Rafael Loret de Mola

Veneno Puro

*Presidente Intocable

*Las Líneas Idénticas

*¿Hubiera sido Peor?

A partir de la salida de “Nuestro Inframundo” –Jus, 2011-, mis correos electrónicos se colapsaron por mensajes, los más favorables, si bien es evidente que los negativos –varios de ellos ponderados y justos, debo aceptar-, en su mayor parte provenían de la misma fuente, esto es de los “hackers” políticos empeñados en meter la cibernética dentro del contexto aquel de la sucesión presidencial contaminada desde distintas perspectivas y diferentes niveles desde mucho antes del arranque formal.

Un grupo de estas misivas tiende a insistir en un tema que me parece es necesario discernir: cualquier crítica al llamado “primer mandatario” debe considerarse una falta de respeto y más si se cuentan algunos episodios de su vida familiar y particular que incidieron notoriamente en su carrera y su perfil político, con severas consecuencias hacia un conglomerado ávido de líderes quienes, con todo y sus defectos, sean respetables. De allí mi insistencia en escudriñar el pasado para intentar medir cómo será el futuro con el postulante de la justa sucesoria que resulte vencedor, a la buena esperemos aunque existan signos deplorables.

Y esta tendencia, por desgracia, se agudizó al aparecer “Despeñadero”, en un contexto de franca censura por parte de las editoriales posesionadas de nuestro mercado con capital español –otras, mexicanas, sólo dieron muestras de cobardía-, por su maridaje con el gobierno a través de la millonaria publicación de los libros de texto “gratuito” –es un decir porque, al final de cuentas, los mexicanos cubrimos los excesos del gasto que se convierten en réditos para las empresas de referencia-. Por ello, en el stand de Océano en la FIL de Monterrey que termina hoy, alcé la voz y los exhibí por su censura a la libertad de expresión y la tendencia a llenar nuestro mercado con las basuras que le llegan desde España a costa de los autores mexicanos. Claro, se llenan los anaqueles de libros relacionados con el narcotráfico… pero, todos ellos, con información oficial, sesgada, filtrada por fuentes de la Defensa o de Gobernación.

Los reproches en cuestión me han recordado una célebre sentencia de uno de los mayores represores de la historia moderna quien inexplicablemente nunca ha sido llevado a juicio, Manuel Bartlett Díaz, hoy testaferro de Andrés Manuel López Obrador, en cuya gestión como secretario de Gobernación -1982-88-, se jactó de defender al mandatario en ejercicio, el aparente mediocre Miguel de la Madrid –no lo fue, pero lo simuló como gran camuflaje hasta su muerte-, aduciendo:

–México requiere un presidente fuerte…

Le respondimos, claro, y en su momento, que tal no era admisible si el calificativo fuerte se confundía con una especie de derecho exclusivo a ejercerle cargo arrastrando los autoritarismos conocidos. La democracia, expusimos entonces y seguimos sosteniendo hoy, debiera surgir a partir de un “presidente legal”, no fuerte, capaz de respetar sus propios límites constitucionales en obsequio y respeto a los otros poderes de la Unión. La discusión, como tantas tras cosas, jamás fructificó e incluso tampoco se modificó con la alternancia: los Fox hablaron del círculo rojo en donde deberíamos ser encerrados los críticos; entonces, en 2011, calderón, el alcohólico, inició una feroz persecución contra quienes, según él lo considera, no estuvimos a su lado. Los incidentes de censura reciente sobre “Nuestro Inframundo” son buena prueba de ello; e idéntica línea se sigue respecto a “Despeñadero” a quien se ha aislado de toda propaganda mediática… y nuestra Fundación, de reciente creación, no cuenta con los altos presupuestos para poder realizar una campaña pagada en algunos de los cotidianos de falsa imparcialidad y falsamente “nacionales”.

Pese a ello, es manifiesta que la defensa de calderón y ahora la de Peña generan una especie de confusión acerca de si la investidura presidencial debe o no ser tratada como un símbolo nacional intocable. Tal ha sido lo mismo en los tiempos de Franco en España que en el Porfirato o, más recientemente en los de Hussein en Irak o los de Kadafi en Libia –cuyas muertes son, per se, exhibiciones brutales del profundo rencor que atesoran los pueblos sometidos; bien cabría anotarlo como una tremenda y bárbara lección-.

Cuando la democracia ha existido, tan poquitas veces en el devenir de los tiempos, el debate y la participación cívica han sido fundamentos sobre los escudos protectores del presidencialismo incluyendo el dominio de los medios masivos de comunicación, sea a través de prebendas injustificadas –como los casinos y casas de juego cuyas concesiones fueron ofrendas hacia las principales cadenas televisivas del señor Santiago Creel, en su primer intento por alcanzar la candidatura presidencial panista en 2005-, y el control de las fuerzas represivas del Estado… aunque éste haya perdido el monopolio de la violencia, acercándose al estado fallido, a golpes de mafiosos que han infiltrado a las instituciones nacionales.

La diferencia es sustantiva para poner en el justo medio las rabietas de los panegiristas de los mandatarios, el de turno y sus predecesores, empeñados en preservar los simbolismos y aislar cualquier discusión acerca de sus buenas intenciones o de sus aficiones particulares. Durante la inauguración de los Juegos Panamericanos de 2011 no fuimos pocos los mexicanos que nos avergonzamos con el pastoso hablar del mandatario calderón, ya por la noche. ¿Y esto, acaso, no tiene ninguna importancia, aun a sabiendas de que bajo un estado inconveniente rutinario se pueden tomar decisiones que puedan poner en jaque la vida de la República? No es, por tanto, una mera majadería de barrio sino un asunto de excepcional importancia si en algo nos interesa México y su destino. Y hace dos años casi se ordenó mi linchamiento –nunca me perdonaron la “osadía” y la venganza llegó la ultima semana de noviembre de 2012 como explico en “Despeñadero”-.

