Sin pena, ni gloria

Apunto de acabar el año y así como inician al igual cierran. Es la mejor institución para cobrar, pero la peor para brindar un servicio dejando una sensación como si estuvieran haciendo un favor.

Sus métodos de cobranza se comportan como la enfermedad del alcoholismo, porque no respeta edad, sexo, ni estado civil. El método de recuperación de cartera vencida rebasa lo que indica la Constitución, sin embargo, se le otorga a esa autoridad para actuar en contra del contribuyente sin período de gracia a señalar y embargan al mismo tiempo, pero de manera inmediata todo aquello que este a la vista.

Sin lugar a dudas para los patrones quienes están afiliados saben y han sufrido de sus malos tratos tanto como institución recaudatoria y prestadora de servicio a sus derechos habientes.

Nunca han perdonado pese a la situación económica que viva el país, o por la que estén pasando los empresarios y comerciantes, quienes nunca deben dejar de pagar puntualmente.

No hace falta más introducción, todos sabemos que se trata del mayor organismo de salud, el Instituto Mexicano del Seguro Social, quien siendo líder en ejercer sus derechos es pésimo para prestar servicio como obligación a sus derechos habientes.

Siempre inician el año mal, y cierran igual, sin pena ni gloria se la pasan todo el año siendo cada vez más ineficientes sus servicios. Nido de familias sindicalizadas en busca de su bienestar sin importarle la atención de los pacientes.

Siguen siendo el viejo Seguro Social, todos con sus caras de vinagretes y altaneros, que hasta el simple puesto de limpieza se siente dueño de la institución y todos se pasan por el arco del triunfo a los directivos de cada uno las unidades médicas, pues como siempre están muy apartados del personal que tiene el contacto con los derechos habientes, ya que nunca se enteran, protegiéndose entre sí ante cualquier queja que interpongan los pacientes.

Directores que a final de cuentas doctores, siempre anestesiados ante la prensa haciendo oídos sordos y de la vista ciega para hacer caso omiso ante la impotencia de los pacientes al denunciar públicamente en los medios de comunicación las deficiencias del instituto.

Especialistas de la negligencia médica con la mentalidad de pagar los daños a los pacientes que entren en la tabulación de 400 mil pesos de indemnización con tal de que no vayan con el chisme a la prensa es la solución, porque al fin y acabo no es dinero de ellos sino la contribución de los patrones y trabajadores quienes pagan, y no el bolsillo del sindicato del IMSS, nómina de personal administrativo o mucho menos el castigo a los doctores con el retiro de la licencia médica, y bajo esta óptica “valemadrista”, es el pilar de su filosofía de que esta institución gubernamental de salud, siga pagando los errores médicos, ocupando ésta su principal fuga de dinero dentro del IMSS.

Cerraron el año con la carencia de medicamentos necesarios para poder establecer la salud de los pacientes teniéndolos en espera por semanas hasta que llegue el medicamento indicado por el médico o en su defecto le solicitan al derecho habiente que pase nuevamente con su doctor para que le cambien la receta, pues no cuentan con la medicina prescrita dándole a escoger a los pacientes lo que tienen nada más en existencia.

Entre los más populares se encuentra la penicilina o derivados de 800 miligramos, la insulina con el argumento de está por llegar pasan semanas y para cuando llega el día que dizque la tienen, pero la receta ya prescribió teniendo que pasar nuevamente con el médico de lo familiar para que le extiendan otra repitiéndose la misma historia, terminándolo de comprar por afuera para quienes tiene la posibilidad porque de lo contrario se les muere el familiar por la falta de medicinas.

Lo mismo sucede en el Seguro Social de Saltillo, Torreón, Piedras Negras Monclova y resto de la entidad, pero no solamente de Coahuila, sino es un mal que lo padece todo el país.

El maltrato por parte de las “secretarias”, que no hacen nada más que burlase de los pacientes y los malos modos para atender a los que llegan, haciéndolos esperar por horas para ser atendidos dejándolos en ocasiones parados mientras ellas se dedican a mandar mensajitos por celulares, chatear por alguna red social o buscando perfiles en el “Facebook” echarse la botana entre los compañeros o simplemente pasarse los chismes familiares, amorosos y desamores.

No respetan a los enfermos de la tercera edad dejándolos más desorientados y paseándolos de un cubículo a otro, mientras el personal del Seguro Social, se echa la “botana” al traerlo como pelota.

Hasta cuándo habrá un mandatario que meta en cintura al Seguro Social, para el buen trato a sus pacientes, el abastecimiento de medicamentos especializados o necesarios para la estabilización de enfermedades fuertes que se incrementan más en ésta época del año.

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