A TIRO DE PIEDRA: REFORMAS, LOS PENDIENTES POR ATENDER

Es más fácil hacer leyes que gobernar

León Tolstoi

 

Aunque ninguna de las reformas nacionales logradas en la primera mitad de la administración del presidente Enrique Peña Nieto ha comenzado a rendir los beneficios prometidos, por lo menos no de manera tangible, la 63 legislatura federal que entrará en funciones en septiembre seguirá la misma dinámica reformista, aunque no necesariamente con el mismo éxito.

 

Las tareas de los nuevos legisladores, de manera inmediata, estarán relacionadas con los trabajos para construir el presupuesto de 2016, pero a los diputados les han sido “heredados” un sinfín de reformas ya comprometidas por el presidente, muchas de las cuales no se atrevieron a abordar los diferentes partidos políticos, tanto por las implicaciones políticas –en la víspera del proceso electoral que está por concluir- como por el impacto administrativo real que representarían.

 

Por ejemplo, desde 2014 está pendiente “desindexar” el salario mínimo de todas las prestaciones que se tasan con este mecanismo, para evitar que se disparen en caso de que hubiera un incremento al salario, tal y como propusieron también desde ese año partidos como Acción Nacional (PAN) y el de la Revolución Democrática (PRD), en voz del jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera. Pero lo cierto es que ningún partido ha retomado el tema, dadas las implicaciones que pudiera tener en la economía una adecuación salarial; a pesar de que la demanda esté más que fundada; por la pérdida evidente del poder adquisitivo que ha tenido en los últimos años, según han demostrado organismos como el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

 

Pero además existen reformas pendientes, como la del campo, prometida desde que Peña Nieto era candidato; específicamente desde el 11 de abril de 2012, en su día número 12 de campaña como candidato a la Presidencia de la República, y en su primer evento con el sector campesino nacional, en Axapusco, Estado de México, en donde, el entonces candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia de la República, suscribió el compromiso número 15 de su campaña consistente en “incrementar la producción agropecuaria nacional para garantizar la soberanía alimentaria”, en enero de 2014; en el 99 aniversario de la promulgación de la Ley Agraria, reiteró el compromiso de impulsar las reformas necesarias, pero en enero de 2015 ya nada se dijo. Y luego del proceso electoral, la promesa sigue pendiente.

 

Aunado a lo anterior, en noviembre de 2014, el presidente Enrique Peña Nieto presentó un decálogo por la seguridad, ante los reiterados señalamientos por la criminalidad en el país, y porque el anuncio de la detención de “grandes capos” no ha aminorado la mala imagen que los mexicanos tienen de las autoridades de los tres niveles de gobierno; asolados como se encuentran por la delincuencia común, que es la que agobia a las familias y las tiene en riesgo de perder lo poco que poseen.

 

Entre las propuestas concretas, se encuentra crear un mando único policial, desaparecer las policías municipales y concentrarlas en 32 corporaciones estatales, hubo posturas claras de oposición por parte del PAN y al final del periodo el PRD se mostró dispuesto a discutir la iniciativa, pero al final quedó como pendiente para la legislatura federal que iniciará funciones en septiembre. Por cierto, la semana anterior en Quintana Roo se anunció la creación de una Policía Rural para atender la inseguridad en las comunidades, corporación que estará a cargo del gobierno del estado y que tendrá 200 elementos, 40 patrullas, distribuidos en 30 partidas, según explicó el secretario del ramo, Juan Pedro Mercader Rodríguez. Es importante que se atienda el tema de inseguridad, pero habrá que ver si la medida está acorde a la iniciativa presidencial de desaparecer las corporaciones y fusionarlas en policías estatales.

 

Volviendo al tema de las reformas pendientes, hay también proyectos dejados por el Senado, y que se retomarán una vez que los diputados tomen protesta, para que hagan la revisión a reformas como la que quedó pendiente de la pasada reforma electoral: que son la Ley de Derecho de Réplica y la Ley de Propaganda Gubernamental.

 

Por si fuera poco, existen atrasos como las reformas constitucionales en materia de seguridad social, específicamente para aprobar la pensión universal y el seguro del desempleo, que fueron prometidos a los mexicanos en infinidad de spots en medios de comunicación, como parte de los beneficios que traería autorizar la reforma fiscal, y aunque esta se aprobó desde 2014, la bonanza a los mexicanos no termina por llegar.

