Guillermo Robles

Alegría y lágrimas a nuestra madre

Por Guillermo Robles Ramírez

Al menos en nuestro país el apego hacia la mamá es más fuerte que con el papá, aunque en algunos casos ya sea el niño o niña puede tenerlo hacia el último mencionado, pero al final la mamá siempre tendrá mayor peso.

Se me pueden ocurrir muchos motivos como el simple hecho de que son ellas quienes pasan más tiempo con los hijos, los mimen, los cuidan, guía y protegen durante su crecimiento.

Ese lazo tan fuerte puede ser considerado como la imagen que ocupa el primer lugar en la jerarquía del núcleo familiar. Podrá haber muchos pediatras que puedan rebatir mi posición o al igual no.

Existe una frase muy conocida “madre solo hay una” y estaré en desacuerdo porque existe una que les pertenece a todos los mexicanos que sin pedirlo su corazón es tan grande que ha roto fronteras con otras naciones y motivo de venir exclusivamente a nuestro país para conocerla en persona.

El primer minuto del día 12 de diciembre de cada año, la madre de México es recordada de manera nacional e internacional siendo a la única que, sin faltarle las mañanitas, se le festeja en grande.

La conmemoración de los 490 aniversario de la aparición de Santa María de Guadalupe en el Cerro del Tepeyac, o simplemente el Día de la Virgen de Guadalupe.

La Patrona de México hace ya 490 años atrás, se apareció al indígena Juan Diego, en diciembre de 1531.

Hablar de la Virgen de Guadalupe, es hablar de quien es considerada hoy un símbolo nacional, una imagen que se ha convertido en un estandarte para todos aquellos mexicanos, que profesan la religión católica y en algún tiempo formó parte de nuestra historia con los insurgentes de la independencia de México, en donde el padre Miguel Hidalgo, en su paso a Guanajuato, tomó del santuario de Atotonilco, la imagen de la Virgen de Guadalupe como símbolo de su ejército.

Se trata, de una de las apariciones que mayor impacto ha tenido desde su origen entre la población, ya que su fe se ha desbordado, pese a las especulaciones que giran en torno a su existencia.

Su presencia se hace más fuerte al iniciar el mes de diciembre en donde se escuchan en las calles el practicar de los matachines para rendirle honor en su día el 12 de diciembre.

Las principales avenidas de cada pueblo y municipio, ciudades sin importar el tamaño que sea, los mexicanos van honrándola en sus peregrinaciones desde principio del mes y conforme se acerca su fecha la presencia de millones de trabajadores caminan por las calles orando, dando gracias a la morenita por sus innumerables milagros.

Desde su origen, la Virgen de Guadalupe se convirtió en objeto de devoción oficial y popular en la Nueva España, que se sustentó en la historia de las apariciones al indio Juan Diego, representando la dignificación e incorporación de esa raza, excluida por los recién llegados.

De esta forma, criollos, mestizos e indios se unieron en la devoción común y la virgen ayudó a limar diferencias de castas, unidas por el fervor religioso y nacional.

Aun y cuando la Virgen de Guadalupe es considerada una de las apariciones más importantes, famosa por los miles de fieles que la veneran y dan fe de su poder para bien de todos, su imagen ha sido sometida a numerosos estudios por pintores, restauradores, y científicos, quienes han tratado de comprobar si efectivamente es una imagen sobrenatural o de “algo” preparado para creer.

Todavía en estos tiempos los investigadores tratan de establecer si es un caso de ilusión óptica o un hecho paranormal que rodea a la Virgen.

Los misterios que hay detrás de la historia de las apariciones de la virgen son varias, van desde el porqué de su aparición hasta la lectura que les dan a las estrellas que cubren su manto y hasta el misterio de sus ojos, que se dice que tiene grabadas figuras, que según científicos corresponden a 13 personas que se encontraban en el momento exacto en que Juan Diego desplegó la tilma repleta de rosas ante el obispo Zumárraga.

Ante este misterio, científicos de la NASA han utilizado tecnología digital similar a la empleada en las imágenes que se reciben desde los satélites, para analizar las figuras impresas en los ojos de la Virgen María.

Incluso estudios oftalmológicos realizados a los ojos del manto grabado de la Virgen María han detectado que, al acercársele luz, la retina se contrae y al retirar la luz, se vuelve a dilatar, tal cual como ocurre en un ojo vivo.

Lo mismo sucede con la temperatura de la fibra de maguey con que está construida la tilma, se descubre que milagrosamente la misma mantiene una temperatura constante de 36.6 grados, la misma que el cuerpo de una persona viva.

Para el año de 1983 dos investigadores, Mario Rojas y Juan Hernández, estudiaron el caso de las estrellas que aparecen en el manto de la Virgen, llegando a la conclusión de que la disposición de las mismas coincidía con la posición de las estrellas en el firmamento mexicano el 12 de diciembre de 1531 a las 10:37 de la mañana, momento en que, datos que la misma Iglesia ha señalado, ocurrió el milagro guadalupano.

No obstante, y a pesar de los misterios que envuelven a la Virgen de Guadalupe, la fe hacia la llamada patrona de los mexicanos es tan grande que hay quienes consideran que de ninguna manera se habrá de ver empañada.

El pueblo mexicano va seguir creyendo en ella, es un mensaje de ayuda, de aliento y eso se ve reflejado en el amor tan grande y la devoción que los mexicanos tenemos hacia ella. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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