Ramadán en Siria: entre la fe y el fanatismo
Damasco, 18 jun (PL) La celebración del Ramadán en Siria, festejo sagrado de los musulmanes, inició hoy su primer día en medio de un debate que va de la fe al fanatismo, una de las causas del conflicto que sufre este país árabe desde 2011.
El mes de Ramadán, noveno del calendario lunar musulmán, es fecha sagrada para más de mil 600 millones de personas en el mundo que siguen los enunciados del profeta Mahoma, según las revelaciones divinas de hace mil 436 años, y que constituyen hoy los textos del Corán.
A pesar de su condición de país laico, no es difícil escuchar en Damasco o en cualquier otra ciudad de esta nación levantina los llamados a la oración desde los minaretes de las mezquitas, o ver hombres ataviados con sus largas batas (yellabiah), cubiertas sus cabezas con las típicas túnicas (kofiah) y sus rosarios (massbaja) en las manos.
Con una población mayoritariamente musulmana, los sirios conviven armónicamente desde hace miles de años, con una variada presencia de grupos étnicos y religiosos, entre los que resaltan, por un lado, sunitas -mayoría-, junto a alawitas, chiítas, drusos, kurdos, ismaelíes y otras representaciones, junto a cristianos ortodoxos, católicos, maronitas y siríacos.
Un escenario de estabilidad nacional que cambió radicalmente desde que comenzó la crisis en 2011, con la aparición de grupos extremistas islámicos, amparados en supuestos enunciados religiosos.
Estos grupos, devenidos en bandas criminales manipuladas por Estados Unidos y un grupo de potencias occidentales, iniciaron hace cuatro años una yihad (guerra santa) que hoy exhibe como saldo más de 230 mil muertos, millones de desplazados y un país que se destroza por días.
Sea cual sea la agrupación fundamentalista -Estado Islámico (EI), Frente al-Nusra (brazo de al-Qaeda en Siria), Ejército Libre Sirio, al-Fatah o los Libres del Levante-, detrás de estos grupos rebeldes se mueven finísimos hilos manipuladores que buscan romper la resistencia siria, su independencia y sobre todo, la estabilidad del Medio Oriente.
Estos engendros mediáticos, arropados políticamente bajo el manto del Islam y su libro sagrado El Corán, no son más que fanáticos extremistas convertidos en marionetas de Occidente, quienes pretendieron expandir la Primavera Árabe -diseñada en Washington- hasta el corazón del Levante.
Un documento desclasificado recientemente en Estados Unidos, reveló el contubernio entre agencias de inteligencia norteamericanas y la creación del grupo terrorista Estado Islámico (EI), que opera principalmente en zonas de Siria e Iraq.
El informe de la Defense Intelligency Agency (DIA), fechado el 12 de agosto de 2012 y desclasificado a fines de mayo, demuestra que el EI fue creado por Estados Unidos con ayuda de Turquía, Israel y las monarquías del Golfo.
Según el documento, la inteligencia estadounidense previó el surgimiento y desarrollo de un califato islámico regido por el EI en Iraq y Siria, considerándolo como un elemento estratégico en las políticas para el Oriente Medio.
El texto de siete páginas redactado por oficiales de la DIA, destaca que la creación de este movimiento fundamentalista en el este de Siria, era necesario para aislar e intentar derrocar al gobierno del presidente Bashar al-Assad.
Las fuentes consultadas explican que el informe de la DIA confirma que el grupo terrorista al-Qaeda asumiría la dirección de los supuestos grupos opositores sirios, quienes contarían con el apoyo de las potencias occidentales, y que la creación del EI, sucedería después que el «levantamiento armado» en Siria fuera general.
Esto resalta el carácter sectario-religioso que se trató de imponer a la crisis siria, destacando la importancia de apoyar a los elementos salafistas, los miembros de la Hermandad Musulmana y al grupo terrorista Al-Qaeda, como las principales fuerzas en la agresión a este país árabe.
Estas organizaciones terroristas se aprovechan de las festividades religiosas musulmanas para lanzar amenazas contra la población siria a través de las redes sociales y algunos canales de televisión, buscando sembrar el pánico y la zozobra a nombre de la religión.
Pero la fe, la genuina fe religiosa de millones de musulmanes no se resquebraja, a pesar del fundamentalismo devenido en terrorismo y muerte.
ÂíRamadán Karim! ÂíRamadán Mubarak!
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