En cada una de las naciones existe algún icono que lo distingue, por ejemplo, en los Estados Unidos, la imagen del Tío Sam, es uno de los más fuertes; en China el oso pando, en Unión Soviética seguramente la imagen del oso es su principal, y así cada país tendrá el suyo que la misma gente lo ha hecho popular.

Pero esta marca no solo es en naciones, sino también sucede lo mismo en cualquier localidad o comunidad. Cuántas veces ha escuchado de alguien que le dice “los viajes ilustran”, pero más allá de lo que se dice, lo más importante es la huella que puede dejar esa ciudad, como un bonito recuerdo haciéndolo como parte única que lo distingue.

Pudiera ser desde algo muy simple como una comida tradicional dejando plasmado la identidad de esa comunidad o país, por ejemplo, cuando se piensa en Italia lo más seguro es que se viene a los recuerdos distintivos su comida, la pasta o pizzas; en Paris sus noches románticas, en Francia su torre Eiffel, Estados Unidos sus parques de diversión figurando en primer lugar Walt Disney World y en México sus grandes pirámides Mayas y los tacos.

Pero no en todos los lugares de la región se cuenta con sus propias características que los hacen únicos, sino son pocas de ellas en donde puede sobre salir unas más que otras. Por mencionar las pirámides se concentran en su mayoría en el centro de México y los valles de Oaxaca sin embargo en Coahuila no podemos decir lo mismo porque no existe.

El tejido, es decir, la vestimenta o algún accesorio de ropa; fue alguna vez lo que dio fama e identidad internacional a esta capital de Coahuila; sin embargo, ésta ya se encuentra en su peligro de extinción. En la Comarca Lagunera se producía mucho algodón, pero eso ya se terminó, y así en cada cabecera municipal podrá haber algo principalmente en su gastronomía o artesanía que lo distinga y que cada vez este muriendo porque la gente no lo consume o somos invadidos por replicas baratas y mala calidad de otros lugares.

En Saltillo se confeccionó el sarape no sólo aquí, sino de todo México pero en la actualidad se cuenta sólo como una bonita historia dándole paso a los fósiles de dinosaurios y una que otra propuesta de las riquezas arqueológicas.

La venta de lo que antes era considerado como una artesanía la elaboración del sarape en Saltillo, se fue muriendo con el pasar del tiempo junto con el conocimiento que dejó de transmitirse entre generaciones posteriores, al verse invadido en el comercio por importaciones de Aguascalientes quienes se aprovecharon de la fama vinieron a invadir el comercio desplazando a los artesanos saltillenses pero su historia aún más triste terminó engañando a los turistas porque los chinos invadieron el mercado desplazando también a los artesanales de Aguascalientes.

Algunos se preguntarán cómo se permitió esto y la culpa fueron los mismos gobernantes de Coahuila, que no atendieron con tiempo el paso de la modernidad, culpable de aniquilar todo.

Nunca escucharon a los artesanos locales, y fue así que el negocio de los sarapes se fue industrializando, siendo este el principal enemigo de cualquier artesano de México. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria “Antonio Estrada Salazar” 2018) www.intersip.org