¿Y la vigilancia?

Por Guillermo Robles Ramírez

En diversos municipios pequeños de Coahuila, la venta callejera de gasolina, está en pleno auge y desde hace muchísimo tiempo, sin que intervengan las autoridades federales, ni den señales de hacerlo, muy a pesar del peligro que representa este tipo de comercio para las familias que viven en las cercanías de estos negocios de comercialización clandestina de combustible.

Un problema que nunca se ha terminado ni antes de la Administración del cacique de López Obrador, cuando contrataban empresa privada estadounidense y con el “Peje”, con su Guardia Nacional, tampoco ha parado ni erradicar a los “chupadores”, o como le dicen ahora “Huachicoleo” de gasolina que hacen directamente de los gasoductos en donde las pérdidas diarias son millonarias, en consecuencia, los habitantes de las comunidades coahuilenses en donde existe la venta callejera de gasolina no tiene ninguna esperanza de que su problema sea atendido.

Una situación que con el encarecimiento de la gasolina y sobre todo la que está etiquetado de color rojo, es decir, la Prémium; la gente prefiere no denunciar porque sale más barata y es un beneficio mutuo, ante el nulo estimulo que existe por parte del gobierno de Obrador.

Nos referimos a casos concretos existentes en cabezas municipales de Candela, Abasolo, Juárez, Progreso, Lamadrid, San Buenaventura, Escobedo, Cuatrociénegas y otros más, en donde unos cuantos vecinos hacen el negocio todo el año por la falta de vigilancia, además de la insuficiencia de estaciones de gasolina, particularmente por la limitada población que cuentan esas ciudades, siendo durante las noches el principal momento de este negocio de grandes utilidades para unos pocos y grave peligro para muchos.

Todo el origen es provocado porque son muchas las estaciones de gasolina que venden Diesel y gasolina en tambos o tinas de gran capacidad, aunque está prohibido por el peligro que representa esa forma de despachar el combustible.

En solares o cocheras de viviendas ubicadas en pleno centro de esas ciudades, se hace la venta sin ninguna preocupación más que el de despachar a “tinazos” la gasolina y el Diesel sin mayor preocupación más la de hacer negocio redondo.

La situación se agrava cuando las autoridades del lugar consideran y se cierran en el criterio que la venta clandestina de combustible es un delito federal, apreciación tan errónea y fuera de contexto como el de pretender seguir protegiendo un negocio ilícito que buenos pesos ha de dejar por la vista gorda de algunas autoridades.

Aunque en el fondo tengo que admitir, por un lado, de estar acorde con ese pensamiento, ya que el gobierno federal dejó de enviar dinero a los municipios, al estado y no se diga a la UAdeC. La federación castiga a Coahuila y evidentemente los coahuilenses se desmotivan buscando la manera de cobrársela a la “china”.

Pero no solamente el resentimiento que existe por parte de los coahuilenses con el gobierno lopezobradorismo, sino también algunos Ediles pretextan que a la mayor parte de esas ciudades, queda muy retirado a las pocas estaciones de gasolina más próxima, por lo que los vendedores clandestinos e ilegales del Diesel y gasolina, están haciendo un favor a la comunidad, refiriéndose a los consumidores, aun con todo el peligro y riesgos graves que encierra este negocio que tiene años y años de existencia, a sabiendas y conocimiento de las autoridades federales. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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