Guillermo Robles

Un país “cochinón”

 Por Guillermo Robles Ramírez

 La frase eterna que la población ha escuchado tras exponer un problema es la de, “ya estamos en eso”, “está por resolverse” o “esperamos recursos para solucionarlo”, y la verdad es que se convierten en cantaletas quedando en simples promesas incumplidas.

            Los coahuilenses hemos sido engañados, y porque no decirlo; estafados con esas frases usadas con toda demagogia por determinadas dependencias y aquí sería el caso de las Secretarias del Medio Ambiente y Recursos Naturales, así como también la Secretaria de Salud, las dos mencionadas a las que me refiero son las instancias federales.

            Ambas son las responsables y supuestamente encargadas de vigilar y otorgar medidas de protección y seguridad para las comunidades frente a la formación o creación de serios focos de infección como pueden ser basureros de desperdicios a la intemperie o también concentración de aguas negras o desechos industriales.

            Nuestros ríos y arroyos están saturados de todo tipo de inmundicias y pasan los años y se nos dice engañándonos, con que ya pronto se resolverá esa anomalía situación y ésta continúa aún meses y hasta años.

            Si hemos de ser realistas el motivo y causa de esas falsas promesas de solución están fundamentadas en el raquítico presupuesto que tienen asignadas las autoridades del Medio Ambiente y de Salubridad que escasamente están en condiciones de cumplir con sus principales alineamientos y consecuentemente hasta allí llegan sus “facultades”.

            Les falta aunque sus carencias son de todo, no solo personal para vigilar y actuar sino equipo de movilización e instrumentos y recursos para combatir y remediar la problemática denunciada  por lo que no están en condiciones de ofrecer a la comunidad alternativas o soluciones a ese tipo de contaminaciones que son dañinas para la población el tan solo tener en la cercanía tanto los muladares de desperdicios como acumulamiento de aguas negras o residuos industriales que indiscriminadamente son arrojados a la vía pública por infinidad de industrias que aprovechan la ausencia de la vigilancia por parte de las autoridades.

            Lo peor que puede suceder en estos casos es la filtración de las aguas negras con mantos acuíferos aprovechados como agua potable “recomendada” para su consumo humano.

            Ejemplos claros se tienen en las diversas regiones de la Entidad, por ejemplo en la Sureste, en específico en la Laguna, está la explotación de las pedreras que causan tremenda contaminación al hacerse la extracción de ese material para la construcción, y en las diferentes cabeceras municipales el acumulamiento de aguas negras en alto riesgo de contaminar mantos acuíferos para el consumo de agua humano; la contaminación creciente que se ha tenido del río Sabinas, en la región Carbonífera, aunado esto a las explotaciones de las minas de carbón sin respetar medida alguna para no dañar la salud de los pobladores; y en el Norte, concretamente Piedras Negras el problema eterno ha sido las explosiones de los llamados tajos a “cielo abierto”.

            Lo anterior sin mencionar otras muchas anomalías de su existencia de las que solo reciben quejas las Secretarías de Salud y Medio Amiente, quedando todo “guardado” en sus archivos.

            Esto que tenemos en Coahuila sucede cosa similar en el resto del país, lo que nos mantiene como una nación sin avances en el mejoramiento de su medio ambiente y lógico se nos califica como país “cochinón”. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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