Recuérdese además, cuál fue el daño y el destino de quien, abrumado por el alcohol y compartiéndolo con el deplorable embajador de los Estados Unidos, entonces Henry Lane Wilson, fraguó una contrarrevolución para luego morir en Fort Blis, Texas, hacinado y sin derechos, por supuestas violaciones al tratado migratorio. Nos referimos, claro, al “chacal” Victoriano Huerta Márquez. Una minucia para cortarle la cabeza al traidor… que se habían inventado en la Casa Blanca, igual que en los casos de Hussein, Bin Laden y Kadafi. ¿O ya nos olvidamos que éste fue motivo de un estratégico acercamiento, encabezado por el ominoso ex presidente Bush y su secretaria de Estado, la guapa Condolezza Rice, quien incluso visitó al dictador en Trípoli apenas hace cuatro años, y de homenajes sin fin en la España del “socialista” José Luis Rodríguez Zapatero, en las vísperas de la derrota histórica de su partido, el PSOE, en noviembre de 2011?

Las muertes plantean, por tanto, los niveles grotescos a los que ha llegado el dominio estadounidense: primero fraguan, después descabezan mientras van apropiándose de los recursos naturales de las naciones sometidas. ¿Cuál, entonces, será el plan para México?¿“Enfermar” a los mandatarios latinoamericanos para asegurar sus intereses contra viento y marea? El que sigue en la lista fue gobernador del Estado de México… or si alguien no se ha dado cuenta.

Mirador

Hace algún tiempo escuché decir, con vehemencia inusitada, al presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, el muy controvertido Luís Téllez Kuenzler, una frase que dibuja, por sí solo, el perfil de quienes ahora mueven los hilos del poder en México, así sea dentro o fuera del gabinete presidencial:

–No entiendo a quiénes hablan de cambiar el “modelo económico”. ¿Cómo podría hacerse otro dentro de una economía global? No lo entiendo. Incluso Lula en Brasil debió actuar de acuerdo al mismo modelo.

Sus palabras, no sé porqué, me remitieron a otra, allá por la lejana década de los sesenta, a finales de la misma, cuando un mandatario puesto sobre las cuerdas de la historia, Gustavo Díaz Ordaz, para justificarse y fustigar a las voces de quienes buscaban nuevas alternativas, clamó:

–Me piden un cambio. Pero, ¿cuál sería éste? Primero que me digan cómo vamos a sustituir a las instituciones que ya tenemos y que son efectivas para evitar caer en el vacío.

La misma filosofía, anclada en el tiempo como demostración evidente de que los antiguos autoritarismos en poco han variado ante la obcecación de quienes hoy dirigen al país. ¿No sería posible cambiar el modelo económico buscando no privilegiar sólo a la macroeconomía –como apuntó el propio Téllez- sino también al último eslabón de la cadena de la producción, los trabajadores sometidos a salarios de hambre, para intentar un justo medio razonable  responsable? Ayúdenme con la respuesta, amables lectores.

La Anécdota

Constantemente escuchamos que, de cualquier manera, los desaseos electorales de 2006 y 2012 posibilitaron que “no nos fuera peor”, digamos, con un gobierno de izquierda encabezado por Andrés Manuel López Obrador cuyos defectos más relevantes son su obcecación y su arrogancia. También su propensión a rodearse de mafiosos: “Dime con quién andas…” No obstante, en abono de éste, debe suscribirse que pudo iniciar una revuelta en julio de 2006 y, para evitarla, optó por los plantones en la avenida Reforma y hasta el Zócalo que tanto incomodaron, durante varios meses, a los automovilistas. En la tabla de  medición de los efectos entre la insurrección y la protesta callejera, los saldos negativos fueron mínimos.

Nada, absolutamente nada, es peor que desviar, manipular e inducir la voluntad del colectivo. Al final de cuentas, en la democracia, la ciudadanía es el gran cliente y éste, como en cualquier empresa de servicios, siempre tiene la razón.

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WEB: www.rafael-loretdemola.mx

E-Mail: loretdemola.rafael@yahoocom

EL PRESIDENCIALISMO NO VARÍA UN ÁPICE. EN MAYO DE 2001, UFANO, EL SEÑOR FOX ANUNCIÓ EL FIN DEL AUTORITARISMO PRESIDENCIAL Y LUEGO SE ARRINCONÓ, IMPOSIBILITADO PARA NEGOCIAR CON EL CONGRESO Y PARA EL AMOR AUNQUE SE CASARA EN JULIO DEL MISMO AÑO; AHORA SE DA EL LUJO, SIN JUICIO SOBRE SUS HOMBROS, DE RECIBIR AL DALAI LAMA EN SUS TERRENOS DE SAN CRISTÓBAL, GUANAJUATO, ALLÍ MISMO DONDE SE UBICÓ, AÑOS ATRÁS, EL MAYOR LABORATORIO DE COCAÍNA DE NUESTRO PAÍS BAJO LOS AUSPICIOS DEL MUERTO-VIVIENTE, AMADO CARRILLO FUENTES, EL “SEÑOR DE LOS CIELOS”. ¿LO SABRÁ EL ESPRITUAL TIBETANO VISITANTE AL QUE TANTO ODIAN EN LA CHINA “POPULAR” EN DONDE LA DISIDENCIA NO ES ADMISIBLE… COMO COMIENZA A SUCEDER EN MÉXICO DE NUEVA CUENTA?

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