Uruguay: Frente a la violencia de género y el tabaquismo

Montevideo, (PL) La muerte de cualquier ser humano es siempre lamentable, pero lo es más aún cuando ese desenlace podría ser evitado o, al menos, postergado.
El tema preocupa aún más cuando se trata de mujeres, como las 15 víctimas fatales en casos de violencia domestica registrados en el país en lo que va de 2015.
Durante todo el año pasado fueron asesinadas 24 mujeres en el país y se radicaron unas 60 denuncias por día.
El país quedó conmocionado el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, cuando dirigentes femeninas confirmaron estas cifras, que atribuyeron a antiguos factores culturales, como el machismo y la desigualdad, entre otros.
Soledad González, de Feministas en Alerta y en las Calles, insistió en que «el problema que tenemos las mujeres es el machismo».
De hecho, son varias las organizaciones, además de las instituciones oficiales, que vienen enfrentando estas actitudes y demandando medidas policiales y judiciales más efectivas frente a los crímenes.
Bajo el lema «Ni una muerte indiferente», Mujeres de Negro, cuyos miembros suelen desfilar en silencio por Montevideo, llaman a «detectar, canalizar y denunciar cualquier tipo de acción discriminatoria que afecte a la mujer».
Sin embargo, el tema tomo un giro polémico cuando el presidente Tabaré Vázquez, médico oncólogo, alertó -sin dejar de reconocer la necesidad de combatir la violencia doméstica- que, en realidad, más uruguayas mueren de cáncer de pulmón.
Tras estimar que muere una mujer cada día por fumar, precisó que, en 2012, se registraron 320 casos de cáncer de pulmón en mujeres y fallecieron 271.
«No las mata ni el sida, ni la tuberculosis, ni la violencia doméstica, ni el alcohol, ni las drogas…. Todas esas causas reunidas no las mata tanto como el tabaco», aseguró.
Hoy en día, el principal enemigo que tienen las mujeres, permítanme decirlo no como un consejo sino como una alerta, es el consumo de tabaco, agregó Vázquez.
Como gobernante y como médico, tengo que alertar de esta situación, dijo sólo una semana después de haber asumido el cargo.
Aunque algunas dirigentes femeninas criticaron la alerta del Presidente, en el sentido de que restaba fuerza a su campaña contra la violencia doméstica, las cifras más recientes respaldan la reflexión de Vázquez.
Enrique Barrios, coordinador del Registro Nacional de Cáncer, del Programa de Vigilancia Epidemiológica, corroboró que en las uruguayas se registran unos 320 casos anuales y unas 270 muertes.
En las últimas dos décadas, el número de muertes por cáncer de pulmón se duplicó en mujeres (de 120 en los años 90 a 270 actualmente), agregó al subrayar que se trata de un cáncer de alto grado de mortalidad y difícil de detectar tempranamente.
Barrios insistió en la «tendencia a la feminización del consumo» de tabaco, pese a las fuertes políticas nacionales contra ese hábito.
El miembro de la Comisión Honoraria de Lucha Contra el Cáncer explicó que el cáncer de pulmón en la mujer figura en cuarto lugar, detrás del cáncer de mama, de colon y de recto, pero aseguró que, al aumentar un 3,3 por ciento anual, pronto podrá ocupar el primer lugar.
La situación es dramática desde el punto de vista oncológico y epidemiológico. Ese aumento de 3,3 por ciento anual es algo nada común y la curva cada vez crece más rápido, insistió.
Por otro lado, aclaró que históricamente mueren por esta causa más hombres que mujeres (unos mil casos por año), pero esa cifra viene bajando.
Uruguay, con unos tres millones 300 mil habitantes, figura entre los 15 países que más tabaco consumen, según el Reporte Mundial sobre Cáncer 2014, aunque el tabaquismo disminuyó entre 2005 y 2011 a un ritmo de 4,3 por ciento anual.
El consumo de tabaco en 2003 era de 30,2 por ciento, mientras que el 2014 fue de 9,2 por ciento.
En ese sentido, las autoridades uruguayas vienen tomado importantes medidas, como impuestos al tabaco, campañas en los paquetes de cigarrillos y la prohibición de fumar en lugares cerrados.
La psicóloga social Amanda Sica opinó que, para revertir el tabaquismo, más allá de las medidas mencionadas, el único camino es la educación y la toma de conciencia.
Un consejo que muchos consideran también aplicable, y con urgencia, al enfrentamiento de la violencia doméstica.

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