Una especie que se autodestruye
Por Guillermo Robles Ramírez
Tanto en Coahuila, y el resto del país nuestras autoridades han estado muy ocupados por la reciente elección electoral para alcaldías coahuilenses, diputados federales y presidencia de México. Y mientras se prolonga con algunas impugnaciones de partidos o candidatos inconformes con los resultados y otros partidos políticos peleando de no perder su posible registro, pasaran seguramente algunos días más para que se defina todo.
No obstante, por ello no significa que se paraliza el mundo entero ya que, aunque este pasado 5 de junio representó un día simbólico a nivel internacional cuyo objetivo es sensibilizar a la humanidad, en el único lugar donde tenemos para vivir, es decir, se trató de la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente.
La finalidad real del Día Mundial del Medio Ambiente; es crear conciencia sobre la importancia de los millones de especies que habitan en la Tierra, así mismo también como su entorno, bosques, océanos, ríos, montañas, todo aquel ser vivo encontrado en el planeta azul, llamado Tierra.
Su campaña para la concientización ha bajado como la espuma del mar, ya que por el año 2006 publicó una película documental presentado por el expresidente de los Estados Unidos, Al Gore; sobre el cambio climático y años posteriores fue bajando ese tipo de trabajos documentados en formato de película, así como investigaciones que no han logrado el impacto a la humanidad pero sobre todo a los líderes de cada nación.
Tampoco aquellas campañas y participación activa para la concientización del medio ambiente realizado de gente famosa del mundo del espectáculo desde personalidades del cine, televisión y cantantes, no han logrado el impacto que se busca que es el coexistir entre los seres humanos y un hábitat de la naturaleza.
Las principales naciones en llevar las campañas de concientización para vender más productos biodegradables sin encontrarle un verdadero significado, son irónicamente aquellos países que más contaminan el medio ambiente, es decir, los más desarrollados o calificados como potencias mundiales. Un título que lo ha liderado y ganado a pulso ha sido la misma industrialización de los Estados Unidos, y Rusia.
Su necesidad de conservar una falsa imagen y lavar conciencia ante cualquier sociedad los ha orillado a invertir millones de dólares en publicidad o mercadotecnia como método para someter a la gente en un trance para que la gente diga que dicha empresa o, compañía está ahí para el beneficio de la gente por la generación de empleos y además venden de manera barata el compromiso que se tiene con la ecología.
En los últimos años nos hemos encontrado anuncios en diferentes medios electrónicos e impresos lanzando “productos verdes”, o “productos azules” es decir todos aquellos que son a favor del medio ambiente como el aire acondicionado de bajo consumo, computadoras, unidades móviles todos ellos respetuosos del medio ambiente; los celulares con fabricación reciclable.
¿Hemos hecho algo para cuidar nuestro medio ambiente o, simples campañas?
Somos parte integral de un ecosistema llamado Tierra; un sistema donde el aire, agua, tierra, animales terrestres y acuáticos, así como la misma vegetación está siendo sometida bajo mucho estrés por la misma humanidad en su afán de expansión, dominio y actividades económicas.
Una sobre población humana que busca no solo nuevas maneras de vivir mejor, es decir, con mucha tecnología y comodidades. En términos simples la especie humana se ha convertido en una plaga que se acaba los recursos naturales para poder alimentarse y abrirse espacio para vivir. Por lo tanto afecta al resto de los seres vivos tanto en su hábitat como entorno para que puedan sobrevivir acabando con especies que ya no existen en la Tierra y que alguna vez no solo dominaron el globo terráqueo sino que también era parte del mismo planeta.
El calentamiento global, la fusión de los icebergs, los mares y el aumento de las zonas bajas inundadas, inundaciones repentinas en ciudades donde nunca caía una gota de agua, huracanes, sequías, maremotos, o tsunami, olas de calor y otros desastres naturales son cada vez más comunes. La Madre Naturaleza nos está reclamando con cada uno de los impactos y cambios climatológicos; mismos que se les empiezan a llamar como “fenómenos naturales atípicos”.
Dentro de la evolución del hombre como especie dominante sobre la tierra ha modificado el hábitat y en ese intento también han ocurrido accidentes, como derrame de petróleo o combustible en los océanos, fugas de reactores nucleares, y pensando equivocadamente que con una disculpa es suficiente para la humanidad, sin embargo para el medio ambiente no existe esa palabra de perdón, sino simplemente pasa la factura de alguna manera que tarde o temprano afecta a la humanidad cobrando hasta la vida de muchos inocentes.
En cada país existen eventualidades que lamentar, en cada localidad pasa lo mismo y México no se ha quedado atrás, tenemos como ejemplo la destrucción de miles de árboles, vegetación y especies de todo tipo, en la construcción del Tren Maya. Nadie puede hacer nada al respecto sino hasta que no suceden las cosas sin saber cómo actuar. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
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