¿Y cómo se debe de celebrar?

Como se darán cuenta desde el fin de semana hasta el día de hoy los comerciantes han intensificado sus campañas publicitarias para conmemorar el Día de la Madre, aunque para ser sinceros muchos empezaron han celebrarlo a sus mamás desde el fin de semana porque en este año cayó entre semana, pero sin importar otra gran cantidad de personas esperaron hasta el día de hoy.

Aunque tanto para los estadounidenses como los cubanos siempre lo celebran el segundo domingo de mayo sin ponerle una fecha en especial para que siempre cayera en fin de semana, siendo menos complicado a mi muy particular pensar.

Es bueno recordar dónde inicia la idea de celebrar a las madres. Proviene de épocas remotas de la Grecia antigua cuando se le rendía culto a la diosa Rhea, como la madre de los dioses en el mundo mitológico.

Lo más parecido a lo que celebramos en la actualidad se originó en el siglo XVII, en Inglaterra cuando un domingo del año los ricachones le daban un día libre para que visitaran a sus madres permitiéndoseles hornear una tarta para llevarla de regalo; a ese día se le conoció en aquella época como Domingo de la Madre.

En los EU, se realizó en 1872 por la escritora Julia War Howe siendo una manifestación pacífica invitando presidiendo principalmente a las madres que fueron victimadas por la guerra de la milicia, para honrarlos.

Aquí en nuestro país los aztecas rendían culto a la madre de su diosa Coyolxauhqui representada por la luna, rindiéndole tributo con esculturas en oro y plata, haciendo una peregrinación en distintos puntos de México antes de la conquista, siendo los festejos con motivos de la maternidad entre los pobladores teniendo un carácter de tipo religioso.

Los tiempos cambian, así como también los festejos porque aquel hijo que alguna vez en la escuela le sacaba lágrimas con la canción “Señora, Señora” interpretada por Denisse de Kalafe, fueron cambiados por el mariachi a deshoras ahogados en alcohol y terminando sus seis canciones sin faltar la respectiva serenata para las madres y seguirle a la parranda.

La palabra “mamá”, ha tenido su deformación en la medida que se va creciendo, mientras son pequeños es “mami”, conforme pasa el tiempo es “mamá”, después “madre”; siendo adolescente “jefa” o “jefecita”, luego pasa a su nombre de pila y posteriormente termina con mi “viejecita”, o en su defecto como diría Gordolfo Gelatino uno de los más famosos personajes de los polivoces “mi cabecita de algodón”.

Posiblemente para muchas no les importarán como les digan, para otras reclamarán que con tanto trabajo y batallar para sacarlos adelante para no merecer el escuchar nuevamente el “mamá”, y ser recordadas una vez al año.

Por otro lado, la incongruencia de los esposos de haber celebrado ese día cuando es trabajo de los hijos y el de él es el de celebrar a su mamá, pero el día de hoy, yo les pregunto a los hombres cuántos de ustedes le prepararon a su mujer el desayuno y aquellos que lo llegaron hacer los felicito, aunque el desayuno no tuviera ningún sabor, el pan quemado, etc., y la pobre mujer tuvo que iniciar el día comiéndose el desastre del almuerzo.

Los más prácticos han de estar en estos momentos en una congestión vehicular en doble fila, y a reventar los restaurantes recibiendo una mentada de madre en el día menos indicado por no tener capacidad para atenderlos a todos. Ya se podrán imaginar aquellas pobres mujeres que se encuentran en esa situación seguramente haciéndose chiquitas y escondiéndose hasta por debajo de las piedras calladas soportando la histeria de sus maridos y con un dolor de cabeza insoportable, cansada y malhumorada porque lo único que querían, era un poco de tranquilidad.

Pero no todas tuvieron esa suerte que al menos salieron a algún lugar, aunque la salida haya sido amarga, pero también existe una gran cantidad de madres que ante la situación económica por la cual está pasando el país por la pésima administración soberbia, egoísta y miope que está llevando el gobierno federal ha orillado a muchas de ellas a tener que trabajar para sacar adelante los gastos familiares, no teniendo oportunidad de poder celebrarlo ni cuando menos una vez al año.

La cuestión es cómo se debe de celebrar en la actualidad sin olvidar a todas aquellas madres que por la ola de inseguridad fueron víctimas sus hijos en la guerra no pedida por los mexicanos. Aquellas madres que en la actualidad están pasando un trago amargo por tener problemas de violencia familiar si tan solo de enero a marzo del presente año en Coahuila existen un promedio por cima de las mil denuncias por éste concepto en sus diferentes categorías como el maltrato físico, emocional, abuso sexual, explotación, entre otros más.

Pero también como se debe de celebrar aquellas madres que perdieron a sus hijos a la falta de responsabilidad de las autoridades federales por no supervisar las normativas de seguridad en la mina de San Juan de Sabinas, encontrándose menores de edad trabajando a la falta de oportunidades.

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