Por Rafael Loret de Mola

Sólo nos falta que los médicos estadounidenses, preocupados por la endeble salud del señor peña nieto -¡qué bajo ha caído y no sólo en cuanto a la aceptación ciudadana!-, gestionen ante Interpol la “sustracción” del mismo para que sea internado en uno de los enromes centros médicos de Houston, Texas –debe ser allí para que, en tanto, su mujer pasee por las célebres “galerías” de la ciudad-, y le sea implantado un nuevo “chip” que responda automáticamente a las órdenes del Pentágono que, por supuesto, ha rebasado igualmente al atrapado Barack Hussein Obama, huésped perentorio de la Casa Blanca en donde los operadores ya se deslindan del jefe del Estado.
Es, sin duda, el siguiente paso. Hace años, cuando el represor y desalmado manuel bartlett se encontraba al frente del desgobernado estado de Puebla -¡pobre entidad, de verdad, con lo “chula” que es!-, sugerí en una de mis novelas, “Alcobas de Palacio”, que el mandatario estatal era objeto de un operativo estadounidense, DEA de por medio, para ser llevado a juicio a la fuerza. No era mi intención, desde luego, que se produjera una invasión de este calibre sino una solución ficticia para explicar la vulnerabilidad de nuestro gobierno ante el gran gigante de nuestro tiempo, terco en volcar sus culpas hacia los débiles sin explicar cómo es que los “padrinos” de allá, con vínculos con el Capitolio, jamás son molestados por los órganos judiciales.
Me resultó especialmente extraño que Antonio Gárate Bustamante, quien perteneció al grupo “Leyenda” de la DEA comandado por Hector Berreyes, me telefoneara desde Los Ángeles en una comunicación “de tres líneas”, esto es con Berreyes en la tercera, para decirme:
–¡No sabe usted cuántas veces hemos pensado en ello! Pero nos detienen los de Washington porque quieren evitar un conflicto diplomático con México que reventaría en la ONU. Pero no hemos desechado la idea.
Meses después, en entrevista con la conductora Flor Berenguer, gran amiga por ahora en retiro, ésta le preguntó al poblano-tabasqueño si tenía conocimiento acerca de que no podría entrar a los Estados Unidos; el cínico, sin el menor pudor, le respondió:
–Bueno, entrar sí puedo. Lo difícil, en todo caso, es que me dejen salir de allí. ¿Para qué me arriesgo?
Y este tipejo forma parte hoy de la Cámara de Senadores, es coordinador de la bancada del Partido del Trabajo, con una inclinación falsaria hacia la izquierda que le permite contar con fuero constitucional y evitarse así las sorpresas de los “operativos” yanquis y consejero personal y cercano de Andrés Manuel. ¿Vale la pena, señor López Obrador, ensuciarse la conciencia y las manos por alguien de tan nefastos antecedentes, sentenciado ya por la historia como defraudador electoral, asesino de líderes de opinión y perverso hasta los más íntimo de su ser?
Desde luego, ni él ni sus nietos ni sus hijos, correrá la misma suerte de la jovencita guanajuatense Alondra, de catorce años, quien fue secuestrada, de hecho, a la salida de su colegio, por agentes de la Policía Federal al servicio de las autoridades estadounidenses y con el vergonzoso aval de la juez entreguista, traidora, Cinthia Eloida Mercado García, cuya sede se ubica en Los Reyes, Michoacán, a no pocos kilómetros de donde viven los padres de la muchachita, para ser trasladada hacia el norte de la Unión Americana… sin siquiera un análisis básico de ADN para determinar su verdadera filiación; bastó el señalamiento de una mujer arraigada allá y de origen mexicano, Dorotea García, para que toda la fuerza del gigante americano se volcara para robarse a la chica y ponerla en manos de ésta sin que siquiera coincidieran sus señales: no tenía una cicatriz en la oreja sino en la nariz. Un estigma difícil de olvidar, máxime cuando vivimos bajo un régimen de oprobio que favorece la actuación de marines y soldados estadounidenses hasta para atrapar cucarachas en Taxco. La dignidad inicial de peña, al negarse a secundar lo acordado por su antecesor, el también entreguista calderón quien tan buen cobijo ha encontrado del otro lado del Río Bravo –“Grande” para él-, en el sentido de admitir tal “cooperación” para desmantelar a los cárteles mexicanos… ¡cuando son ellos, los vecinos abusivos, quienes más se benefician del narcotráfico!
