Según el color del cristal con que se mira

Por Guillermo Robles Ramírez

La crisis ha obligado a muchos mexicanos a adaptarse al crecimiento económico del país. Algunos han  tenido que dejar de consumir artículos de lujo o cancelar su membresía de algún club social, otras familias en condiciones más modestas han reducido su gasto en el consumo de alimentos de costo más económico y eliminando lo que se considera como un gusto alimenticio, para pasar a comprar solamente lo necesario.

La crisis se encuentra en todos lados, muchos negocios emplean nuevos métodos de mercadotecnia para hacer frente a los tres enemigos del comercio: la caída de ventas, la competencia desleal por la informalidad, el pago del SAT, con cero estímulos, es decir, cada vez menos rubros deducibles. Y para finalizar los incrementos del salario que pegan fuertemente a los impuestos por parte patronal en sus declaraciones de SIPARE, mensual.

Y precisamente estos dos últimos enemigos, es decir, el SAT y el IMSS, se han convertido en una soga para estas mismas autoridades ya que para los generadores de trabajo, es decir, comerciantes, empresarios se convencen cada vez más que la economía informal es la más redituable y rentable.

Cada vez son más los comentarios de boca en boca, dejan un claro testimonio de que ahora les va mejor quitándose la lacra del pago de impuestos hacendarios, Seguro Social e Infonavit, agregando el beneficio de que sus horas de jornadas son menos. Estas tomas de decisión por cada vez más dueños de negocios, comercios y pequeños empresarios, quienes opinan que haciendo a un lado estas obligaciones han prosperado más, y generando utilidades.

Las consecuencias de esta transformación económica la estamos pagando todos a un precio alto. Ha sido la madre del cinismo y pérdida de ética dentro de la política. Ha generado la destreza del mexicano para luchar en contra de la pobreza, fomentando la delincuencia en todos los sentidos como la piratería. Algo que ha  afectado en el sector formal de la  música, ropa, calzado, electrodomésticos, equipo de cómputo, celulares entre otros más.

Hay quienes piensan de manera positiva que toda crisis genera oportunidades, pero no ante una recesión por la que estamos pasando, aunque las autoridades continúan negándolo y no se diga en querer reconocer que estamos en una crisis.

La situación por la que pasa el país, es evidente de que las oportunidades son para el crimen organizado; que sí tienen algo que ofrecer a los grupos sociales más indefensos o vulnerables motivo por el cual cada vez reclutan más personas e inmigrantes a sus redes del crimen organizado aunque lo paguen con la vida.

Son muy pocos los mexicanos que logran modernizarse para salir adelante aparentemente, porque el peor de los socios, es decir, «Lolita», no tiene llenadera y se los acaba cobrando sin piedad los impuestos.

La falta de incentivos fiscales y mecanismos que involucren la parte rezagada de la economía ha provocado una creciente desigualdad en la riqueza y en las percepciones de la población respecto al futuro, donde solamente existen tres grandes grupos en donde encajar para sobrevivir ante una crisis y recesión; la primera quedando más que comprobado es el sector gubernamental, todo mundo busca un trabajo de gobierno puesto que son los únicos que sobreviven; el segundo el comercio informal y por último la delincuencia en todos los niveles.

Tampoco tenemos un incentivo en la inversión extranjera y lo único que vemos es como nuestro dinero -vía impuesto- va directo a la basura o placeres de otros, todo depende, con el color del cristal con que lo vea uno. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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