Un día más
Por Guillermo Robles Ramírez
Hoy es un día de asueto, pero ¿sabes por qué?. Tal vez eso es lo que menos le importa a la mayor parte de los mexicanos; razón suficiente para ser considerado como un día más apuntado en la agenda de todos para poder planificar un viaje vacacional de fin de semana.
El conformismo mexicano y la mediocridad de tan solo saber que es un derecho de descanso obligatorio laboralmente; perdiéndose el sentido civil entre todos nosotros. Y me cuestiono si realmente es algo que los mexicanos al día de hoy se han ganado. ¿Y si fuese así, qué has hecho tú para preservar ese derecho?
Solamente para probar que no estoy equivocado mi punto, es suficiente que salga en estos momentos a la calle y pregunte a la primera persona que vea caminando, por qué el día de hoy es de asueto, o aún mejor, qué se conmemoró el 05 de febrero pasado. Te sorprenderá la respuesta que la mayoría diría, “quién sabe… no sé…a quién le importa…”, serán las respuestas más comunes; o bien un rotundo silencio acompañado de una sonrisa llena de ignorancia.
El 5 de febrero se celebra la Promulgación de la Constitución Mexicana de 1917, siendo ésta con la que actualmente se sigue rigiendo el país, sin haber cambios sustanciales en ellas, sino cada vez que entra un nuevo Presidente de la República solamente hacen un parche a la misma Constitución dejándola cada vez peor.
Habrá quienes opinen que la Constitución de 1917 ha tenido un promedio de 486 cambios en donde solamente seis presidentes han cambiado el setenta por ciento de las reformas de la Constitución Mexicana quedando aproximadamente 22 artículos en su texto original.
Pero con el tiempo ha ido perdiendo el peso de la importancia de la Promulgación de la Constitución Mexicana de 1917, teniendo un nuevo significado e importancia, resumiéndose simplemente en un día más de descanso o de puente para poder descansar, quedando ahí guardado en el baúl de los recuerdos la celebración del 5 de febrero.
Para otros no significa más que un montón de páginas llenas de palabras o leyes que no se cumplen y todo por las corruptelas existentes en el sistema de gobierno e instituciones municipales, estatales y federales, porque cada quién le da interpretación y aplicación de la ley o derechos constitucionales que se retuercen según quién tenga más poder, dinero e influencia política.
Hay quienes consideran que la Constitución Mexicana no está bien hecha, es decir, tiene muchos Artículos que proporcionan garantías individuales y que realmente fue hecha para defender los derechos de los mexicanos, sin embargo, son los mismos funcionarios públicos y quienes hacen mala práctica de la ley y también quienes se aprovechan de ciertos vacíos legales y a la falta de una actualización de la Carta Magna, a los nuevos tiempos modernos y necesidades del México de hoy. Motivo por el cual muchas ocasiones quedan sin efecto la justicia.
Una Constitución obsoleta o no, siempre será de suma importancia en cualquier nación del mundo. Ahí están estipulados derechos y obligaciones necesarias para cualquier sociedad para la subsistencia de una comunidad con armonía. Sin embargo, la realidad es que se requiere de una reestructura de fondo para poder reactivarla con una actualización a los tiempos que está requiriendo las necesidades de un México que hace más de 105 años nunca se imaginó que estaría en un comercio internacional y que figuraría con tratados internacionales, no solamente comerciales sino también como garantías para la humanidad.
En sus tres modificaciones que ha sufrido en su historia han sido pensando en los ideales de aquella época y la última fue en los problemas sociales que se vivían con Venustiano Carranza, en donde se trató de garantizar la seguridad de los bienes y las personas, principalmente el reparto de la tierra como la protección laboral.
Desde aquel entonces no ha existido otra reforma sustancial más que puros remedios o parchecitos con iniciativas y modificaciones o “dizque” transformaciones, que han servido únicamente para exprimir más al mexicano con pesos menos que llevar a los hogares; sin crear detonadores de trabajo y haciendo todo lo contrario, es decir, aumentando el hambre y favoreciendo los intereses de los partidos para no verse afectados con el costo del voto del castigo y el abuso de los líderes sindicales que muchos de ellos no han querido soltar el “hueso”, que llena los bolsillos de quienes son representados por la parte laboral.
Tal pareciera que los cambios que se han hecho desde 1982 a la Constitución de 1917 solamente se han hecho de manera maquiavélica para favorecer principalmente a los políticos, y a los que más tienen como empresarios que se aprovechan de los recursos de gobierno, así como la nueva modalidad en donde funcionarios públicos, resultan ser de la noche a la mañana grandes empresarios.
Aunque es muy cierto, las leyes secundarias no pueden contradecir o violentar la Constitución Mexicana, también es una realidad que no se les ha tomado muy en cuenta la constitucionalidad en el proceso legal o, quienes están en el sistema, lo hacen disfuncional; dejando cada vez más un sabor amargo siendo éste el sentir de la gente cada vez que se dicen que en México no hay leyes.
Posiblemente por estas lamentables prácticas de corruptelas dentro del sistema legal; la gente no le da un sentido lógico para celebrar nuestra Constitución Mexicana. ¿Y usted qué opina? (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org
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