A tiro de piedra: 600 mil votos comprometidos, las alianzas futuras y el «voto cruzado»
El elector goza del sagrado privilegio de votar
por un candidato que eligieron otros
Ambrose Bierce
Por Julian Santiesteban
La competencia es real, no será; para nada, limpia. Nunca lo ha sido, pero particularmente en la actual coyuntura, tomará incluso tintes de agresión. A nivel nacional, las campañas electorales -fundamentalmente en redes sociales- la dinámica es así y, en Quintana Roo, a partir de este lunes, la situación no será diferente. “El poder no se comparte, se arrebata”, aunque ya en el gobierno, se mantenga una línea de concordia…por muy delgada que sea.
Morena y sus partidos aliados, comprometieron en favor del proyecto presidencial de Claudia Sheinbaum Pardo, 600 mil votos. Lo dijo su dirigente estatal, Johana Acosta Conrado. Si logran esa cantidad de sufragios, será una votación histórica, sobre todo si se consideran los números de la elección del 2022, en que Mara Lezama Espinosa resultó electa como la primera mujer en gobernar Quintana Roo: 522 mil votos entre todos los candidatos, incluyendo la votación nulificada. La mandataria, con amplia popularidad, alcanzó 309 mil 931 sufragios. La meta de los “guindas” para este 2024, es prácticamente del doble.
Hasta antes de la selección de candidatos/as, la jornada del próximo 02 de junio lucía como un “día de campo”, pero lo cierto es que hay proyectos de reelección que no terminan de “cuajar”, los riesgos de derrota son reales y, en Benito Juárez, aunque es probable que gane Morena, la votación se advierte como considerablemente baja -alejadísima de la popularidad que tuvo en su momento Lezama Espinosa-; es decir, el triunfo sería sólo por el “peso de la marca”, y aunque así será prácticamente en el resto del estado, siendo Benito Juárez el municipio que mayor votación debiera aportar; de nuevo, los 600 mil sufragios parecen una meta ya irreal. Puerto Morelos, Bacalar, Othón P. Blanco, Tulum, Cozumel, José María Morelos… eso es ya más de la mitad del estado. ¿” Día de campo”? Por supuesto que no, pero la meta y la selección de candidatos fue decisión vertical.
Si, a todo lo anterior, se suma que Solidaridad, el segundo municipio en importancia en Quintana Roo, es el único gobernado por el PAN-PRD-PRI, y ahí, Lily Campos Miranda parte con ventaja para su reelección, ¿de dónde saldrán tantos votos comprometidos? Son muchos los elementos que tienen que considerarse, por ejemplo, la mitad de las campañas federales ya ha transcurrido, los abanderados de la oposición no dan una, pero los oficiales lucen exactamente iguales. Tanto, que se sigue especulando públicamente que los abanderados a diputaciones de los distritos 02 y 03 pudieran ser sustituidos. Humberto Aldana Navarro y Elda Xix Euán, no aportan sufragios, son lastre y hay que decirlo sin ambages. No hay mucho que agregar de la polémica sobre el origen indígena de Anahí González y la competencia con Roberto Palazuelos, la expectativa está en que la solidez de la postulación de Eugenio Segura, en el lado moreno, arrastre a la “cancunense maya” y que Mayusa González, en el lado de Movimiento Ciudadano (MC), no le quite muchos sufragios al régimen local.
Y entonces, ¿qué va a ocurrir? Seguramente la 4T ganará la mayoría de las posiciones, perderá algunos municipios -cualquier estratega menor, a estas alturas ya debiera haber construido un panorama de recomposición-, tendrá menos representación en el Legislativo local, aunque mantenga la mayoría y -aquí viene lo interesante- la administración local negociará con los “renacidos” opositores, para un buen cierre de gobierno estatal. Lo muy probable es que haya incipientes contrapesos y que las capacidades de negociación se pongan a prueba. Los derrotados/as irán a cargos menores y todos a prepararse para la siguiente elección. A los periodistas les toca la descripción de la competencia, no son actores en la misma.
Este sábado, en una reunión con medios de comunicación a la que convocó precisamente la alcaldesa solidarense, el mensaje en el aire fue que, en esta región estatal, ocurrirá la batalla más encarnizada por el poder, que no sólo está en juego la elección de este dos de junio, sino que involucra la de 2027 y que, independientemente del resultado en el 2024, y por muy adelantado que parezca, la carrera por la siguiente gubernatura está en marcha (aunque en estricto sentido, haya iniciado el 26 de septiembre de 2022, un día después de que Mara Lezama Espinosa tomó protesta como mandataria).
¿Y entonces, cuáles alianzas? Hasta ahora, ninguna, ocurrirán luego de la elección ¿cuántas? Dependerá de cuánto terreno pierda la 4T ¿Con quiénes? Evidentemente, con los que quedarán en posición de disputarle a Morena la gubernatura ¿Por qué tendrían que ocurrir? Pregúntese a Andrés Manuel López Obrador, aun con los 30 millones de sufragios obtenidos, las alianzas “con el pasado”, por lo menos el inmediato, fueron necesarias. Pregúntese a Lula Da Silva, en Brasil, hasta que hubo pactos con “el capital” al que tanto vilipendió en sus dos primeras campañas presidenciales; en la tercera, se logró colocar en la silla…
¿Qué lugar tiene el “voto cruzado” en esta colaboración? Todo, de inicio a fin. La 4T parte como favorita, ganará la mayoría de escaños, pero una parte -aunque sea minoritaria de electores- entiende que no todo lo “guinda” tiene las mismas capacidades, algunos sufragantes toman decisiones racionales, con base en el desempeño y percepción de los que ya los gobiernan y, ahí, podrán apoyar la candidatura presidencial, alguna del Senado, alguna diputación federal, local, presidencia municipal, pero no necesariamente todo. La selectividad construye democracia. Voto útil. Ni todos los “morenos” son capaces, ni todos los de otros colores son incapaces. Valorar a la luz de su trayectoria… ¿día de campo? Por supuesto que no.
COMENTARIO MORBOSO
A propósito de voto cruzado, ha quedado la sensación de que “operación cicatriz” hubo solamente en Tulum y Benito Juárez, en el caso del ayuntamiento gobernado por Diego Castañón, todo el “marcianismo” terminó por respaldarlo y, según un rumor creciente, hasta el contrincante del Partido del Trabajo (PT), Jorge Portilla Manica, estaría compitiendo “de mentiritas”, muchos expedientes acumulados, una llamada desde el centro del país… una campaña en la que nadie pierde, a lo mejor en las urnas, pero no en los negocios ni cuentas bancarias… hay para todos… sólo se cumple el rol.
Y en el caso de Benito Juárez, exactamente lo mismo. A todos se les repartió o se les repartirá, parte del botín… no no no, de los espacios para la gobernabilidad. ¿Ha vuelto el elector a saber algo de quienes tanto pelearon y aseguraron estarían “en la boleta”? Ya regresarán a los medios, va a ver entonces la credibilidad que les queda… pero también ahí comienza la racionalidad del elector; la “operación cicatriz” sirve para garantizar el triunfo, aunque sea en condiciones mínimas, pero también para deshacerse de tanto “baja cocos”; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra.
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