Recordados como el incendio de Roma
Por Guillermo Robles Ramírez
El crecimiento de cualquier ciudad siempre será de manera desordenada y hasta sin planificación, es decir, el comercio simplemente crece según las necesidades de la misma comunidad.
Lo mismo sucede con las viviendas siendo muy común aquellas zonas en los que se consideraban como terrenos alejados y en apariencia en abandono la gente simplemente se establece en esos lugares y cuando menos se esperaba ya estaban dentro de la mancha urbana.
Hay personas que se les conocen como “paracaídas”, por la sencilla razón de que se buscaban sitios desolados para caer ahí, invadiendo con la construcción de cuartos de cartón y tablas remachadas con fichas de refrescos o cervezas y en espera que el crecimiento de la ciudad llegue para posteriormente que algún alcalde o gobernador regularice esos terrenos, e incluirlos dentro de la planificación y crecimientos de la ciudad.
Así como este ejemplo lo mismo con muchos negocios que simplemente se abrían sin ninguna medida de seguridad o mucho menos planificando un estacionamiento para su clientela.
Existen muchas ciudades en nuestro país que el problema del espacio público es algo que ha pasado a la agenda publica local, pero a su vez no han podido solucionar, ya que también representa un problema de años y sobre todo de gente influyente y/o familias de abolengo, que de una u otra manera le dieron crecimiento a esa comunidad.
La omisión de la planificación municipal, y así como también la vista gorda de muchas autoridades municipales principalmente, y así como estatales siguen permitiendo los favoritismos y privilegios de algunas pocas familias, para evitar la corrección de muchas reglamentaciones que hoy en día ya está comenzando a cobrar la factura de esa omisión.
Un ejemplo de ello en el estado de Coahuila de Zaragoza, lo vivió hace aproximadamente 93 años en la cabecera municipal de Torreón, cuando un incendio acabó con el noventa por ciento del Mercado Juárez porque los hidrantes públicos ubicados sobre las principales calles estaban secos por su falta de verificación y confiados a que nunca sucedía un incendio de esa magnitud simplemente se abusó de confianza. Lo anterior después de 22 años de su fundación, es decir, en 1907 año de la fundación del Mercado Juárez.
Sin embargo, el incidente no sirvió de lección porque años posteriores sucedió lo mismo, aunque no hubo la misma perdida como en su primera vez en 1929.
En la capital de Coahuila, ya ha empezado sus focos rojos y tal vez no de manera tan masiva, pero sí tuvo un incendio en el año 2000 en el mercado de Saltillo afectando a más de 250 comerciantes y reportes de intoxicaciones por el humo. Años después se repite en el mismo lugar causando perdidas y poniendo en riesgo la integridad de ciudadanos.
En el año 1919, hubo una perdida de un emblema de la ciudad de Saltillo, que fue el incendio total de la Casa Alameda de Saltillo.
Esto es un indicador de que algo está mal y que existe una Protección Civil que tiene una mordaza para todo aquel proyecto y planificación de la ciudad, para seguir las recomendaciones.
Una autoridad que existe a nivel local como estatal, se le relega los permisos que deben de autorizar Protección Civil, para nuevos establecimientos comerciales, así como para la regularización de aquellos que tienen años en la ciudad y no se diga aquellos edificios que son considerados como emblemáticos por su registro historial en el crecimiento de la ciudad de la capital de Coahuila, y resto de sus municipios.
Existe un reglamento que ha pasado simplemente a ser considerado letra muerta, ya que en teoría aquellos planos para futuras construcciones deben de ir autorizado por Protección Civil precisamente para tener contempladas contingencias de incendios, rutas de evacuación, así como los hidrantes y entre una serie de medidas preventivas para la integridad de la gente y los negocios.
Lo mismo sucede para la planificación de proyectos de colonias y fraccionamientos sobre todo estos últimos en la que el visto bueno por parte de Protección Civil debe de ser considerado, sin embargo, sucede todo lo contrario.
La simulación de regularización por parte de Protección Civil, es el tener la señalización de ruta de evacuación, aunque este no sea funcional y la instalación de un extintor con su debido químico correcto, es decir, extinguidor que corresponda al giro comercial o negocio.
Antes de que suceda otro incidente como lo que sucedió en Torreón hace 93 años, se le debería no solo de considerar a Protección Civil, sino de darle voz y voto en revisar lo que por años familias y comerciantes piden de favor de corregir la omisión de seguridad.
Esperemos que los nuevos alcaldes de las 38 cabeceras municipales de Coahuila, se pongan las pilas en este tema tan importante, y no tengan que esperar hasta que suceda alguna otra tragedia que lamentar y no pasar a la historia como el gran incendio de Roma. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org
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