Un tema que ningún político lo quiere reconocer
Por Guillermo Robles Ramírez
En estos momentos quienes andan como golondrinas sin hogar son los pensionados. Mucho se habla de ellos que se encuentran en problemas porque el gobierno federal no les ha depositado lo que les corresponde. También se ha dicho mucho sobre la crisis que existe en muchos sindicatos de maestros en donde sus líderes hicieron mal uso de los dineros y ahora se encuentran en un péndulo quienes están jubilados en estos momentos.
Ante este panorama general lleno de incertidumbre muchos que se encuentran a punto de solicitar su pensión de jubilación por edad y/o por cumplir las horas trabajadas han preferido esperar hasta que se normalice todo porque es preferible gozar de una entrada segura a una que se encuentra emproblemado.
Al menos el término de una pensión segura ha quedado con el tiempo en un estatus de falta de credibilidad puesto que quienes se han jubilado en los últimos años viven en una constante incertidumbre sobre cuántos años les va durar su pensión, es decir, si existe un tiempo determinado en donde el Seguro Social les va dejar de dar su dinero porque ya son tantos años y como es un ahorro que se estuvo reteniendo a través de impuestos durante el tiempo que se laboró; consideran que tiene un fondo tope al que inciertamente no sabe si ya se acabó.
También existe esa duda sobre el rumor que se sembró para la privatización del Instituto Mexicano del Seguro Social; en donde hay la duda con respecto qué es lo que va a pasar y cuestionamientos sobre si entregarán lo que han juntado para esa partida o acaso lo perderán todo. Lo mismo sucede sobre qué pasará con los jubilados vigentes en caso de que se dé esa privatización.
Tampoco se puede negar lo que sí se ha venido hablando entre especialistas con respecto a este instituto gubernamental de salud que es un barril sin fondo, en donde este simple hecho trae nuevas o viejas advertencias en donde los mexicanos no tendrán suficiente dinero para vivir cuando se jubilen; en otras palabras, el Seguro Social no tiene suficiente dinero para un fondo de pensiones para garantizar una jubilación para los mexicanos.
El problema es grave y aunque no lo quieran ver el pago de pensiones engrosa la deuda y en donde injustamente mucha gente quien no trabaja dentro de la formalidad, ni paga aportaciones, sin embargo, sí reciben asistencia médica principalmente por medio de los “Hospitales Generales”, y lo peor del caso son quienes más exigen servicios de atención médica.
Una gran parte de quienes financian estos gastos son todos aquellos derechos habientes que pagan sus aportaciones oportunas; otro indicador en donde la carga es cada vez más pesado fue cuando salió el concepto de las Afores siendo éste solamente un remedio casero que ni siquiera pudo solventar la situación ni a mediado plazo.
El resultado final que se ha tenido es que muchos mexicanos que dieron lo mejor de su vida laboral se desalientan al momento de llegar su vejez porque encuentran que sus ingresos de jubilación están lejos de lo que habían esperado y por otra parte mientras que esta institución de gobierno de salud le siguen apostando al tiempo como su mejor aliado para salir de paso, la razón de fondo es que esto no va a suceder porque no olvidemos que los avances médicos de los últimos decenios han prolongado considerablemente nuestra vida, obligando a la industria de las pensiones para apoyar a un mayor número de pensionados por períodos más largos.
El tema de la vejez está más cerca de lo que pensamos en México, en donde la crisis financiera empieza a dar sus síntomas, en donde este escenario apocalíptico es un tema que ningún político lo quiere reconocer. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018) www.intersip.org
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