Se unen más mujeres
Guillermo Robles Ramírez
Al oleaje de robos que se está registrando en algunas de las principales ciudades de Coahuila, particularmente Torreón, Monclova y Piedras Negras, se están uniendo más mujeres que nunca, lo que en el pasado no era común, aunque estas malas mañas de algunas de nuestras féminas, eran más conocidas en la modalidad de “farderas,” aprovechando que en las holgadas faldas que usan éstas rateras pueden ocultar productos que toman y se llevan indebidamente de mini súper, tiendas departamentales y de cualquier súper en donde aprovechan toda oportunidad, aunque se inclinan más por negocios dedicados a la venta de ropa y artículos de belleza por su facilidad de apropiarse y ocultarlos.
Hay infinidad de casos y hechos concretos sobre lo “lanzas” que ahora hay en muchas mujeres dizque representan el sexo débil que de eso no tienen nada en absoluto.
Existen registros de hurto cometido por mujeres en gaseras, con armas de fuego robando a la cajera cantidades de miles de pesos correspondiente a las ventas del día.
También hay versiones de sucesos de víctimas que han sido asaltadas por mujeres rateras, sin embargo, la mayoría de estos hechos no son denunciados por vergüenza por considerarse poco verosímil que una mujer pueda cometer actos ilícitos que usualmente eran perpetuado solo por hombres.
Hay de todo de este tipo de rateras que se incrementan en la Entidad, como mujeres que trabajan en equipo con otra compañera utilizando armas y en plena luz de día para asaltar repartidores de servicios como son de agua, refresco, entre otros más.
Existen otros muchos hechos de la modalidad de las mujeres delincuentes, resultando insuficiente este espacio para darles a conocer.
La paridad de género no se ha dado solamente en el tema derechos, sino también en otros rubros siendo esto muy lamentable. Hay información no oficial sino de boca en boca, de coahuilenses que han estado a punto de ser desvalijados por ratas féminas de dos patas en lugares en donde menos se pueden imaginar.
Robo a personas de la tercera edad, así como también en las afueras de cajeros automáticos en los que estuvieron siendo “cazados” o vigilados por dos a tres mujeres y en otras ocasiones hasta cuatro, tratándose en general de la mitad de ellas jóvenes y el resto de edad madura.
Eso es solo en delitos llamados de fuero común, es decir, en robos de casas, asaltos a peatones, etc., porque el mercadeo de estupefacientes, está igual de lleno de chavas de distintas edades que sirven a los cárteles en la venta de mariguana, cristal, cocaína, etc.
Vivimos tiempos en los que ya ni de las damas, mujeres, féminas, sexo débil, “patronas” o como se les quiera llamar se puede confiar, dándose ya las circunstancias de que algunas de esas “débiles” seres humanos encabezan importantes grupos no solo de narcos, sino de secuestradores, extorsionadores y en otras modalidades delictivas de dizque “alta clase”.
No conozco, al menos en lo personal, estudios o análisis profesionales sobre este comportamiento femenino y menos declaración de alguna mujer metida de lleno a la delincuencia de cualquier delito sobre las razones por el que se ha metido a esos malos caminos, aunque lo tradicional es de que es por necesidad, lo que justifica este cambio tan radical de quien en el pasado y por años conservó la dicha y dignidad de ser llamada dama. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org
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