A tiro de piedra: Lo que se juega en la elección
Aquel hombre que pierde la honra por el negocio,
pierde el negocio y la honra
Francisco de Quevedo
Por Julian Santiesteban
La frase no es nueva, se repite proceso a proceso y quienes echan mano de ella son casi siempre políticos, claro está, dependiendo de su circunstancia, porque los triunfadores siempre afirman que ganar en las urnas es el refrendo ciudadano a los buenos gobiernos de su respectivo partido; pero cuando pierden, la derrota se la atribuyen a infinidad de factores, casi nunca relacionados con el acto de gobernar; pero digámoslo tal cual, en este 2019 no sólo se renovará el Congreso quintanarroense, también se ratificará el apoyo a la visión de gobierno que los ciudadanos prefieren.
Ciertamente, en los procesos electorales confluyen infinidad de factores que mueven a los ciudadanos a las urnas o los detienen para mantenerse en el abstencionismo: Campañas con propuestas, de contraste, análisis del entorno, el más reciente hecho público que lleve al votante a aprobar o desaprobar a sus gobiernos y partido, hechos extraordinarios de violencia y, por supuesto, la dádiva tan recurrida; pero en el momento de marcar la boleta, en esos microsegundos, todo puede cambiar y la incertidumbre es amplia, el elector puede modificar el sentido del sufragio, aun después de haber sostenido una postura durante meses.
Pero en el ámbito de los candidatos, de los partidos y los buscadores del poder en general las posibilidades son sólo dos: ser seleccionado o no por el votante, que el proyecto, la visión de gobierno, el futuro prometido y las acciones sugeridas para transformar las sociedades sean elegidas por encima de la dádiva, de las campañas de contraste y, en esa tesitura, no es un despropósito aseverar que el triunfador puede serlo por muchas razones, pero el perdedor simplemente no logró convencer o mantener la confianza del electorado.
Quien decide participar asume las reglas establecidas, las puede modificar, pero una vez que esta ha concluido; luego entonces, estamos a menos de tres semanas de iniciar la competencia formal, el 15 de abril comienzan las campañas electorales que concluirán el 29 de mayo, y en ellas se confrontarán dos, acaso tres, visiones de gobierno: la del PAN-PRD-PES enarbolando el “joaquinismo”; y Morena-PVE-PT con su “Cuarta Transformación Republicana”, y la tercera será la que presente Movimiento Ciudadano, que compite solo (de Confianza Por Quintana Roo y Movimiento Auténtico Social poco puede decirse, el primero nació ligado al “oficialismo” y el segundo…pues ahí está).
En la colaboración anterior, el escribiente destacó justamente que los actores en competencia preparan ya sus discursos de campaña, todos enarbolando los defectos y fallas del contrincante, sin que se observen de fondo propuestas de transformación social, pues a la XVI Legislatura local le tocará co gobernar con la administración estatal y los once gobiernos municipales, y aunque es evidente que al final construirán una mayoría legislativa para darle rumbo a ese poder constituyente, primero se encargarán de competir para imponer su visión, plan y estrategia de gobierno; luego entonces, ¿quién ganará el 02 de junio, el joaquinismo o la cuarta transformación? Porque el que seguirá perdiendo es el de siempre: el ciudadano de a pie.
COMENTARIO MORBOSO
En el estancado proceso de la cuarta transformación republicana siguen por inercia muchos vicios que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador prometió erradicar; por ejemplo, en Quintana Roo delegaciones como la de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) no sólo han permitido irregulares negocios al amparo del poder, sino que se aprestan a “amarrar” otros tantos antes de desaparecer y fusionarse en las llamadas “super delegaciones.”
José Luis Blanco Pajón, muy cercano a la ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco, lucha a toda costa por permanecer en el cargo, ahora que la ex mandataria y su compadre, también ex gobernador de Quintana Roo, Félix González Canto, parecen haber obtenido la “franquicia” de Morena en la entidad que alberga a la “blanca” Mérida, sobre todo porque ha entregado concesiones para explotación de agua a empresarios turísticos en Cancún y desarrolladores inmobiliarios que incluso comercializan el vital líquido en el sur quintanarroense.
Entre 2012 y 2014 Blanco Pajón entregó unas 45 concesiones para que hoteleros instalaran plantas desaladoras de agua, con las cuales los centros de hospedaje se abastecen del vital líquido y dejan en consecuencia de pagar a la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) el servicio que debían contratar. Pero más allá de eso, el funcionario federal entregó concesiones en el sur de la entidad, como las del Fraccionamiento Andara –que vence en septiembre del presente año- que posibilitan el uso de pozos para servicios como riego de jardinería y mantenimiento en general, pero que el desarrollador explota comercializándola en el fraccionamiento del mismo nombre.
En Contracorriente, el portal que coordino, hemos iniciado una investigación sobre la actuación de Blanco Pajón, quien hasta ahora ha evadido responder a los cuestionamientos, pero “curiosamente” habita en el Fraccionamiento Andara; sí, ahí donde irregularmente se explota una concesión entregada por él… ¿Más aun? En ese mismo sitio habita el ex mandatario Félix González Canto…Así que no sería extraño que la ampliación de la concesión ocurriera; pero y la Cuarta Transformación, ¿para cuándo? ¿Estará enterado Arturo Abreu Marín, el delegado del gobierno federal en Quintana Roo, de las irregularidades que se cometen en instancias como Conagua? ¿Los legisladores federales por Morena? Ahí la prueba de fuego para quienes prometieron erradicar la corrupción, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.