Guillermo Robles Ramírez

Un decrépito en la política puede ser peligroso

Guillermo Robles

Para cualquier ser vivo en nuestro planeta el ciclo de la vida se puede resumir de manera sencilla, es decir, nacimiento, desarrollo, reproducción y muerte. Y para el ser humano es similar, aunque se puede dividir en cuatro sencillos conceptos: nacimiento, juventud, adultez y vejez.

            Enfocándonos en la última etapa, es una de las más difíciles puesto que en su aspecto físico se observa que se trata de un adulto, es necesario tener más cuidados en su salud y físicamente porque se convierte más frágil en su estructura. Pero además se tiene un retroceso mental en la que se puede comparar a la de un niño.

            Siempre he respetado a las personas de la tercera edad, y estoy convencido de que una persona con edad avanzada tiene sabiduría de la vida. Tienen mucho que enseñarnos, así como también considero que en nuestro país es considerado un adulto mayor a partir de los 60 años de edad, tiene todavía potencial para desarrollar ciertas actividades y estar dentro de la productividad económica de cualquier sociedad.

            Sin ninguna intención de ofender a las personas de la tercera edad, pero siendo realistas, y observando los hechos del mundo de la política. Cada vez me convenzo más de considerarse un grave error que las personas ancianas estén activas en la política, o con cargos públicos.

            No se puede negar su gran experiencia, pero el talón de Aquiles es la terquedad es algo que acompaña a las personas de la tercera o cuarta edad siendo esto peligroso al momento de la toma de decisiones porque no solo afecta a quien decide, es decir, al anciano terco, sino también a la población.

            Un ejemplo lo tenemos a nivel nacional con el Presidente de México, y otro a nivel municipal con el alcalde de la cabecera municipal de Torreón, Coahuila, Jorge Zermeño Infante.

            Tanto como López Obrador, así como Zermeño Infante, están igual de tercos e irresponsables con respecto a las medidas de prevención del Covid-19. Los dos se niegan al uso de cubrebocas, continuaron con sus agendas de trabajo con activos masivos con público.

            Como resultado de esta rebeldía y constante actitud de estar retando al coronavirus, ha llevado a que los ciudadanos no quieran llevar a cabo los protocolos de seguridad y como resultado se está teniendo un incremento de pacientes contagiados con el Covid-19.

            En el caso concreto de Torreón, Coahuila; el aumento de coahuilenses infectados por el coronavirus ha rebasado a su homologo también panista de la ciudad Monclova, estamos hablando que al día de ayer en el primer reporte se tenía confirmado 437 en Torreón y 56 hospitalizados. Ahora Torreón se convirtió en el epicentro de la pandemia.

            No hay una explicación científica sobre la terquedad de las personas de la tercera edad, ya que no se sabe si se trata de la personalidad o bien esté relacionado a la vejez de un adulto mayor en donde su criterio este basado a ejercer su propia independencia.

            También una posible hipótesis ante la conducta irresponsable ante la pandemia del Covid-19, es que de alguna manera estos funcionarios públicos están más cercas a concluir el ciclo de la vida, siendo indiferente la muerte puesto que ya vivieron su plenitud de juventud.

            Nuestros legisladores estatales y federales deberían considerar un peligro el tener al frente como mandatarios locales, estatales, federales o presidencial a personas de la tercera o cuarta edad pues sus decisiones influyen a la sociedad afectando la integridad como sucede en este caso ante una pandemia en donde las decisiones con buen criterio es lo único que puede salvaguardar la vida de muchos mexicanos.

            En resumen, debería de existir una legislación en la que prohíba este tipo de puestos y que sean solamente consejeros. Existen muchos jóvenes políticos que aspiran puestos para representar a una sociedad como alcaldes, gobernadores y como mandatario del país, pero la vieja escuela de asignar a estos representantes sigue siendo cavernaria, es decir, se vota por popularidad o el antiguo “dedazo”, sin necesidad de hacer una selección previo de capacidad por medio de algún mecanismo de estudio o prueba. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018) www.intersip.org

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