Guillermo Robles

Avanzamos y siguen las “tranzas”

Por Guillermo Robles Ramírez

No puede negarse que en México se ha avanzado en materia de procuración de la justicia como en el área del Poder Judicial por cuanto hace a las cuestiones penales del fuero común e igualmente, tampoco lo ocultamos, en los delitos federales, es decir, los que son seguidos a través de los jueces federales.

Empero, lo peor que nos puede pasar es avanzar llevando consigo las mismas “tranzas”, mañas, anomalías, etc., que nos ha marcado en el Mundo figurar entre los países más corruptos, lo que de ninguna manera es gratificante.

En el pasado, fue demasiado fácil encerrar y poner tras las rejas a supuestos maleantes sin muchos requisitos probatorios. Era lo que hacía en principio la autoridad policíaca, después el Ministerio Público y finalmente los Jueces, que en muchas ocasiones esperaban indicaciones de sus superiores para darle “pa´dentro o pa´fuera” al o, a los detenidos, según fuera el caso.

Aunque seguimos adoleciendo de muchas irregularidades, también se ha avanzado y hay que decirlo, tanto en materia de la procuración, por una parte y en la otra, en la impartición de la justicia, pero, por desgracia siguen cometiéndose errores, equivocaciones o pifias, unas voluntarias y otras involuntarias, pero lo mismo en la aplicación  como la procuración de la justicia dista mucho del ejemplo que hay en otros países del mundo en donde desde hace años no se cometen tantos errores ni pifias inocentes y en ocasiones hasta incrédulas como sigue sucediendo en México.

Coahuila no esta ausente de esas equivocaciones que en infinidad de situaciones son para “apaciguar” a la prensa y justificarse con los ciudadanos de que se está atacando tal o cual problema.

En materia de la seguridad pública, es donde se recurre más a montar teatros y simulaciones sobre detenciones que bien pueden tener toda la justificación, pero sus pruebas y averiguaciones llevan más fallas y errores que no dan margen a las autoridades ministeriales o penales a seguir el juego de sus jefes inmediatos y el resultado es que se pierde tiempo y en especial; esfuerzos humanos que cuestan al contribuyen, pues la distracción en detenciones simuladas, sin fundamento o ausente de las pruebas básicas y elementales; motiva la libertad de quien o quienes detienen por delitos que desaparecen y se pulverizan por actuaciones exprés, infundadas y donde solo se busca el protagonismo y exhibicionismo.

Pese a todo, existe falta de capacitación a los policías ministeriales, estatales y locales, o son errores “voluntarios” todos los casos, que por cierto, en últimas fechas está sucediendo frecuentemente, que se detiene a tal y tales rateros e igual a malhechores dedicados a distribuir droga y tardan más en llegar a las manos de los Agentes del Ministerio Público o bien ante los Jueces Penales, que éstos en liberarlos.

Los razonamientos invariablemente son: No los detuvieron en flagrancia lo que es lo mismo con las manos en la masa. Otros motivos, porque llegó mal la consignación o sin sustentos los delitos imputados.

Sobran pretextos y seguimos por años soltando a personas que inicialmente son señalados por los policías estatales, policías municipales o policías ministeriales, como responsables de delitos.

Esa incontrolable, por lo constante que sucede de liberar a personas detenidas por delitos que luego no son considerados como tales una vez que se les consigna, no es posible disminuirla impartiéndoles algunos cursos de orientación y conocimiento a nuestros policías de cómo calificar los delitos, que pruebas y testimonios deben ir junto con el consignado, etc.

Cuando los policías estatales, municipales y agentes ministeriales, disminuyan sus errores, todos saldrán ganando, pues ellos mismos, quienes los detienen, no perderán tiempo ni sentirán desaliento en su trabajo cuando les echan para atrás a detenidos en primera instancia; por otra parte, los Agentes del Ministerio Público, tampoco perderán tiempo y lo mismo será para los Jueces Penales que igual que los primeros, segundos y terceros, tienen harto trabajo que no les alcanza tiempo para concluir procesos en donde todo está en regla, es decir, cumple con todas las de la ley para ser juzgados.

A final de cuentas, el más beneficiado será el erario público y, más que todos, el contribuyente que solo ve, sin poder hacer nada, que sus impuestos sirven solo para tener mediocres en las áreas de la procuración de la justicia y la impartición. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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