Julian Santiesteban

A tiro de piedra: Turismo, el “olvido” del senado

Los trabajadores seguimos siendo el pariente pobre de la democracia
Marcelino Camacho

Por Julian Santiesteban

El turismo y los destinos nacionales han marcado la agenda nacional en la semana que corre, tanto por las reacciones ante la desaparición del Consejo de Promoción Turística (CPTM), como por la ríspida sesión realizada en el Senado de la República este martes, que terminó evidenciando el desinterés –u “olvido”- de un gobierno federal que no atiende más allá de lo que son sus prioridades –u ocurrencias, dirían sus “enemigos políticos”-

Luego de que la Cámara de Diputados aprobara la desaparición total del órgano responsable de la promoción de los destinos turísticos del país, el empresariado del ramo se presentó ante el Senado de la República para solicitar sea atendida la urgencia de arribo de sargazo a los 451 kilómetros de litoral quintanarroense que está por ocurrir en cuestión de horas, pues además representa el inicio de la etapa más intensa de recale, misma que se prolonga hasta diciembre.

En tribuna se cuestionó que los recursos aprobados para la misma tarea en 2018 fueron aplicados con una evidente falta de transparencia –lo cual ha ocasionado por cierto que una buena cantidad de medios locales y actores políticos cuestionen la permanencia de Alfredo Arellano Guillermo al frente de la Secretaría de Medio Ambiente local-, por ello la Junta de Coordinación Política del Senado exhortó a la Auditoría Superior de la Federación para que en el próximo ejercicio de fiscalización incluya los recursos que utilizó el gobierno de Quintana Roo para acabar con el ataque masivo de sargazo. Muy bien, pero en eso quedó la acción legislativa, cuando la urgencia es que se destine el dinero para atender la urgencia que se desatará en unas horas. De eso nada.

La discusión subió de nivel, los senadores panistas demandaron atención inmediata, mientras que los de Morena y aliados únicamente pedían revisión al dinero ya ejercido; los albiazules gritaban –literal- que se revisara y sancionara si se descubre alguna malversación, pero que se atendiera el problema nuevo; pero ante ello nada ocurrió. De nuevo, la cuarta transformación republicana escuchó e hizo lo que quiso. Otro golpe al turismo, justo en la víspera de la temporada de verano, una de las más importantes del año.

Luego entonces, no sólo a la oposición, sino al empresariado turístico en pleno, les quedó en claro que dinero para el sector no habrá, ni para promoción ni para emergencias ambientales, ni para infraestructura siquiera; sólo para el tren maya. El turismo representa el diez por ciento del Producto Interno Bruto de México y ni siquiera eso ha sido factor para proteger y hacer crecer la actividad.

Jesús Pool Moo, diputado federal por Morena que votó en contra de la desaparición del CPTM, declaró apenas este lunes que esperaba que el Senado presentara alternativas concretas para la promoción de los destinos turísticos, que los recursos que no se gastarán en promoción se destinen a programas como el de pueblos mágicos –Quintana Roo tiene tres-; que los senadores honraran pues la representación ciudadana que ostentan…pero no hubo anuncio alguno.

COMENTARIO MORBOSO

A propósito de Jesús Pool Moo, el legislador señaló en entrevista que en los siguientes días legisladores federales se estarán reuniendo con autoridades y empresarios locales para comentarles sobre la instrumentación de medidas de seguridad específicas en los destinos turísticos nacionales y la posibilidad de crear una policía especialmente preparada para atender estas zonas del país. Bien la intención del legislador, acertada su tarea, pero hay muchos pendientes que deben responderse antes, y no precisamente por parte del Legislativo, sino del Ejecutivo federal.

La propuesta no es nueva, de hecho, el ahora presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, la presentó precisamente en Cancún, específicamente el 26 de junio del año pasado, cuando aseveró que se crearía la Policía Especial para Centros Turísticos “para que se proteja a los que vienen de paseo, de visita, porque significa inversión, divisas, significa trabajo, significa bienestar para nuestro pueblo”, claro que en diciembre también de 2018, ya como presidente, retiró a los más de dos mil elementos federales que resguardaban la seguridad de este polo turístico, y para los cuales incluso se construyó la llamada “ciudad militar” con una inversión cercana a los 800 millones de pesos.

Más aun, antes de concluir la administración de Enrique Peña Nieto, el entonces secretario de Turismo, Enrique de la Madrid Cordero, sugirió la creación de un cuerpo de seguridad que operaría como prueba piloto en Baja California Sur y Quintana Roo, cuyo presupuesto se generaría además de un impuesto especial de un dólar americano aplicado a todos los turistas que ingresen a México –casi cuarenta millones de dólares por año, considerando las cifras de 2018- y la reacción de los empresarios turisteros fue más que adversa; luego entonces, las preguntas obligadas son: ¿será creada la policía turística para centros turísticos propuesta en campaña por el ahora presidente? ¿Será financiada con la creación de un impuesto nuevo –considerando que uno de sus compromisos principales fue también no generar más impuestos, se cobren o no a los mexicanos-?

Por cierto, considerando que hoy el empresariado nacional fue ignorado en sus peticiones planteadas al Senado para atender la contingencia por sargazo, que además les quitaron los recursos de promoción de los destinos, que no se ha autorizado recurso alguno para infraestructura y que, en general, el turismo está siendo prácticamente abandonado por la cuarta transformación republicana, ¿estará dispuesto el empresariado a sumarse a la propuesta presidencial aun en ciernes? ¿quién le hará “manita de puerco” a quién, el gobierno a los empresarios que operan en lugares con cada vez mayor criminalidad, o los empresarios al gobierno, al darse cuenta este que no puede llevar a cabo sólo lo que para López Obrador es prioritario, sino también para los sectores económicos nacionales? Y conste que el interés del régimen no es lo mismo que el de la nación, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.