“AGRADEZCO el profesionalismo y lealtad de FACUNDO ROSAS, porque su trabajo fue fundamental en la construcción de un sistema sólido de seguridad pública en los dos años y tres meses que estuvo al frente de la Secretaría de Seguridad”, fue lo declarado por RAFAEL MORENO VALLE, gobernador de Puebla, después que a su ex jefe policíaco lo acusaron, por enésima ocasión, de corrupto.

En este mismo espacio lo advertimos en abril del 2013, cuando FACUNDO, alias “Terminator” (le gustan las motos, las chamarras negras y los lentes oscuros), con cuádruple certificación de control de confianza de SEDENA, PGR y de los Estados Unidos, pero con maestría en corrupción y doctorado en represión, fue nombrado jefe de la policía poblana.

En ese entonces recordamos el negro historial del ingeniero agrónomo, junto a GENARO GARCIA LUNA, reiteradamente señalado como corrupto; LUIS CARDENAS PALOMINO, con antecedentes de homicida; FRANCISCO JAVIER GARZA PALACIOS,  que no vio una caravana de 20 camionetas que recorrió 300 kilómetros (de Caborca a Cananea para matar a 22  sicarios rivales) EDGAR EUSEBIO MILLAN GOMEZ e IGOR LABASTRIDA CALDERON, ambos ejecutados por el cártel de Los Beltrán que los acusó de traidores; RAMON EDUARDO PEQUEÑO GARCIA, involucrado en las dos fugas de JOAQUIN “El Chapo” GUZMAN (aún dentro de la Comisión Nacional de Seguridad) y de otros “destacados” personajes de la camarilla del ingeniero mecánico, GENARO GARCIA.

Cuando fue comisionado de la Policía Federal, tuvo que renuncia ya que al reprimir una manifestación en la normal rural de Ayotzinapa, en febrero de 2012, murieron dos estudiantes.

Pero su protector GARCIA LUNA, lo reincorporó  a la Subsecretaría de Prevención, Vinculación y Derechos Humanos, irónicamente en un puesto donde velaría para que no se violaran derechos no garantías.

En carta de EDGAR VALDEZ VILLARREAL, “La Barbie”; enviada al diario Reforma, el narcotraficante acusó a toda la gavilla de GENARO, entre ellos a FACUNDO, de recibir dinero de él y de otros cárteles de la droga por darles protección.

También tuvo que ver con la detención y montaje de la secuestradora francesa FLORENCE CASSEZ CREPIN.

Empero, el ingeniero transformado en “súper policía”, al tomar posesión como jefe de la policía poblana, afirmó estar sin mácula y que sería extremadamente respetuoso de los derechos humanos.

Otro individuo que también asegura ser respetuoso de los derechos humanos, RAFAEL MORENO VALLE, propuso, como gobernador de Puebla, la “Ley Bala”, es decir mano dura contra manifestantes.

Para ello contaba con el “Terminator”, famoso por su mano dura para actuar contra inconformes del sistema.

De ello dio muestras el miércoles 9 de julio del 2014, al ordenar a la policía a su mando que disolviera una manifestación de los habitantes de Chalchihuapan, quienes pedían que el servicio del Registro Civil se reintegrara a las Juntas Auxiliares.

Desde un helicóptero, los gendarmes de FACUNDO les dispararon balas de goma.

El menor JOSE LUIS ALBERTO TEHUATLIE TAMAYO recibió un impacto en la nuca que le causó muerte cerebral y tras nueve días, finalmente fue desconectado y murió.

RAFAEL y FACUNDO tuvieron que recular en su “Ley Bala”, pero hasta ahí, los dos siguieron en sus cargos.

Pero la gota que derramó el vaso, al menos para FACUNDO, ya que MORENO VALLE parece inamovible, fue le detención de MARCO ANTONIO ESTRADA LOPEZ, director general de la Policía Estatal Preventiva de Puebla y de TOMAS MENDEZ LOZANO, jefe del Grupo de Operaciones Especiales (GOES). Ambos confesaron formar parte de una red de ordeña de combustible a ductos de PEMEX.

Los “chupaductos”, que fueron sorprendidos con 31 camionetas repletas de combustible robado, dijeron que de todas sus acciones estaba enterado “el jefe Facundo”

Una carta anónima enviada por elementos de la misma Policía Estatal Preventiva (PEP), señaló que FACUNDO se reunía con MARCO ANTONIO, director de la policía, en lujoso restaurante de Puebla donde le entregaba una maleta con dinero de la protección a las mafias que roban hidrocarburos.

En otras misivas, se dijo que FACUNDO sabía que todas las patrullas del GOES (70) eran abastecidas con gasolina robada, igual que unidades de otras corporaciones e incluso se dijo que funcionarios del gobierno estatal, también abastecían sus vehículos con el combustible robado.

Se supo que MARCO ANTONIO y TOMAS, recibían 100 mil pesos al mes por permitir el robo en ductos, además de mil litros de combustible, pero que FACUNDO tenía mayores entradas económicas.

Pero no sólo eran protegidos los “chupaductos”, también trascendió que vendían “protección” a narcomenudistas, a bandas de asaltantes en carretera, a “polleros” (traficantes de indocumentados), a prostíbulos y a “casas de masajes” donde explotan a jovencitas ilegales.

Ante tal descrédito, exhibido por sus mismos elementos, FACUNDO no tuvo más remedio que renunciar, bajo el manido argumento de “no obstaculizar las investigaciones”, aunque por las expresiones de su ex jefe MORENO VALLE, no tiene de que preocuparse, pues gracias a su trabajo “se construyó un sólido sistema de seguridad en el estado”.

Ese es el policía “sin mácula” que, seguramente, se agazapará un  tiempo en lo que pasa la tempestad, para seguir amamantándose de la ubre gubernamental (federal, estatal o municipal), que al fin y al cabo la memoria ciudadana es flaca.

SI NO LUCHAS CONTRTA LA CORRUPCION, ACABAS FORMANDO PARTE DE ELLA ***AU REVOIR.