La abyecta simulación nos ha costado ciento setenta mil muertos desde 2008, esto es desde el punto final de las negociaciones entre los capos relevantes y el gobierno de calderón, tras el brutal atentado mortal contra Juan Camilo Mouriño Terrazo, el intermediario que fracasó por el rencor de los principales cabecillas que nunca fue superado por éstos, en noviembre del año mencionado, justo cuando Obama ganó las elecciones y se convirtió en el primer “afroamericano” en pintar de negro la Casa Blanca. Puras coincidencias.
Ahora, cuando vemos a un norteamericano fornido tememos que lleve un arma, autorizada unilateralmente por el gobierno –los poderes Ejecutivo y Legislativo, sobre todo-, cuyo uso no le está restringido; ya saben ustedes, si cometen errores se reconocerán a posterior de presentar el cadáver de algún inocente como acaba de suceder en la frontera entre Afganistán y Pakistán en donde dos rehenes norteamericanos fueron confundidos como miembros de Al Qaeda. Más vale cruzar la calle antes de ser visualizados por los genízaros extranjeros con licencia para matar a discreción.
No existe la justicia en un país que paga seiscientos mil pesos al mes a los Ministros de la Corte y cuatrocientos mil a los Magistrados, para eludir cuanto pueden bajo criterios obtusos y siguiendo las líneas superiores. Nunca se había alcanzado en este poder un nivel tan bajo rebosante de vileza y con criterios selectivos derivados de la omnímoda voluntad superior que, para colmo, está atrapada por los mandos castrenses quienes, sin duda, mantienen el control territorial de buena parte de la República y sería para ellos muy sencillo dominarlo todo a la primera intención. Las malas voces de quienes sugieren “golpes de Estado”, animados por la ilegalidad institucional de Venezuela por ejemplo, van escuchándose cada vez con mayores decibeles en medio de una batahola de rumores sobre los males físicos de peña y su notoria incapacidad para gobernar, atenido a una breve agenda y a una muy pobre gestión rebosante de ofertas mentirosas y de demagogia urdida bajo los consejos de Aurelio Nuño Mayer, su principal asesor y el más destructivo. Le llegará la hora, seguro estamos de ello, para que rinda cuentas de cara a una nación atenazada.
No es por otra cosa el envilecimiento del operativo de emergencia en Tamaulipas que no sirvió sino para acrecentar la violencia hasta niveles increíbles y con la tibia confabulación del gobernador Egidio Torre Cantú cuya moral se mide por el grado de interés por él puesto sobre el crimen contra su hermano Rodolfo, llamado a ocupar la silla en donde se sienta ahora Egidio, seis días antes de los comicios estatales de 2010. Dentro de un año, deberemos fijarnos en los cófrades de los candidatos con quienes se negociará las vidas de los aspirantes. Así funcionan las claves y se abren los candados en la mancillada Tamaulipas, ahora bombardeada en el sur con escándalos magnos en Altamira, Tampico, donde nací, y Ciudad Madero. Pero, en realidad, sucede que en la frontera las cosas se han calmado porque los grupos criminales ya cooptaron igualmente a los funcionarios de Estados Unidos, desde agentes de garitas hasta los de la CIA y la DEA, en reparto multimillonario de prebendas, dinero y mujeres –o hombres-.
