Mientras todo en el país sea pasado por el tamiz de los intereses políticos, los avances efectivos serán sólo una aspiración nacional, aun cuando se trate de la seguridad de todos los mexicanos, y el ninguneo sea a las iniciativas impulsadas desde la Presidencia de la República. El mando único policial es tan sólo una muestra más.

Entretenido todo el país con el proceso electoral federal, y como la creación del mando único policial no se ha convertido en un tema proselitista, todo el país parece olvidar que, apenas en noviembre de 2014, el presidente Enrique Peña Nieto presentó un decálogo por la seguridad, ante los reiterados señalamientos por la criminalidad en el país, y porque el anuncio de la detención de “grandes capos” no ha aminorado la mala imagen que los mexicanos tienen de las autoridades de los tres niveles de gobierno; asolados como se encuentran por la delincuencia común, que es la que agobia a las familias y las tiene en riesgo de perder lo poco que poseen.

Y así, sin más ni más, diputados y senadores decidieron irse de vacaciones de Semana Santa hace un mes, y mientras que al Senado de la República le queda una sesión para concluir su actual periodo; la Cámara de Diputados simplemente dejará para su siguiente legislatura toda discusión referente a la creación de un mando policial, con lo cual el combate a la criminalidad seguirá siendo una deuda de todos los gobiernos con los ciudadanos de México.

Como si se tratara de un tema menor, el mismo senador perredista Miguel Barbosa confirmó que la iniciativa presidencial de mando único y desaparición de ayuntamientos vinculados al crimen se va al periodo de septiembre, aun cuando “ofrecieron” a los senadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) apoyar la discusión del tema antes de que concluyera este periodo, pero dijo «creo que ni al gobierno le interesó mucho que esto saliera.»

En contraparte, el Partido Acción Nacional (PAN) manifestó siempre su oposición al tema, por considerarlo centralista, por insistir en que las corporaciones policiacas deben fortalecerse en lugar de unificarlas en un solo mando, muy por el contrario de lo que ellos mismos propusieron durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, quien fue el primer impulsor de un mando policial unificado.

En fin que la inseguridad de este país se sigue discutiendo –o postergando- como si se tratara de un tema ordinario, como si en las calles de este país los mexicanos no estuvieran siendo despojados de sus bienes, extorsionados, agobiados por la criminalidad ordinaria y la organizada. Pero eso sí, en las campañas se presume la captura de criminales “hasta ese que se le fue al PAN”, o los medios destacan la vinculación del hijo de un ex gobernador priísta con famosos narcotraficantes, aunque claro, al jovenazo se le liberó al pagar la estratosférica multa de cinco mil pesos; en fin que los únicos que seguimos esperando que se les quite la pachorrudez a los legisladores de este país, somos los mexicanos “de a pie.”

El desdén con el que los legisladores federales abordan las problemáticas de todo el país es apenas concebible, hasta que recordamos que ellos viven otra realidad, viajan con seguridad, y sus viviendas tienen vigilancia constante. Pertenecen a una clase distinta de mexicanos.

Ya lo dijimos aquí; el PRI, que gobierna 20 estados, deberá encontrar otro camino para la propuesta de Peña Nieto, si realmente desea avanzar en materia de seguridad; los demás partidos podrán seguir, hasta la siguiente legislatura, discutiendo la seguridad como si nada ocurriera. Y todos los mexicanos, tal vez debamos pensar, de plano, en darle una lección a los partidos, dejar de lado sus opciones, y construir un régimen que verdaderamente atienda las necesidades de los habitantes de este país, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.