 

Aun más, esta legislatura deberá también atender la iniciativa de reforma política para el Distrito Federal, tema en el que el PRD presionó durante la anterior legislatura; habrá que ver si su mermada bancada tiene ahora la fuerza suficiente para retomar el tema, o si es Morena, como nueva mayoría en el DF, que retoma la temática para llevarla de nuevo a San Lázaro.

 

Pero hay además temáticas mucho más polémicas que deberán atenderse, entre ellas la aprobación del dictamen de la nueva Ley General de Aguas, mismo que seguramente será modificado, ante la exigencia planteada desde la legislatura anterior de impedir la privatización del servicio y la explotación del recurso; tema que por cierto, pudiera tener profundo impacto en Quintana Roo, dado que en la entidad Aguakán, empresa privada, opera el servicio en tres municipios; por lo que habrá que ver los posicionamientos de los diputados por la entidad.

 

Existen muchos otros pendientes, más de una veintena de ellos. Por cierto, está pendiente también la reforma integral en materia de Salud, pues el presidente prometió construir un sistema con “portabilidad” para el derechohabiente, una mejora sustancial a las instancias que otorgan estos servicios y, en general, una mejora sustancial en materia de atención. Habrá que ver la capacidad de concertación que logra ahora el PRI con las demás fuerzas políticas, esta legislatura no contará con mecanismos como los que tuvo su antecesora, específicamente el Pacto por México, que allanó el camino a muchas de las reformas alcanzadas hasta ahora.

 

EL PRESUPUESTO

 

Pero la tarea inmediata será construir y aprobar el presupuesto, y recuérdese que el 30 de enero del presente año, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, anunció un recorte al gasto público de 124 mil millones de pesos para 2015, pero también informó que el próximo Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) sería con Base Cero.

 

Analistas han señalado que la propuesta del funcionario es inviable, pues requeriría modificaciones legales y hasta constitucionales para poder realizarlo, pues hay instancias y sectores que tienen legalmente asignado un porcentaje mínimo del PIB, por lo cual no puede discutirse “con base cero”, aunado a que la discusión mismo, por programa, rubro o sector, requeriría demasiado tiempo, y recuérdese que el Congreso federal debe tener aprobado el presupuesto antes de que concluya el año, así que nada fácil será la tarea.

 

LO LOCAL

Quintana Roo tendrá en la 63 Legislatura, hasta ahora, los mismos diputados que en la legislatura que concluyó: Arlet Mólgora Glover, Jose Luis Toledo Medina, Remberto Estrada Barba, Sara Latife Ruiz Chávez y  Alexander Zetina Aguiluz; habrá que ver si en las sumas y restas, al final alcanzan a llegar Patricia Sánchez Carrillo, por el PAN; e Ivanova Pool, por el PRD; pero además de su arribo, habrá que analizar los temas que llevarán, pues aunque no hayan sido sus propuestas de campaña, todos aseguraron que, ahora si, atenderán las demandas ciudadanas.

 

Si así fuere, en el sur de la entidad cámaras empresariales han demandado modificaciones a la reforma fiscal, pues dicha modificación normativa generó que Chetumal, la capital de Quintana Roo, se convirtiera en la ciudad con mayor inflación de todo el país, durante el año 204 y lo que va del 2015; sólo por mencionar algo.

 

COLOFÓN

 

Como se observa, no será una legislatura muy diferente a la anterior. La dinámica reformista del gobierno de Enrique Peña Nieto continuará hasta el final de su mandato en 2018, así que a la 63 Legislatura Federal le corresponderá determinar los temas a atender; y se verá a partir de septiembre, si el presidente y la mala imagen que lo ha acompañado, por lo menos en el último año, tiene la capacidad para construir acuerdos. Por cierto, la legislatura se instalará, justo para recibir el informe del tercer año de gestión peñanietista. Trabajo, y mucho, tendrán los diputados, veremos ahora si están a la altura del encargo, porque su desempeño lo revisaremos minuciosamente desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

 

Como siempre, le dejo notas que fundamentan lo expresado en esta columna…

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