría se pregunta la verdadera labor de los legisladores del país que se la pasan reinventando leyes existentes, otras a medias y uno que otro se las van fusilando nada más para justificar el trabajo o para que digan que están haciendo algo. También los hay quienes por tener sus diez segundos de fama se les ocurre cada iniciativa absurda pero cumple su objetivo de generar polémica en los medios y hasta aquellas que se contradicen constitucionalmente.
Todo pareciera que aquellas reformas de mayor importancia son las tributarias y no hay que profundizar mucho en el tema, pues son las que dejan las mieles de los funcionarios públicos y con las que el gobierno federal puede trabajar por su incompetencia de estimular y detonar los sectores productores aquellos en donde no se vea involucrado algún familiar de algún funcionario público.
Tan sencillo como para vivirlo a diario existen tantas leyes en donde se nos dice que los ciudadanos tenemos derechos, sin embargo, son las mismas autoridades quienes pisotean las leyes de los ciudadanos en donde en una simple detención todo se va por sistema y culturalización de la “Ley de Herodes”, y a diferencia del resto del mundo el que es culpable tiene la obligación de demostrar la inocencia y no al contrario en que las autoridades tienen que demostrar la culpabilidad del señalado.
Como México no hay dos, es muy cierto en muchos sentidos, porque aquí en nuestro país primero te detienen sin leerte tus derechos constitucionales, sin prueba alguna, sin una orden de aprehensión, una confesional a base de amenazas en su mayoría le aplican unos buenos “pierrotasos” como el famoso luchador mexicano el “Pierrot”, con la mano abierta sobre el pecho y espalda para no dejar moretones. La ocultación de las pruebas más obvias de cualquier asesinato en donde no existe la evidencia del arma con la que se fue asesinado, ni huellas digitales y mucho menos testigo alguno.
Pero éstas situaciones no son exclusivas en el ámbito penal sino también existen dentro de las instituciones tributarias como las del Seguro Social, Infonavit y el SAT, en donde ellos simplemente con una carta te dan aviso que tienes diferencias pendientes a pagar, o simplemente envían sus volanteos a todos sus contribuyentes, se haya pagado o no, para ver si les “cuaja” o dicho en otras palabras “chance y pega el chicle”. Y las circunstancias son las mismas ya que el contribuyente está obligado a tener que demostrar que no debe ninguna diferencia alguna o que ya pagó su impuesto siendo una serie de elementos y papelería que tienes que llevar a las instituciones recaudadoras de gobierno y aun así continúan argumentando que su sistema aparece un adeudo sin poderte explicar de dónde sacan sus números siendo esto cada vez más recurrente en el Infonavit la cual se niegan a recibir documentación alguna para enviarte a que todo se solucione por vía Internet generando un número de folio que no soluciona nada y mucho menos te explica de dónde sale las diferencias y por consiguiente nada más continúan como taxímetro cobrando recargos.
En ambas situaciones o cualquiera en donde se vea implicado la justicia, dejan a un lado las leyes,la Constitución Políticade los Estados Unidos Mexicanos y cualquiera de sus artículos incluso el famoso “Quien acusa tiene que probar la culpabilidad.”
El problema en México no son las leyes, no son las carencias de éstas mismas, no se trata de ponerle un parche a las que hay, ni tampoco reinventar nuevas, sino romper con el sistema burocrático, la falta de preparación del personal de los ministerios públicos, jueces con buen criterio en la aplicación a las leyes, la revisión de cada uno de los expedientes y no el típico “fírmele aquí mi lic.”, sin haber leído el caso, el abuso de la intimidación por las otras instituciones tributarias en donde la amenaza es el congelamiento de cuentas bancarias, la cárcel y embargo de tu patrimonio si no paga el contribuyente y ahí después averiguas.
Por eso, no hay duda de que “haciendo manita de puerto”, nuestras leyes funcionan. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org
Deja un comentario