Guillermo Robles Ramírez

Así como me ves te veras

Por Guillermo Robles Ramírez

¿Cuántos jóvenes piensan que llegar a una edad de vejez está muy lejos? Probablemente la mayoría de nosotros hemos pasado alguna vez o bien quienes están gozando en estos momentos en su plenitud de su juventud, es algo que los tiene sin preocupación.

La adolescencia o bien adultos jóvenes, es decir, gente productiva que no rebasa los 38 años de edad; la idea de planificar para llegar a una edad adulta de la tercera edad, no se encuentra dentro de los proyectos de nadie. Pero cuando menos piensa pasan los años y se llega a esa edad de la cual nunca nos preocupamos y nos empezamos a dar cuenta con la falta de memoria, reflejos lentos, y los movimientos motores torpe, es decir, el caminar, la precisión y fuerza de las extremidades, etc., se hacen lentos.

Cuando se piensa en el adulto mayor, por lo general las nuevas generaciones se imaginan una persona anciana con bastón, en silla de ruedas o no falta el chascarrillo, que se piensa la necesidad de cargar un tanquecito de oxígeno con ruedas o por todos lados.

Hay muy poca difusión para quienes inician esta etapa de su vida. La única que existe o al menos se nos queda más grabado de lo que se nos espera en la vejez, cuando aún se es joven, es en aquellas películas de comedia norteamericanas ridiculizando a las personas de la tercera edad.

La falta de cultura en nuestro país sobre el respeto y saber cómo tratar a la gente de la tercera edad, no se debe a que la estemos perdiendo, sino que por años a México siempre se le fue considerado como un país joven.  Esto debido al predominio de la población es más de jóvenes que del otro.

 Pero como la vida es cíclica aquellas personas que entraron dentro de las estadísticas de la juventud, están pasando a una nueva etapa de su vida y con la difusión en los diferentes medios de comunicación del control de natalidad, nuestra nación empieza a dejar de ser considerada como antes y empieza a crecer una población de gente mayor.

Existen cifras por el Consejo Nacional de Población (Conapo), arrojando cifras que en la actualidad hay más de ocho millones de personas mayores de sesenta años, estimando que para el año 2050, este grupo crezca a unos treinta y dos millones, es decir, una cuarta parte de la totalidad poblacional mexicana pasaremos a la tercera edad.

El mismo sistema mexicano específicamente la del Instituto Mexicano del Seguro Social, te anticipa tu jubilación o retiro, a una edad que en muchos países se considera todavía como gente capazmente activa hablando laboralmente cuando en el IMSS hacen todo lo contrario sumando a los pensionados a éste sector, es decir,  a los indicadores del desempleo; después de que alguna vez fueron grandes generadores de empleo después son desterrados a su suerte donde por políticas bancarias y crediticias son objeto de no ser sujetos a créditos hipotecarios o no se diga más simplemente a tarjetas de crédito bancarias.

Esta situación los hace muy vulnerable porque su ingreso es cada vez menos, siendo considerados como un estorbo para sus familias tomando la opción de mandarlos en asilos donde puedan cuidarlos.

Las administraciones de gobierno, de los tres órdenes, solo voltean a este grupo para puros fines políticos, pero después son olvidados dejándolos a su suerte, porque muchas de las veces hasta desconocen sus derechos constitucionales, porque también tienen derecho a una pensión alimenticia cuando han procreado hijos, y que son considerados adultos mayores.

Así como ese derecho, también existen muchos, pero igual que todas las leyes; ahí están solo para leerse porque no hay quién las supervise, quién aplique esas leyes sino es más que con la denuncia del afectado.

No existe una institución funcional que con solo una llamada anónima puedan actuar a este sector tan vulnerable como en el caso de los niños que con una llamada se puede hacer una denuncia.

La mente puede engañar a cualquiera ya que a al ver un adulto mayor consideran que puede defenderse, pero se olvidan que mentalmente no tienen la edad que representa físicamente, pues bien dicen que la vejez es un retroceso mental comparado a la de un menor edad.

Recordados una sola vez al año como el día del anciano o del abuelo, son festejados pero el resto del año solo son un estorbo para muchos jóvenes, cuando en realidad son totalmente lo contrario.

Inculquemos esa cultura sobre el cuidado y atención a las personas de la tercera edad, sin esperar al tan acostumbrado ventajoso interés de ver al gobierno como paternalista, en donde una institución saque un programa para ellos. Estoy seguro de aquellos que lo hacen o cambien de actitud hacia este sector tan vulnerable se llevaran algo más que una medalla de oro o un certificado de calidad internacional sino será otro que tiene un uno por delante siguiéndole muchos ceros hasta el infinito, es decir, una satisfacción interna.

Se llevarán el corazón y agradecimiento de estas personas de la tercera edad por pensar en ellos, a cambio de una sonrisa y felicidad de ser considerados en algo tan especifico y especial para los adultos mayores; después de tantos años buenos de juventud y fortaleza que nos dedicaron a nosotros.  (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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