Como la rueda de la fortuna
Los mexicanos ya no creen en los partidos políticos porque aunque se pinten de diferentes colores, la gente ha llegado a la conclusión de que todos caen en lo mismo.
Aquellos que pregonaron cambios nada más fue un intercambio de poderes, pero fuera de la euforia no pasó a mayores porque en ese momento se acabó la seguridad en la nación entre la guerra de los cárteles del crimen organizado y el intento frustrado de combatirlo. Desde entonces el país ha tenido miles de muertes inocentes en donde civiles han caído víctimas de los llamados fuegos cruzados durante éste enfrentamiento entre el narco y fuerzas armadas, misma situación que no ha cambiado en el retorno al poder del partido que estuvo al mando del país por 70 años.
Existen otros partidos que fueron fundados por los no aceptados en el poder por considerar un derecho de continuidad o de antigüedad para estar al frente de la nación o renegados por no tener una gubernatura.
Refugiándose en la formación de otros partidos más pequeños se fue fraccionado hasta quedar en los famosos candidatos civiles o independientes que al final se suman a los ya existentes. Pero la historia no varía y no cambia más que iniciativas y leyes aprobadas que no benefician en nada la economía, la salud pero sobretodo en la seguridad de los mexicanos.
La desesperación de los partidos en recuperar la credibilidad es por supuesto que en las urnas solamente ganan aquellos quienes están en las bases, es decir, en nómina de instituciones gubernamentales y sindicatos porque las lideresas le siguen al cuento a todo partido que les ofrecen ayuda para que voten por ellos y si tuvieran tres o cuatro manos para extenderla para otros partidos, también aceptarían porque saben bien que es la única oportunidad para recibir algo extra de la tan paupérrima economía del país que nada más no levanta, ni se vislumbra un destello de esperanza.
Es más que evidente que los mexicanos ya no somos una clase de pata rajada que vienen los políticos a vender espejitos en donde sus retóricos discursos ya no engañan ni tampoco convencen a los ciudadanos. Ante la desesperación los partidos existentes están recurriendo cada vez más a tener que incorporar a sus líneas políticas a muchas figuras del espectáculo sin importar si se trata de un ex futbolista, ex conductora televisiva grupera o bien cualquier otro artista del cine o telenovela.
La nueva tendencia para los partidos políticos es en la búsqueda de personajes de la pantalla chica o grande que cuenten con suficientes fans con un gran impacto de seguidores para poder aglutinar masa de comunidades para hacer eco más a sus discursos o al menos que la gente solamente vote por el personaje sin haber escuchado bien de lo que se trata.
La gente está cansada de las mismas promesas llegando únicamente el golpe duro en los cada vez menos ingresos dentro de los hogares de los mexicanos y las alzas en la canasta básica, servicios e igual que en los energéticos como es la gasolina o diésel.
Se ha hecho una costumbre que tanto gobernadores, alcaldes, directores de algún instituto de gobierno trabajen para sí mismo saqueando las arcas de las tesorerías para sus propios fines de lucro, con la tan desgastada frase “estamos en México, aquí no pasa nada”, pero los que pagan los platos rotos son los ciudadanos y proveedores locales quienes se quedan sin pago.
Entidades en donde han sido intervenidos por el gobierno federal como aval para salir de sus deudas impide el avance de las obras sociales. Pero tampoco el Ejecutivo se salva que también ha demostrado que ha sabido hacer negocios o al menos beneficiado en los concursos de obras o mejor dicho en la asignación de obras al mejor postor. Pero como todo lo que funciona en la política, siempre serán hechos aislados aunque de acuerdo a la organización de Transparencia Internacional, México es uno de los países más corruptos del mundo. En fin estamos sumergidos en una decadencia de desarrollo económico a nivel nacional y político en donde los ciudadanos ni siquiera saben a qué sombra arrimarse y menos quién los represente porque ya parece rueda de la fortuna en donde solamente son los mismos y no se quieren bajar del jueguito porque siempre son los mismos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org
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