Vicio necesario y sin control

Mientras unos piensan cerrarlos, otros quieren abrirlos por ser considerados como un mal necesario dentro de la sociedad. Así es la profesión más antigua del mundo, la prostitución se ha salido del control en aquellos lugares donde pensaron que la mejor idea para combatir la prostitución era cerrando las zonas de tolerancia.

Contrario a lo que se piensa es más sano que cada ciudad tenga su sector bien ubicado para que se ejerza la prostitución, para evitar que éste ande de manera desparramada y clandestina.

En aquellas comunidades en donde todavía sobreviven la zona de tolerancia se tiene al menos un control de quienes trabajan ahí por medio de un tarjetón que permite detectar a tiempo quienes tengan sida, gonorrea, sífilis o cualquier otra enfermedad que sea de transmisión sexual.

Hay municipios en el país que en su tiempo consideraron que la mejor idea era la de clausurar éstos sectores nocturnos para el bienestar de la sociedad, pero contrario a ello, proliferó la prostitución clandestina y sin control, ejerciéndose en todas partes preferentemente en los primeros cuadros de la ciudad.

Aquellas ciudades donde todavía conservan su “Ciudad Sanitaria”, muy apenas están sobreviviendo, otras parecen pueblos fantasmas donde el recuerdo de las luces, el sonido de las rockolas, los espectáculos y el baile son cosas que se platican como recuerdos de aquella época en donde la noche cobraba vida. Ahora enfrentan una competencia desleal que ha obligado a que la prostitución migre de esos lugares para ir a la par de la modernidad.

La prostitución por medio de anuncios clasificados por la Internet en donde el trato directo es entre el cliente y quien va dar el servicio teniendo mucho mayor ganancia la sexoservidora. Su variedad es tan grande porque hay quienes viajan a otras ciudades ofreciendo sus servicios sin ningún problema y con una amplia variedad de prostitución porque hay travestis y transexuales que también ofrecen los mismos servicios.

Páginas que aparecen y desaparecen con una facilidad siendo difíciles de rastrear por autoridades aumentando más el riesgo de enfermedades graves como el sida y otras más.

El Internet llegó no solo para beneficiar al estudiante y oficinas, sino con ello vino toda una industria tan amplia que cambió la vida moderna y la prostitución no fue la excepción. Desde publicidad, venta y compra de sexo es más fácil que nunca, gracias a sitios web, y sus redes sociales que se fueron especializando en el comercio sexual.

La tecnología y el auge de los teléfonos móviles han permitido a algunos profesionales del sexo para ejercer su oficio de una manera más fácil. Hoy en día pueden controlar su imagen, ajustar sus precios y dejar de lado algunos de los proxenetas, madamas y otros intermediarios que antes trataban y cobraban una parte de los ingresos de quienes daban el servicio de prostitución.

Las zonas de tolerancia van encaminada a la extinción por no poder competir ante la tecnología. En estos días, la prostitución es en gran medida una empresa en línea en donde desde estudiantes que ofrecen sus servicios de escorts anunciados en sitios web personales y correos electrónicos con los clientes antes de la reunión o el encuentro sexual.

Dentro de su gran variedad también hay video llamadas que permiten provocarse la excitación desde la comodidad de la casa sin tener que salir y con la chica o chico dependiendo del gusto de cada quien con una gran gama de internacionalización en donde obviamente estos servicios tienen un costo y no se diga con los dispositivos inteligentes existen aplicaciones que permiten visitar estas páginas web y el uso del WhatsApp en donde gran parte de las profesionales del sexo van enganchando a sus cliente con el envió de alguna foto provocativa.

Habrá personas que consideren una gran ventaja la trasformación de la prostitución por vía Internet y así como quienes prefieren a la antigüita y visitar las cada vez más escasas Ciudades Sanitarias también conocidos como zonas de tolerancia con la única diferencia es que en el Internet no hay seguridad alguna para ambas partes en donde las prestadoras de servicio se expongan con un maniático y arriesgan su vida, lo mismo para los clientes pero también con el riesgo de contagiarse con alguna enfermedad como sida, sífilis, gonorrea, etc., porque son personas que practican la prostitución clandestinamente existiendo todo tipo de riesgo.

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