Las historias que me llegan desde allá son cada día más espeluznantes, incluyendo la trata de blancas y los saqueos permanentes. Debido a ello muchos tamaulipecos no han tenido otro remedio que emigrar dejando sus heredades en las manos de los facinerosos –oficiales y sicarios-, con tal de salvar sus vidas y las de los suyos. Sólo Egidio, claro, está convencido de que los operativos marchan bien y que el control está asegurado… seguramente en pro de los criminales como quien ocupó el Palacio de Gobierno por herencia luego de un discurso cursi ante el altar de su hermano sacrificado. En unas horas, luego de aquella perorata, se convirtió en candidato y unos días después en gobernador electo tras unos comicios con una abstención ¡del ochenta por ciento!, esto es sin la menor legitimidad.
Sujetos como Egidio –y sus antecesores Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington Rubalcaba y Eugenio Hernández Flores-, deberían ser puestos automáticamente detrás de las rejas antes de que corran como Yarrington a esconderse en los traspatios de Los Pinos ofreciendo cuanto tienen; y con un buen reparto de comisiones entre las hermanas, el hermano, la esposa bajo contrato y las hijas –las de ellas y las cenicientas, además del heredero de Mónica Pretelini Sáenz, la primer mujer del mandatario cuya muerte vuelve a cobrar interés-.
Mirador
El voluminoso gobernador del Banco de México –goloso y no enfermo de la tiroides-, Agustín Carstens Carstens, habló de un arsenal de dólares, nada menos doscientos setenta mil millones, como escudo de nuestra economía para “enfrentar una posible salida de capitales” o, peor aún, una más acelerada depreciación del peso. Cualquiera podría preguntarse: ¿cuál es, entonces, el origen de tan escalofriante perspectiva? ¿La mala administración del gobierno actual o los nuevos ajustes internacionales?
Desde 2002, este columnista difundió lo que escuchó decir al Nóbel, Robert Mundet, sobre los pasos que debería seguir México para evitar un quebranto serio:
–Lo recomendable es que las reservas mexicanas se diversifiquen; esto es comprar euros, yenes, entre otras divisas, para n depender de los vaivenes del dólar. Así siempre tendrían espacios para negociar y equilibrarse.
La opinión de un economista brillante se convirtió en un vacío enorme de oídos sordos. Resulta que seguimos apostando por los billetes verdes del norte y contamos con doscientos setenta mil millones. ¿De dónde? Porque las reservas internacionales del país se mantienen entre 193 y 195 mil millones de dólares. ¿Los setenta y cinco mil restantes están en los escritorios de los altos funcionarios de la Federación para posibles emergencias? Debiera especificarlo pero, claro, no lo hará. En materia de “guardaditos” y “cochinitos” nadie supera a la gran voluntad política que rige a México; y no me refiero precisamente al presidente peña porque la rectoría financiera ya se perdió, de manera definitiva, desde el salinato trágico y el zedillismo simulador.
Por las Alcobas
Cuando salía el general Plutarco Elías Calles de la Cámara de Diputados, tras rendir su último informe a pocos días del asesinato de Álvaro Obregón, presidente electo, una sola voz, la del diputado Aurelio Manrique, quien a todo pulmón encaró al mandatario:
–¡Farsante, farsante! ¡Es usted un mentiroso!
Hoy podríamos gritar otro tanto no sólo a peña nieto y su falso optimismo sino al torpe, despistado e insensible Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, quien se atreve a decir que ha mejorado la situación de los derechos humanos en México. Le grito yo, aunque no sea diputado gracias a Dios:
–¡Mentiroso! Mil veces farsante.
Vamos a ver si me dejan sobrevivir.
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¿CUÁNTOS FARSANTES CONOCEN USTEDES DENTRO DE LA POLÍTICA NACIONAL? VAMOS SUMANDO Y CREO QUE SERÁ MÁS SENCILLO ENCONTRAR A LAS EXCEPCIONES. PERO, LES ASEGURO, QUE HABRÁ ALGUNAS VOCES QUE NO DEJARÁN TRANQUILO AL señor peña nieto SI ES QUE PUEDE RENDIR SU PRÓXIMO INFORME ANTE EL CONGRESO.